Cuando uses tu trípode, no dispares directamente con la cámara o muy probablemente transmitirás vibraciones a la cámara al pulsar el disparador que afectarán a la nitidez de tus fotos.
En su lugar, puedes optar por usar el temporizador de la cámara.
Hay algunas cámaras que permiten seleccionar el tiempo que la cámara espera
antes de hacer la foto. Elije un tiempo intermedio que, por un lado, no
te haga esperar demasiado y que, por otro, deje pasar lo suficiente
como para que no se transmita la vibración por la pulsación
Hay determinados tipos de fotos en los que puede que el temporizador no sea una opción.
Si
necesitas que el disparador se accione en un momento determinado, no
podrás estar calculando la antelación con la que debes accionar el
temporizador.
Si tu cámara lo permite y dispones de uno, el disparador remoto es una solución ideal
para accionar el obturador de la cámara en el instante que desees sin
trasladar vibraciones a la cámara. Es un accesorio muy económico al que
sin duda sacarás mucho partido cada vez que uses tu trípode.
Si tu cámara o tu objetivo disponen de estabilizador y estás usando el trípode, desactívalo.
El
sistema de estabilización está pensado para compensar el movimiento y
aunque no te lo creas, el hecho de que la cámara esté completamente
estática por el uso del trípode puede interferir con el estabilizador y hacer que éste transmita vibraciones a la cámara.
El
estabilizador es uno de esos controles que, cuando lo usamos, lo
dejamos puesto y nos olvidamos completamente de su existencia. Así que,
para que no tengas problemas en tus fotos de paisajes, acuérdate de
desactivar el estabilizador si tu objetivo o tu cámara cuentan con él.
Evita tocar la cámara o el trípode mientras haces la foto y vigila
especialmente que tampoco la toque, por ejemplo, la cinta de la cámara.
El efecto del viento puede hacer que la cinta golpee el trípode y se trasladen vibraciones por ahí.
Por
ello, no solo sepárate de la cámara y el trípode sino asegúrate también
de que no exista ningún elemento adicional que pueda trasladar
vibraciones
Como ya te anticipaba en el punto anterior, jugando con la hiperfocal
puedes conseguir que tu foto salga perfectamente nítida sin necesidad
de enfocar al infinito. De hecho, si enfocas al infinito, la foto no
saldrá tan nítida como si enfocas a un punto intermedio.
¿Extraño?
En un principio si, pero si lo piensas detenidamente verás que no lo es
tanto, aunque la lógica no te hubiera invitado a pensarlo.
Cuando
enfocas, la zona nítida que consigues suele variar en un rango de
distancias por delante y por detrás del punto enfocado. Al enfocar a la
lejanía, la parte más cercana a tí puede salir borrosa.
En
cambio, si enfocas a una zona más cercana y cuentas con una focal y una
apertura suficientes, la zona nítida abarcará desde el punto en el que
hayas enfocado hasta el infinito visible (el fondo de tu foto) y
recogerá más zona nítida por delante. ¿Lo entiendes?
Por
ejemplo, a la hora de hacer paisajes con mi Sigma 10-20 suelo trabajar
con enfoque manual fijado a 1 metro y una apertura f/11, en lugar de
enfocar al infinito y cerrar a f/22 como podrías haber pensado
inicialmente. y por supuesto mantener limpio el objetivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario