sábado, 31 de marzo de 2012

hans bellmer

Hans Bellmer fue un autor surrealista de origen polaco, nacido en  Katowice, en 1902 y fallecido en París, en 1975, que desarrolló su trabajo en Berlín y más tarde en París debido al nazismo.

Cuando los nazis llegaron al poder en Alemania, en 1933, Bellmer decidió no hacer nada que pudiera serles útil. Entonces confeccionó su obra más conocida: la Muñeca. Se trata de una escultura que representa a tamaño casi real (1,40 m.) a una muchacha de cabellos morenos, desnuda y con calcetines, que parece una muñeca de niña ampliada, pero que tiene cuatro piernas y numerosas articulaciones para un único torso de mujer adulta. Es un objeto con pretensiones eróticas , una criatura artificial con múltiples posibilidades anatómicas, mediante la cual Bellmer intenta descubrir la mecánica del deseo y desenmascarar el inconsciente psíquico que nos gobierna. La escultura evoca también la emancipación femenina, y es también una denuncia del culto al cuerpo perfecto de moda en la Alemania nazi.
Bellmer es, evidentemente, rechazado por el III Reich, que calificaba a su arte de degenerado, y que veía en él lo que el autor, en efecto, quería: un intento de provocar a la población para impulsarla a despertar.
Trasladado a Francia en 1938, fue acogido por los surrealistas, que reconocían en su Muñeca y en sus fotografías una nueva manera de abrir el espíritu de la sociedad a sus fantasmas inconscientes y de obligar al espectador a interrogarse sobre los sentimientos producidos en él por la obra de arte y sobre las relaciones con su propio cuerpo y todo lo que ello conlleva de hipocresía o de complejo.
Aunque la Muñeca es su obra más innovadora y más conocida, continuó con sus trabajos sobre el erotismo, con abundantes dibujos y fotografías de esculturas-objetos.

psicosis 2 robert bloch

Robert Bloch le confesó al editor de Arkham House, August Derleth, que había negociado mal el contrato de adaptación al cine de psicosis  Hitchcock planteó dos posibilidades: un porcentaje de los beneficios o un pago en mano. De haber elegido la primera opción, Bloch hubiera obtenido una fortuna.
Quizá fue esta mínima decepción la que le llevó a plantearse una secuela literaria de psicosis en 1982.
En el buen cine de antes, cuando el miedo era fugaz y tenía sabor a medianoche, los asesinos poseían una dimensión mítica. Psicosis y La matanza de Texas acabaron con ese estilo, y abrieron paso al slasher y al gore que reinaron a lo largo de los ochenta.
Robert Bloch, que conocía el género como si él mismo lo hubiera inventado, quiso alejarse en Psicosis II de los efectismos más pueriles. De hecho, dedica una parte de la novela a criticar los excesos del terror hollywoodense.
Como pueden suponer, aquello fue suficiente para disgustar a los ejecutivos de Universal Pictures, que esperaban obtener un nuevo éxito adaptando el libro.
A la hora de rodar una secuela del film de Hitchcock en 1983, decidieron prescindir de Bloch y encomendaron la escritura del nuevo guión a Tom Holland, futuro director de Noche de miedo (Fright Night, 1985).
Planteada como un thriller psicológico, la película recorría con más pena que gloria los senderos trillados por su predecesora, y de paso, buscaba la aprobación de la audiencia juvenil. Para atraer a ese público, la Universal pretendió –sin conseguirlo– contratar a la scream queen de moda, Jamie Lee Curtis, quien además es hija de la estrella de Psicosis, Janet Leigh.
Por su parte, Anthony Perkins y Vera Miles volvieron a dar vida a Norman Bates y a Lila Crane. El equipo de dirección artística repintó las paredes de la Casa Bates, y con la publicidad a la que se prestaba el evento, el famoso motel fue reconstruido en el plató 24 de los Estudios Universal.
Pero aquella película nada tenía que ver con el universo literario de Robert Bloch, quien prosiguió la saga de Norman Bates alejado de la industria del cine. De hecho, la Universal recomendó al escritor que no publicase el libro que nos ocupa.
Resulta llamativo, en todo caso, que Psicosis II plantee en sus páginas ese tipo de autorreferencia cinematográfica que ya ensayó Edgar Rice Burroughs en tarzán y el hombre mono  (Tarzan and the Lion Man, 1933), y que, pasado el tiempo, aprovechó el realizador Wes Craven en La nueva pesadilla de Wes Craven (Wes Craven's New Nightmare, 1994), en Scream 2 (1997), y sobre todo, en Scream 3 (2000).
"¿Es que no se da cuenta? –dice uno de los personajes de la novela– Es el síndrome del espectáculo. El mundo del cine se prostituye para el público. Solo tiene que fijarse en cómo se anuncia, complaciendo: ven y viólame, diviértete, págame para que te entretenga a oscuras, te invito a que se desaten tus fantasías más salvajes de lujuria, asesinato, venganza. Te atraigo para que te identifiques con sádicos, sociópatas, perversos polimorfos".
Bajo este punto de vista, en Psicosis II se dan la mano el thriller clásico, una reflexión acerca de la violencia y el retrato de un Hollywood decadente, trivial y ajeno a sus raíces, inmerso en un tiempo en el cual "lo que se buscaba en unos estudios de cine no era elegancia, sino una plaza de aparcamiento".
Limpia y turbadora, confidencial y desolada, con un montaje de cortes secos, la narración posee esa cualidad única que siempre distinguió a Bloch sobre la mayoría de los autores de terror de su época, y que le convierte en un maestro irrepetible.
Sinopsis
Todos recuerdan a Norman Bates, el tímido director de motel con una fijación mortal por su madre.
Después de pasar varios años internado en un hospital psiquiátrico por la terrible matanza que horrorizó al mundo, Norman anda suelto de nuevo. Ha conseguido escapar, y ahora recorre un sangriento camino hacia Hollywood donde, al parecer, se va a rodar una película sobre su vida y sus crímenes... pero este rodaje, tras un repentino y espeluznante giro, empieza a parecerse demasiado al horror en el que se inspira.
Robert Bloch es conocido por ser el autor de la obra maestra del terror Psicosis, llevada al cine en el clásico de Hitchcock, pero además escribió otra veintena de novelas por las que recibió premios como el Hugo, el Bram Stoker y el premio Mundial de Fantasía.
Fue discípulo de h.p lovecraft, y colaboró con él en la escritura de los mitos de chtulu.


esta secuela que sacó bloch de su clásico, se la podía haber ahorrado, pero claro, pensó en sacar una pasta extra y acerto de lleno. bloch es un gran maestro del género de terror, pero lo suyo es más bien el relato corto, no la novela larga.
el inicio de esta novela, es muy esperanzador, norman metido en el manicomio, y dos monjas que vienen a hacerle una visita, aprovechando que le dejan solo con la monja, y que se produce una tormenta la asesina y se disfraza de monja y de nuevo norman bates en la calle.
Se entera de que se está rodando una película de hollywood sobre su vida, y va a los angeles de visita, de paso que se pasa antes por la casa de los Loomis, para arreglar viejas trencillas.
cuando llega norman a hollywood, desaparece, y el doctor que lo vigilaba Clairbourne, es el que se encarga de realizar la averiguación, cuando todos tienen miedo de que en cualquier momento aparezca Norman Bates en escena. Los personajes son estereotipados, clairbourne es el único interesante. la actriz que encarna a mary crane en la escena de la ducha, contratada solo por su cuerpo, el director Driscoll ambicioso, el guionista Ames un frustrado, Y el que paga la película Vizzini, un loco amante de la historia de crímenes de norteamerica. Un cambio en el guión de última hora, ensalza esta novela, que sin ser ninguna maravilla entretiene e inquieta a partes iguales. a mi Bloch me recuerda mucho a Leon Uris, no son ningun maestros en esto de la literatura, pero entretienen muchisimo.

viernes, 30 de marzo de 2012

espacio y formato

El espacio se puede condiderar como el cuarto elemento fundamental del diseño.

Definición de espacio: Es la distancia o el área entre o alrededor de las cosas. Cuando se está diseñando, debemos pensar donde vamos a colocar todos los elementos y a que distancia unos de los otros. El tipo de imágenes que colocaremos, la dimensión de éstas, el texto y lo que habrá alrededor de ellas, etc.

Las diferentes tonalidades que emplearan los elementos y las formas, sirven para crear relaciones espaciales y focales, de gran interés para el receptor. Se pueden llegar a conseguir efectos muy variados y especiales dependiendo de como se combinen, estos. Por ejemplo si usamos bastante espacio en blanco, se produce un descanso para el ojo. Si dejamos mucho espacio en blanco alrededor de algun objeto, palabra o imagen, estamos haciendo que destaque del resto de la composición.


Efectos que produce el espacio

Efectos que nos produce el espacio, dentro de nuestro campo visual:

- Al utilizar espacio en blanco en una composición, el ojo descansa.
- Utilizando una pequeña cantidad de espacio creamos lazos entre los elementos.
- Lograremos una mayor profundidad en nuestro diseño si superponemos un elemento con otro.
- Si utilizamos mucho espacio en blanco, alrededor de un objeto, imagen o texto, conseguiremos que sobresalga y destaque del resto de la composición.
- Los grandes márgenes ayudan a seguir un diseño una de forma más fácil.
- Si utilizamos un espaciamiento desigual entre los elementos, crearemos una página dinámica.

el señor de las moscas de william golding

Un avión que transporta sólo a unos estudiantes británicos es derribado en periodo de guerra a causa de una fuerte tormenta y se estrella contra una isla desierta, siendo los únicos supervivientes. Los niños pasajeros se ven obligados a sobrevivir sin ningún adulto.
Ralph y Piggy, dos de los chicos grandes, encuentran una caracola y utilizan su sonido para reunir al resto de supervivientes. Desde ese momento, la caracola será utilizada como símbolo de poder y potestad en el momento de hablar, convocando a todos a una asamblea cuando la situación lo requiera. Ralph es elegido como líder del grupo, pese a que Jack con sus ansias de poder deseaba esa posición. Para tranquilizarlo, Ralph lo deja a cargo del grupo de cazadores.
Ralph, Jack y otro chico llamado Simon, hacen una expedición y descubren una pequeña montaña. Cuando regresan les informan a los otros que deben encender una fogata para llamar la atención de los barcos que puedan llegar a pasar y de esta forma ser rescatados; el mantener la fogata viva se queda como responsabilidad del grupo de cazadores.
Pronto los niños se olvidan de sus obligaciones y comienzan a jugar y haraganear, mientras Ralph trata de hacerles recordar sus obligaciones. Jack, líder de los cazadores de cerdos salvajes, se empieza a obsesionar con el tema de la cacería después de haberse apiadado de su primer objetivo. Un día, Ralph y Piggy descubren un barco en el horizonte y que la hoguera para llamar la atención se encuentra apagada. Ralph le reprocha su descuido a Jack pero éste no le hace caso pues acaban de cazar a su primer cerdo y hace un enorme festejo junto con el resto de su grupo. Todos los participantes tienen el cuerpo pintado con pinturas tribales.
Pronto se evidencia que los niños más jóvenes, llamados por el resto “peques”, comienzan a tener pesadillas con una fiera que vaga por la isla. A raíz de ese hecho los niños comienzan a tener miedo de la criatura, en especial cuando uno de los peques sugiere que se oculta durante el día en el mar. Jack aprovecha este miedo para controlar a los pequeños.
A la mañana siguiente, Jack vuelve a exigir ser el jefe del grupo, calificando a Ralph de cobarde. Sin embargo, nadie le apoya y Jack decide marcharse a la otra punta de la isla para cazar. Al principio, son pocos los que le siguen. Sin embargo, esa misma tarde cazan un cerdo y organizan un gran banquete, invitando a todos a unirse a su tribu, de la que él es el jefe. En el otro bando sólo quedan Ralph, Piggy y los mellizos Eric y Sam con algunos “peques”.
La cabeza del cerdo que matan Jack y su tribu queda clavada en una estaca como ofrenda a "la bestia". Este símbolo es luego llamado "El señor de las moscas", pues pronto las moscas rodearon la cabeza.
La cabeza de El Señor de las Moscas se sitúa a pocos metros del "lugar secreto" donde Simón se refugiaba y armonizaba con la naturaleza, enturbiando su paz. Simón empieza a tener alucinaciones en las que El Señor de las Moscas le habla y le hace ver que la bestia no es más que parte del salvajismo que vive en cada uno de los niños, y lo amenaza diciendo que tendrá un poco de diversión con él. Tras esta visión Simon cae desmayado. Cuando vuelve en sí, Simon va a la montaña y ve que la bestia no era más que un paracaidista por lo que corre a la playa a contarle a los demás. Sin embargo, con las prisas tropieza y acaba llegando a la playa envuelto en lodo y caminando a cuatro patas. Los niños, asustados al verle aparacer así, lo confunden con la bestia y le atacan, muriendo a manos de la irracional masa antes de que pudiera dar su noticia.
En el campamento original, todos evitan hablar de lo ocurrido la noche anterior, aunque todos menos Piggy se sienten culpables por haber participado en la histeria colectiva que acabó con Simon. La mayor preocupación es mantener la hoguera para ser rescatados. Sin embargo, ésta ha tenido que ser trasladada a la playa, por miedo a la bestia que habita en la montaña, y apenas se distingue su humo. Además, son muy pocos para mantener la hoguera encendida todo el día.
Aprovechando la oscuridad de la noche, Jack y dos de sus cazadores más crueles, Roger y Maurice, atacan al grupo de Ralph para robarle las gafas a Piggy, la única forma que tienen de hacer fuego para cocinar los cerdos que cazan. A la mañana siguiente, los chicos van al campamento de Jack para hacerle entrar en razón. Pero éste pelea con lanzas contra Ralph y se niega a devolverle las gafas a Piggy ni a respetar la autoridad de la caracola, que porta Piggy entre sus manos. Mientras pelea con Ralph, Jack ordena a su tribu que atrapen a Eric y Sam, que son hechos prisioneros. A su vez, Roger lanza una roca gigante contra Ralph, pero éste la esquiva y acaba impactando contra Piggy, ciego sin sus gafas. La roca destroza la caracola y mata a Piggy.
Ralph escapa. En la noche se acerca al campamento cuando los mellizos están haciendo guardia. Ellos le cuentan que Jack y Roger planean lanzar a toda la tribu en su búsqueda por toda la isla, así que Ralph busca un escondite para pasar la noche, comunicándoselo a los mellizos por si quieren huir con él.
Por la mañana, Jack amenaza a los mellizos para que le digan la ubicación de Ralph. En su huida, Ralph toma la estaca que era parte del Señor de las Moscas y se esconde en donde no pueden alcanzarlo, atacando con la estaca a todos los que se acercan. Jack decide prender fuego a toda la isla para que Ralph no tenga sitio para esconderse, por lo que Ralph tiene que huir tanto del fuego como de los cazadores, que estrechan el círculo cada vez más. Finalmente, después de una terrible persecución, llega a la playa, en donde cae exhausto esperando su terrible muerte. Sin embargo, al levantar la cabeza se encuentra con un general del ejército que había divisado el humo causado por Jack y su tribu, por lo que finalmente fueron todos rescatados, aunque ninguno con sentimientos inmediatos de alegría, conscientes de la perdida de su inocencia infantil.
 
Me a encantado el libro, a pesar de que ya lo había leído hace muchos años, releyéndolo me resulto curioso que con el paso de los años, le doy un significado diferente, lo mismo me pasa con obras como el doctor Jekyll y Hide o la metamorfosis de Kafka.
Coincido en parte con el autor en el mensaje que da sobre la democracia y el peligro que tiene de que acabé en dictadura. En cuanto a la maldad, pues creo que aparte de ser autodestructivos,  también el hombre es capaz de hacer las cosas más maravillosas, sino la vida no tendría sentido, yo creo en la dualidad y Golding solo en la vertiente más oscura y abyecta del ser humano.
Otra cosa que siempre pensé es que Golding sacó esta idea sobre la historia de la isla de Pascua pero es una opinión muy personal.
Esta novela me recuerda y mucho a muchos libros, películas y novelas.  Por ejemplo me recuerda la metamorfosis de Kafka en el sentido de que también trata la soledad y la incomunicación del ser humano.
Otra novela sería el extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde trata sobre la dualidad del hombre y el mal que habita en nosotros, tema que Golding trata constantemente en su novela.
Otras novelas de corte similar: 1984 de George Orwell.  En el que trata a una sociedad controlada y manipulada. Similar en lo de la manipulación y endiosamiento del líder. O la naranja mecánica del Anthony burguess, una sociedad que cree en la ultraviolencia. O rebelión en la granja, son libros que me recuerdan a este.
También me recuerda al comic v de vendetta de Moore, en una socidad dictatorial siempre hay alguien que intenta luchar contra ella.
El cine también a tocado cientos de veces estos temas, siempre llevando los clásicos de la literatura a la gran pantalla. Por ejemplo el planeta de los simios o farenheit 451 de Bradbury. En farenheit queman los libros los bomberos y en el planeta de los simios, hay una escena en la que Charlon heston le pide un libro a un simio, va a una estantería y ve que todos se han convertido en polvo. La cultura es el arma más subersiva contra la dictadura, de ahí que regímenes como el de Corea del Norte, prohiban el acceso a las redes sociales, manipulen la información e incluso organicen a los periodistas extranjeros lo que pueden ver y lo que no. O que en Usa, en las bibliotecas, haya libros prohibidos y a todo aquel que los coje los persigue el FBI.
En una fase de la novela, Piggy habla de fabricar un reloj de arena, cosa que es rechazada por todos. En esto me recuerda a las películas citadas, la tecnología, la cultura, en una sociedad como la isla de Golding no tienen cabida, pues se ven como subersivas.
Este autor a puesto la acción en unos niños que no tienen nada y lo que digo, es que hoy en día con los medios que hay, la manipulación a la que estamos sometidos no tiene parangón.
Mi opinión es que estoy con Golding, en la sociedad actual es posible caer en una dictadura y en situaciones límite siempre el ser humano trata de imponer su voluntad a la de otros.
Lo que no coincido con el, es en  el desenlace. El piensa que la violencia siempre se impone a la razón, que los dictadores y la sinrazón, osea la maldad, siempre tapan una acción buena. Y yo pienso que una acción buena nunca muere, es un germen que queda ahí y lo recojen otros. Y creo, o al menos quiero creer que una buena acción une a la gente y puede llegar a tumbar a un régimen autoritario.
En definitiva me gusto mucho el libro.

fotos

martes, 27 de marzo de 2012

diseño digital

Definimos el diseño como un proceso o labor destinado a proyectar, coordinar, seleccionar y organizar un conjunto de elementos para producir y crear objetos visuales destinados a comunicar mensajes específicos a grupos determinados. El conjunto de elementos que implican la creación de un diseño, se relacionan como:

Traza, delineción de un edificio o de una figura.
Descripción de un objeto o cosa, hecho con las palabras.
Disposición de manchas, colores o dibujos que caracterizan exteriormente a diversos animales y plantas.
Proyecto y plan, diseño urbanístico.
Concepción original de un objeto u obra destinados a la producción en serie, dentro del mundo de la moda, industrial.
La Forma de cada uno de estos objetos.

Un diseño es una pieza con un cierto atractivo visual, con personalidad propia y un gran equilibrio estético.


Ámbitos de aplicación

El diseño se aplica, en todos los ámbitos y se encuentra por todas partes. Dentro del mundo digital, en toda la red, internet (la web). Diseños de todo el mundo publicitario, revistas, periódicos, libros, manuales (diseño y maquetación). Encontramos diseño en nuestro mobiliario, una silla, un mueble... (diseño industrial y ergonomia). Divisamos el diseño en el mundo multimedia, el cine, televisión, videos, musicales, trailers, y demás efectos especiales.

Las posibilidades del diseño gráfico son infinitas, ya que cada vez son más los campos en los que se emplean elementos creados a través del ordenador.

El diseño se podría dividir en tres grupos principales:

La edición, diseño de todo tipo de libros, periódicos, y revistas.
La publicidad, diseño de carteles publicitarios, anuncios, folletos.
La identidad, diseño de una imagen corporativa de una empresa.

domingo, 25 de marzo de 2012

espartaco

1960. stanley kubrick. 196 minutos. drama histórico. usa. reparto: kirk douglas, tony curtis, laurence olivier, peter ustinov, jean simmons, charles laughton, jhon gavin, herbert lom, harold. j stone, jhon dall.
argumento: Espartaco era un esclavo tracio que fue vendido como gladiador a Léntulo Batiato. En Italia promovió y dirigió la rebelión de los esclavos (73-71 a. C.) contra la República romana. A medida que recorrían el país, innumerables esclavos se iban sumando a la rebelión. Espartaco intentará llegar con su ejército al sur de Italia para embarcarse con rumbo a sus hogares.
 La mítica película de "Espartaco" fue el gran impulso que tuvo Stanley Kubrick para convertirse en un director reconocido, a pesar de que es su película menos personal ya que no solo se incorporó al rodaje ya comenzada sino que las intervenciones de muchos miembros del equipo la hacen casi un film coral. La película sin embargo no estuvo nominada a mejor película, ni director, ni guión aunque fue más como venganza política de la Liga de actividades antiamericanas por contar con Dalton Trumbo, guionista perteneciente al Partido Comunista. Un buen montaje (a destacar la alternancia entre la arenga a sus respectivas tropas de Espartaco y Olivier), la música de Alex North, uno de los mejores compositores de todos los tiempos, es muy buena aunque quizá se abuse demasiado de ella y anuncie demasiado los contenidos que vienen a continuación.
Los aspectos técnicos son de lo mejor en especial unos vestuarios portentosos, unos decorados tan buenos que parecen reales y un color de los mejores que recuerdo.
El guión está basado en un libro de Howard Fast que empezó el guión pero fue destituido por Dalton Trumbo y este a su vez fue ninguneado en bastantes escenas escritas por un comité ejecutivo e incluso por algunos actores como Ustinov que escribió sus propios diálogos y los de Laughton. Stanley Kubrick nunca se sintió satisfecho de la película, pero más que por el resultado, magnífico por otra parte, por su egocentrismo que le hacía no reconocer el mérito de otros.
La película se convirtió en un nido de víboras y todos acabaron discutiendo con casi todos, Kirk Douglas auténtico valedor de Kubrick acabaron por no hablarse y sus relaciones nunca mejoraron. Al pobre Anthony Mann que empezó el rodaje y dirigió por cierto unas magníficas secuencias con las que arranca la película, por cierto Kubrick quiso suprimirlas cosa que desde luego no le honra ya que siempre su egolatría estaba por encima de la calidad de lo rodado. Por no hablar de las desavenencias entre Olivier-Laughton-Ustinov.
En cuanto al reparto, uno de los mejores de la historia del cine, por ejemplo Peter Ustinov consiguió el Oscar a mejor actor secundario creo sinceramente que el mejor es Laurence Olivier, que hace una interpretación soberbia y compleja mientras que Ustinov tiene más de caricatura, y de hombre malo que se vuelve bueno, algo que vende, Charles Laughton muy apropiado en su papel de senador republicano contrario a las dictaduras. La belleza de Jean Simmoms destaca sobremanera en la película aunque interpretativamente hablando actúa muy a lo británico clásico lo cual no resulta creíble en escenas de una esclava en la antigua Roma. Tony Curtis, un actor muy mal parado por los críticos no destaca en absoluto aunque eso no le quita méritos en papeles posteriores. Y Kirk Douglas a pesar de que no es su mejor interpretación está en muchas escenas estupendo.
 No estamos precisamente ante la obra más personal de Kubrick pero, en cualquier caso, “Spartacus” es un magnífico film a años luz de muchos otros ‘peplum’ al uso. Ese plus de calidad lo despliega Stanley desde aspectos puramente técnicos ( solo ‘grandes’ como él son capaces de rodar escenas íntimas y de acción con igual maestría) hasta aspectos menos tangibles, como su cacareado lenguaje metafórico (atención a las ‘ostras’ y los ‘caracoles’) o esa extraordinaria valija intelectual que cohabita en los diálogos de la peli y que la convierte, si no en la mejor, sí en la superproducción ‘de romanos’ más inteligente de la historia del cine.

De todos es sabido que un reparto de ensueño (Kirk Douglas, Laurence Olivier, Jean Simmons, Peter Ustinov, Charles Laughton, Tony Curtis... la lista continúa), una banda sonora sensacional y una fotografía espléndida no siempre constituyen una garantía de éxito inquebrantable; sin embargo, en esta ocasión, todos esos ingredientes suman esfuerzos y consuman un peliculón como la copa de un pino. No en vano mi particular teoría sobre la ‘pedagogía de la épica’, refrendada inicialmente con la impostergable visión de “Ben Hur”, alcanza con “Spartacus” su máximo apogeo.


Creo que Espartaco fue la cuarta o quinta película que dirigió Stanley Kubrick. Por aquel entonces no debía ser un director consolidado y aun estaba bajo la férrea intransigencia de los productores y Kubrick no podía ser Kubrick, demostrar todo lo que llevaba dentro.

Normalmente esta situación no es en absoluto positiva, pues no permite aflorar el talento del genio, pero en mi opinión, "Espartaco" es la mejor película de Kubrick, me gusta mucho más que otras películas consideradas mas "kubrickianas" como "La naranja mecánica" o "El resplandor". Y el tanto se lo debe anotar Kirk Douglas, el productor ejecutivo, que antes de contratar a Kubrick, puso bajo la dirección a Anthony Mann, al que despidió, además de manejar el los hilos para conseguir esta obra maestra, que pasará a la historia como la mejor película "peplum" de la historia del cine, hasta ahora no superada (he vuelto a verla y, por mucho que me guste "Gladiator", la carga emocional que me produce "Espartaco" es mucho mayor).

La historia de un esclavo que se revela contra el poder de Roma para liberar a los oprimidos es excelente para llevarla a la gran pantalla, y me hace recordar al "Che" (permítanme la comparación), aunque si bien las pretensiones del "Che" eran mucho mas elevadas, pues Espartaco solo quería liberar a los esclavos de Italia y huir de la misma, para tener una vida digna más allá de las fronteras del Imperio Romano, aunque si es cierto que su sacrificio provocó el principio de la caída del sistema esclavista romano, pues a partir de entonces los grandes propietarios prefirieron el colonato al latifundio.

Las interpretaciones son fabulosas, llevadas a cabo por un grupo de actores de los mejores de la historia del cine: Kirk Douglas, Laurence Olivier, Charles Laughton, Peter Ustinov...
La duración del film (unas 3 horas) se compensan con el ritmo de la película, que alterna las escenas en Roma en las que el senado debate que hacer con Espartaco, con las del propio Espartaco arrasando todo lo que encuentra a su paso, hasta finalizar con el trágico final en Apulia.
Además la película alberga una de las mejores escenas de la historia del cine, en las que los fieles seguidores de Espartaco corean la célebre frase "Yo soy Espartaco"... los pelos como escarpias.

En fin, una película emocionante, trepidante y muy humana que en mi opinión está entre las 20 mejores películas de la historia.
 Espartaco" es una de las obras cumbres en la historia del séptimo arte y desde mi personal punto de vista, la mejor película que hizo el maestro Stanley Kubrick durante su brillante trayectoria.
La historia es magnífica y está sabiamente dirigida, mientras que el reparto de actores realizan un trabajo espectacular, encabezado por un Kirk Douglas en estado puro y sublime.
Además los factores técnicos como la banda sonora, la fotografía, los decorados, el vestuario y todo lo que acompaña al argumento, le dan al conjunto un sello de película inolvidable.
Por si fuera poco, el tema es de rabiosa actualidad y es que desgraciadamente, en nuestra sociedad la lucha por la libertad es algo que siempre nos acompaña y que no hemos sabido desterrar con el paso de los años.
Así las cosas, Espartaco lucha con honor por llegar a ser un hombre libre, por alcanzar una mayor dignidad en su vida, una vida en la que él unicamente lleve las riendas. Para conseguir su objetivo, el héroe no dudará ni vacilará, empleando cuantas armas estén puestas a su alcance, en una aventura grandiosa de principio a fin, en toda una epopeya.
Desgraciadamente, la traición se cruzará en su camino, pero para saber el desenlace, mejor que vean la película y acompañen a Espartaco en su arduo camino.
Toda ayuda será bien recibida.
 Superproducción histórica, es el quinto largometraje de Kubrick. Escribe el guión Dalton Trumbo, que se inspira en la novela “Spartacus” (1951), de Howard Fast. Se rueda en escenarios naturales de España (Colmenar Viejo, Alcalá de Henares, Guadalajara, y Navacerrada), California (Valle de la muerte, Hollywood Beach, Janss Conejo Ranch, Hearts Castle) y en platós de Universal Studios (Universal City, CA), con una inversión de 12 M de dólares. Nominado a 6 oscar, gana 4 (actor reparto, dir. artística, fotografía y vestuario). Producido por Kirk Douglas y Edward Lewis para Universal, se proyecta en sesión de preestreno el 6-X-1960 (NYC).

La acción dramática se sitúa entre los años 73 y 71 AC. Espartaco, esclavo tracio de las minas de Libia, es vendido a Léntulo Batiato (Ustinov), titular de la escuela de gladiadores de Cápua. Enamorado de Varinia (Simmons), cuando ésta es vendida al patricio Marco Licinio Craso (Olivier), encabeza una revuelta de esclavos que ansían libertad. Sus mejores amigos son Draba (Strode), gladiador etíope, y Antonino (Curtis), poeta siciliano, esclavo de Craso. Espartaco es valiente, hábil, tiene cualidades de líder y cree que todo el mundo tiene derecho a ser libre. Craso es rico, poderoso, solitario, bisexual y vanidoso. Como líder del partido patricio es senador y general. Cree que la dictadura es el mejor sistema de gobierno de Roma. Cruel y sanguinario, padece desequilibrios emocionales. Sempronio Graco (Laughton), líder del partido republicano, es enemigo de Craso, desconfía de las dictaduras y es inteligente, sutil, manipulador, intrigante, vengativo y pragmático.

El film suma acción, aventuras, biografía, drama e historia (Roma). Se basa en una novela inspirada en hechos y personajes reales, que sitúa en espacios y tiempos que no se corresponden rigurosamente con los históricos. Espartaco nació libre, fue soldado romano y posteriormente fue esclavizado. El promotor y productor de la obra fue Kirk Douglas, que quería resarcirse del hecho de no haber protagonizado “Ben-Hur”. La obra está concebida desde un estricto punto de vista laico, por lo que prescinde de todo tipo de referencias cristianas, abundantes en films similares de la época. Por lo demás, la obra traspira aires liberales, diferentes de los que se derivan de concepciones que inspiran otros trabajos (“La caída del Imperio Romano”).

El guión aporta unos diálogos fluidos y brillantes, una buena definición de caracteres y una evolución razonable de los mismos. La dirección corre a cargo de Anthony Mann durante la primera semana de rodaje, dedicada a escenas en el desierto, que se incorporan a la cinta y aparecen hacia el final. Divergencias de criterio entre Mann y Douglas, debidas al empeño de Mann de dar al personaje de Espartaco más sutilidad y menos contundencia física, dieron lugar a su despido.
 Cualquier cosa menos una película de romanos al uso.

Para empezar es maravilloso ver desfilar desde el mínuto cero a un grande detrás de otro.

Douglas, Jean Simmons, Ustinov, el magnífico Sir Laurence Olivier, Charles Laughton, que está estupendo, su papel me encanta..........,Gavin, Toni Curtis como Antonino

Las escenas de lucha, de la primera parte de la peli, en la escuela de gladadiores de Batiato, son maravillosas.También el resto de escenas bélicas. La del fuego en la batalla....inolvidable

El personaje de Espartaco, su integridad, resistencia, sentido del honor, de la justicia, su fortaleza física y psíquica, la profundidad de sus pensamientos, su grandeza de espíritu, llenan la película y cautiva al espectador.


Su belleza física brutal contrasta con la discreta de Jean Simmons. Su historia de amor queda en segundo plano, como algo anecdótico. Mención aparte la escena en la que se conocen y ella es enviada para satisfacer sus deseos sexuales. En unos segundos retrata toda la crudeza de la esclavitud llevada al límite, como la condición mas vil a la que se puede someter a un ser humano

Sorprenden la profundidad de los diálogos. Son muy buenos.
Las ambigüedad del personaje de Laurence Olivier, sobre todo cuando saliendo del baño le pregunta a un jovencísimo Toni Curtis si le gusta creo que era la carne o los caracoles, una clara alusión sobre su sexualidad.Olivier dice que a él, ambas cosas. La escena está cargada de tensión sexual.

También tiene magníficos guiños de humor. De una ironía total. Cuando le hace esta pregunta, Curtis , al parecer, huye espantado de Laurence Olivier, pues la siguiente escena después de la del baño, es una del joven que ha salido pitando de Roma y del de los caracoles para unirse a Espartaco. Provoca una sonrisa.

Me gusta especialmente como muestra el respeto que infundía Espartaco al resto de personajes. Admirado y querido por sus seguidores, para los que era casi un Dios. Admirado temido y envidiado por sus enemigos.

Encarna todos los valores por los que merece la pena luchar.

Fantásticamente retratada la época. Las intrigas de Roma,veneno incluído, el senado, la lucha por el poder, la lujuria, el desenfreno, el poco aprecio por la vida, las gestas, el valor de los superhombres luchando en mil batallas, el culto a la belleza, el hedonismo, la ambiguedad sexual, la gula, las bacanales, los sestercios...

Es un peliculón. Con todas las letras.
Los actores maravillosos. La composición del personaje de Espartaco me parece sobresaliente.

La música maravillosa.

El personaje de Espartaco es uno de los mas grandes que se han creado, sino el mas

No hay excusas para no verla
 Un reparto portentoso.

El Kirk Douglas, el más machote, un tío al que le puedes apagar una colilla en el hoyuelo de la barbilla sin que pestañee. Quien mejor que él para protagonizar (y producir) una cinta plagada de personajes con más huevos que el caballo de Espartero.

Y además Tony Curtis (el poeta), Lawrence Olivier (el maloso), Peter Ustinov(el hipócrita), Charles Laughton (el trepas) y Jean Simmons (la buenorra). Con semejante plantel ¿Es posible hacer una mala película? Posible sí, pero difícil. Muy difícil.
 Yo vi Espartaco, por primera vez, en un cine-teatro de Vitoria hace cerca de cuarenta años; un sábado, en una sesión doble y continua. Llovía, y sabíamos que no lo dejaría en toda la gris jornada, por lo que pertrechados de refrescos y bocadillos nos sumergimos en la oscuridad de la sala en pleno mediodía (12,30). Por la pantalla, en buena vecindad con romanos y gladiadores, cabalgaban en ese momento, sucios y malcarados vaqueros buscando los confines del desierto de Tabernas. En aquellos días solo nos planteábamos lo de la duración de las películas para elegir, en caso de duda, las más largas; considerando que a igual precio era más atractiva la cantidad que la calidad. Éramos apenas prófugos de la niñez pero un amor imprevisto había invadido ya nuestros corazoncitos: el cine. Precisamente una de nuestras antiguas novias imposibles fue Varinia (Jean Simmons), que prefirió a Espartaco (Kirk Douglas) y, también desde aquel día las túnicas, que resbalaban del cuerpo de las mujeres como peces de manos enjabonadas, pasaron a ser para nosotros un imprescindible fetiche sexual.

No recuerdo aquel spaghetti-wester pero nunca olvidaré las siete horas que anduve entre animosos esclavos, pérfidas legiones, triunfantes traidores, senadores intrigantes, cobardes mercaderes e irreductibles militantes de la libertad. Sé que si el líder tracio se hubiera dirigido en cualquier momento al patio de butacas, hubiera contado al menos con un centenar más de harapientos dispuestos para marchar contra el malvado imperialismo romano y la capital de la República. Quién sabe si alguno de nosotros hubiéramos podido con nuestras propias manos estrangular al ambicioso e insensible Craso (Laurence Olivier), e incluso tocar las sandalias y el corazón de la viuda más valiente y más apreciada de la vetusta Roma.

Hace muchos años que el Teatro Amaya perdió su particular guerra de audiencias y quedó convertido en bloques. La gran pantalla en la que compartimos aventuras pasó a convertirse en centenares de diminutos aparatos de televisión; y los amplios palcos, con olor a púrpura de cortinón, en salitas de estar y en comedores de un solo comensal. Todo ha cambiado salvo el indómito espíritu de Espartaco y la maestría de Stanley Kubrick para conseguir soldarnos a la silla y devolvernos a los años que importan; a aquellos, que como decía García Márquez, nos conocieron felices e indocumentados.
 Bellísima y conmovedora obra del genial director Stanley Kubrick (La naranja mecánica, La chaqueta metálica) en la que todo resulta prácticamente perfecto y su reparto se encarga de engrandecer la cinta, destacando las magníficas actuaciones, además de la obvia de Kirk Douglas, la de Peter Ustinov, quien ganó el Oscar al mejor actor de reparto (la película se llevó otros tres: fotografía, dirección artística y vestuario), la de Laurence Olivier, que consigue revolver las entrañas sólo con una mirada, y la de un sarcástico Charles Laughton, que completa mi interpretación favorita de esta película.

La trama de la película se asienta en los hechos reales de un esclavo tracio, de nombre Espartaco, que dirigió la rebelión más importante contra la antigua república romana en suelo itálico, conocida como la Guerra de los Esclavos, allá por el año 73 a.C.

Hijo y nieto de esclavos, Espartaco (Kirk Douglas) sigue la triste senda de su familia. Es vendido como gladiador a una importante escuela liderada por el entrenador Léntulo Batiato (Peter Ustinov), en la que lidera una revuelta apoyada por todos sus compañeros gladiadores, quienes le siguen después, ciudad a ciudad, liberando a todos los esclavos que encuentran a su paso y formando con ellos un ejército que luchará contra la opresión de Roma.

Sin duda se hace hueco entre las mejores películas de aventuras de la historia convirtiéndose en todo un clásico y deja para el recuerdo la magnífica dirección de Kubrick y una de las mejores interpretaciones de Kirk Douglas, que ya estuvo a las órdenes del realizador citado en Senderos de gloria.
como decía antes increible su reparto en la que quiero destacar varios secundarios:
 impresionante actor charles laughton. cómico, irónico, un auténtico joke.
peter ustinov haciendo de trepa, brillante.
mucho rostro conocido. jhon gavin, el novio de mary crane en psicosis.
jhon ireland, más famoso por sus participaciones en spaguettis y pelis del oeste.
laurence olivier con jane simmons, el celebre actor de rebeca.

el malogrado en su vida y carrera jhon dall, más famoso por su trabajo en la soga de hithcock, dónde encarnaba a la perfección a un psicotico asesino, el mejor papel de su vida.
harold j. stone. actor de reparto de toda la vida, el padre de newman en marcado por el odio, o uno de los policias que detuvo a henry fonda en el clásico de hitchcock falso culpable.
woody strode. keoma, alguién volo sobre el nido del cuco.
y todos bajo la batuta del genial stanley kubrick.
obra maestra.

sábado, 24 de marzo de 2012

el teniente blueberry

El dibujante francés Jean Giraud, conocido como Moebius, uno de los artistas más influyentes del mundo del cómic, falleció este sábado dejando tras de si una fértil obra encarnada en el personaje del teniente Blueberry y en sus incursiones en el cine.

Considerado uno de los lápices más importantes del noveno arte, Giraud falleció en París tras una larga enfermedad a menos de dos meses de cumplir los 74 años.

Deja una obra extensa y un universo propio que pasó del realismo de sus primeros personajes, inspirados en el "far west" que conoció en México, donde fue a vivir su madre, a los abstractos dibujos que dibujó a partir de los 60, inspirados en un mundo fantástico y de ciencia ficción.

Fueron esas viñetas las que le valieron llamar la atención de directores cinematográficos que incorporaron su universo fantasioso a películas como "Alien", de Ridley Scott, "The fifth element", de Luc Besson, o "Abyss", de James Cameron.

Pero su fama internacional se había asentado antes de la mano de un personaje, el teniente "Blueberry", un "cow boy" que nació de sus lápices y de la pluma de Jean-Michel Charlier en 1963, y que firmó con el pseudónimo de Gir.

Supuso una relectura del género del "western" y encontró un enorme éxito de público que le abrió las puertas de las principales revistas ilustradas, empezando por "Pilot", fundada por René Goscinny, creador de Asterix o Lucky Luke.

Pero en el cénit de su carrera, Giraud se cruzó con el artista chileno Alejandro Jodorowsky, exiliado en Francia, lo que le desvió de su carrera, hasta ese momento esencialmente realista, hacia universos más interiores e imaginativos.

Comienza así una etapa nueva en su arte que quiso marcar adoptando un nuevo alias, el de Moebius, que tomó prestado de un matemático alemán del siglo XIX.

Junto con Jodorowsky pasó años tratando de adaptar a la gran pantalla la obra "Dune", de Frank Herbert, pero el proyecto nunca vio la luz.

Sin embargo, de su colaboración mutua nacieron otras obras, que tuvieron menos éxito popular que el famoso "caw-boy" pero que se han convertido en viñetas de culto.

Es el caso de "El Incal" o "Arzach", donde comienzan a aparecer figuras surgidas directamente del universo onírico del dibujante.

En esa época funda también la revista "Métal Hurlant", donde encuentran asiento las figuras creativas de ciencia ficción y fantasía nacidas de sus lápices.

"El acto de dibujar es algo mágico. La magia está a nuestro alrededor, y con el tiempo se convierte en una técnica de comunicación. La busco en todo momento, pero es difícil de conseguir", aseguraba hace un año el dibujante con motivo de la presentación en España de una de sus últimas obras.

Moebius se convirtió en un icono, un estilo propio que fue mil veces imitado y que influyó a otras disciplinas, como el cine o el videojuego.

Abierto a las nuevas corrientes, el dibujante se instaló en 1984 en Los Ángeles y, posteriormente en Tokio, donde encontró nuevas fuentes de inspiración.

El artista traspasó la frontera del papel en la última parte de su obra, cuando decidió convertirse a si mismo en protagonista de sus cómic en la serie "Inside Moebius".

En vida obtuvo buena parte de las recompensas a las que puede aspirar un dibujante.

En 1985 fue elegido mejor artista gráfico de Francia y, poco después, el presidente François Mitterrand le condecoraba con la Orden de las Artes y las Letras.

En 1981, el Festival de Angulema le otorgaba el gran premio y en 2000 abría una gran retrospectiva de su obra.

El año pasado fue la Fundación Cartier de París la que reunió originales y objetos que marcaron su universo personal en la que, hasta ahora, es la última gran exposición sobre Moebius.

El aspecto dual de su obra fue destacado este sábado por el ministro francés de Cultura, Fréderic Mitterrand, quien señaló que con la muerte de Jean Giraud se van "dos artistas".
 La narración de historias del far west suele llevar implícito el dejar de lado los referentes históricos de la colonización del oeste americano y centrarse en el aura mítica que estos relatos evocan con fuerza. La historia (real) de los colonos y cazadores, de los caballos bisontes y castores, de los indios o de la caballería puede resultar interesante a un cierto sector de población que sepa buscar manuales sobre esta disciplina histórica en los anaqueles de las librerías generales o especializadas. Pero la ficción en los relatos de la frontera suele tener un tirón de aceptación superior. La cultura popular ha acudido con frecuencia a estos contenidos para contar supuestas historias que en absoluto se basan en una realidad histórica. La cinematografía, la novela popular y la historieta beben continuamente de esas fuentes argumentales. Estados Unidos como país escenario e inventor del género ha sabido importar esta narrativa a todo su entorno de influencia, existiendo una dilatada nómina de autores no yanquis que se mueven con relativa facilidad en este medio. Uno de los más dotados fue el guionista belga Jean Michel Charlier, coautor de Blueberry que contó como diseñador de su épica a uno de los mejores dibujantes que ha dado el cómic mundial: el francés Jean Giraud (Gir). Esa extraordinaria mezcla de talentos –una narrativa épica que abraza la leyenda y declina la realidad, y una realización gráfica realista y detallada, plena de matices- ha originado la que es la más fascinante y sugestiva saga del western jamás realizada en historieta.
 

La serie comenzó con el título genérico de Fort Navajo en el número 210 (31-X-1963) del semanario Pilote rindiendo un total de veintitrés historias que finalizan en 1990 y que cuya autoría se debe, salvo matizaciones, a Charlier y Giraud. Pero la serie principal ha derivado en otras complementarias que a lo largo de los años ha adquirido una cierta complejidad. Entre los subproductos generados figuran las historias cortas de la saga titulada La juventud de Blueberry publicados en los primeros números de los especiales Super Pocket Pilote entre 1968 y 1970, todas realizadas por el equipo mítico, Charlier y Giraud. Al estar ambientadas en un tiempo anterior a la de la serie principal, constituyen un exordio oficioso tanto a ésta como a la saga también titulada La Juventud de Blueberry realizada por los guionistas Charlier y François Corteggani y los dibujantes Colin Wilson y Michel Blanc Dumont. Las diez historias (publicadas directamente en formato álbum entre 1985 y 2004) tienen la duración estándar de un libro franco belga al uso, o sea 46 páginas y su publicación continúa actualmente.
La rentabilidad que genera el resuelto ex teniente de caballería a su dibujante Jean Giraud ha motivado que este autor -sin Charlier, fallecido en 1989- continúe con la franquicia en historias menos interesantes que conservan una titulación semejante a la de la serie principal (Mr. Blueberry) y que actualmente se sigue con una cadencia muy lenta habiendo aparecido hasta la fecha cuatro relatos editados directamente en álbum entre 1995 y 2003. Por último, y a modo de introito de la saga comprendida en los títulos “La mina del alemán perdido” y “El fantasma de las balas de oro” (semanario Pilote, 1969 y 1970) el propio Giraud escribió los guiones de una serie subsidiaria o derivada con fines comerciales –o sea, un spin off- titulada Marshall Blueberry, que constó de tres títulos publicados directamente en libro, dibujados por William Vance (los dos primeros, en 1992 y 1993) y por Michel Rouge (el tercero, en 2000). 
yo crecí leyendo las aventuras del díscolo teniente blueberry. 

vientos de guerra de herman wouk

La 2da guerra mundial es un acontecimiento que impactó a los de mi generación. Mucho se ha escrito sobre ello, pero Vientos de Guerra es diferente.

La novela está compuesta por 3 volúmenes, y está centrada en las visicitudes de una familia cuyos integrantes se verán afectados por diversas circunstancias por la guerra.

El protagonista es Pug, un alto oficial naval asignado a una agregaduría naval en Berlín, quien llega a conocer a Hitler poco antes al inicio de la Guerra.
Sus hijos, cada uno en sus propias actividades, afrontan esta época de crisis en Europa de distintas maneras, pero afectados duramente.

Todas las preocupaciones de la madre de la familia, se centran en mantener contacto con los integrantes de la familia en europa, y la necesidad de hacerlos regresar al hogar.
Justamente cada capítulo, trata de las peripecias de cada uno de ellos para regresar a su país, lejos del conflicto.
El cápítulo mejor logrado creo que es el primero. Con el nombre de Natalie, una joven Judía, luego de convertirse en esposa del hijo mayor de Pug, decide conocer la tierra de origen de su familia en Polonia a escasos días de la invasión alemana.
Todo lo que padece esta familia para lograr rescatar a Natalie y llevarla a Inglaterra, es un relato detallado de los recursos y medios a los que tuvieron que recurrir muchos refugiados judios para escapar del nacismo.

Esta novela se convirtió en una de las produccciones de TV más ambiciosas a mediados de los años 80.
La miniserie tuvo 18 capítulos y fue protagonizada por Antony Quinn en el papel de Puig y Ali Mac Graw quien personifica a Natalie.
en los años desde los 40 a los 60, se pusieron muy de moda, copiando de los geniales escritores rusos, las sagas familiares. Aquí teneis toda una familia vista desde el prisma de la segunda guerra mundial. familia americana de éxito, muy estereotipada, novela folletinesca dónde las haya, pero bastante pasable

viernes, 23 de marzo de 2012

foto premiada con el pulitzer

ahí os dejó una foto premiada con el pulitzer.

infierno en la carretera ( the hitcher)

1986. 91 minutos. acción- terror. director: robert harmon. reparto: c. thomas howell, rutger hauer, jenniffer jason leigh, jeffrey demun
reparto: El joven Jim Hasley (C. Thomas Howell) recoge con su cadillac a un autoestopista, John Ryder (Rutger Hauer), en una carretera de Texas. Cuando John le confiesa a Jim que es un asesino y que espera que le recojan y le lleven para matar, Jim lo deja en la cuneta y sigue adelante, pensando que lo ha dejado atrás. A partir de este momento, los dos empiezan a jugar al gato y al ratón. El asesino sigue matando y dejando pistas que inculpan al joven Jim de los asesinatos.

La metafísica del psychokiller tuvo uno de sus paradigmas más perdurables en este estimable thriller de carretera que nos descubrió que eso de recoger autoestopistas puede ser algo muy peligroso. Harmon y su guionista van más allá del simple divertimento terrorífico para anclar raíces en el insondable, incomprensible misterio del Mal, un Mal que necesita al Bien para subsistir... y para contaminarle con su diabólico poder de atracción. Rutger Hauer es un interrogante, un enigma que depara más enigmas para acabar hablando de todos nosotros. Pocas veces una relación de dependencia (por mucho que vaya disfrazada de juego macabro) había resultado tan extraña y desconcertante.

A The Hitcher hay que contemplarla desde este punto de vista, que es el que el propio Harmon subraya en incómodos momentos de quietud y reflexión que apelan a un nivel de profundidad similar al que experimentó el mismo Rutger Hauer en el celebrado monólogo final de Blade Runner. Si se prefiere prescindir de este discurso metafísico también se puede disfrutar mucho, porque The Hitcher es divertida, imprevisible y trepidante. Hay diálogos para el recuerdo, inesperadas y brillantes escenas de acción y quiebros de guión que dejan en muy mal lugar al cuerpo policial norteamericano. Además, Harmon se revela como algo más que un simple artesano al filmar con imaginación y maestría una de esas raras películas ochenteras que, como Near Dark de la Bigelow, supieron aunar trascendencia y entretenimiento de género sin perder los estribos. De un culto merecidísimo.

Lo mejor: Rutger Hauer.
Lo peor: la música de Isham, un tanto demodé.
 Mezcla de thriller, road movie y película de terror, nos encontramos ante una historia magníficamente contada, que te atrapa desde el primer minuto, y que a través de continuos y bien encajados giros de guion, te mantiene pegado al sofá durante todo el metraje, resultado de una magnifica puesta en escena y una atmosfera asfixiante.
Rurger Hauer esta magnifico en el papel de psicópata autostopista infernal, (en aquella época quedaban de puta madre los eslavos como malos en cualquier producción que se preciara), ganándose un lugar de honor en el ranking de todos los psicópatas que en el cine han sido, C. Thomas Howell alcanzo aquí el cenit de su carrera (después de dar cientos de tumbos por producciones de medio pelo, se ha reconvertido en director de imposibles y delirantes series Z, véase La guerra de los mundos 2) y Jennifer Jason Leigh se nos muestra como una adolescente adorable, en la que ya se intuía el poderió y oscura sensualidad con la que nos regalo en posteriores trabajos.
En resumen, estamos ante una autentica y genuina película de culto, con un argumento ya tratado antes y después (la firme y rara El Autoestopista, dirigida por Ida Lupino en 1953 y la payasada esa que han hecho hace poco con Sean Bean como psicópata), pero nunca tan brillantemente como en la que aquí nos ocupa.
Cita ineludible para los buenos aficionados a gloriosas salvajadas.
 

Durante mi infancia (década de los 80) me nutrí del videoclub, alquilando Beta y VHS por doquier, y grabando todas aquellas películas que iban echando por la televisión (primero por las televisión pública española, y luego por el resto de cadenas).

Compositores: Mark Isham
Año: 1986
Cómprala: Si eres amante de la música electrónica de los 80 y en especial de ese estilo tan característico del Isham de aquella época.
No la compres: Si lo tuyo es el sonido orquestal, aunque yo le daría una oportunidad.
NUESTRA NOTA
De cuando grababa películas en mi antiguo Beta recuerdo, especialmente, una película llamada The Hitcher (Carretera al Infierno, 1986), una road movie disfrazada de inquietante thriller con muchas dosis de terror y tensión, donde aún podíamos ver los últimos coletazos de un actor llamado Rutger Hauer como el psicótico autoestopista, antes de que su carrera comenzara a hundirse (fruto de nefastas elecciones) y comenzase a ponerse en modo rollizo (para el día de San Martín, vamos).
Recuerdo que fue una de esas películas que me impactó y me dejó noqueado con varias de sus escenas, realmente inquietantes, violentas y crudas, con un ritmo trepidante y sin apenas descanso.
Por aquella época, poca idea tenía yo de quien era Mark Isham, y tampoco es que su ajustado (pero brillante) score me quedase grabado en la memoria (quizás solo me llamase la atención la espectacular persecución policial), pero una posterior revisión del mismo (previa compra del CD hace unos años) me ha redescubierto una excelente joya de la electrónica y el sintetizador de los 80, y como no, muy del estilo de Isham.
Así que comencemos este pequeño (aunque intenso) viaje por una carretera cuyo destino es el infierno, con John Ryder como inquietante acompañante. Eso si, no te despistes ni un pelo… no vayas a ser la próxima pieza sangrienta de su sanguinario puzzle.

The Hitcher : El Juego del Gato y el Ratón (Ryder Vs. Halsey)

Jim Halsey viaja a bordo de un Cadillac que debe entregar en California, y para ello debe atravesar una árida y eterna carretera, rodeada de la mismisima nada (el polvo y la arena del desierto).
Presa del aburrimiento (y de la consiguiente y peligrosa somnolencia) decide subir a un autoestopista a bordo (craso error), un tipo raro que pronto destapará unas tendencias sicóticas y enfermizas.
Cuando la situación se pone tensa, con Halsey amenazado por el autoestopista (John Ryder), el chico consigue arrojar de su coche al psicópata y alejarse del lugar entre gritos de alegría y alivio, pero aquello solo será el comienzo de una pesadilla infernal, donde Halsey será presa de un juego del gato y el ratón, donde deberá luchar por su supervivencia además de demostrar su inocencia frente a la tela de araña que ha tejido Ryder.
La película cosechó excelentes críticas, aunque su recaudación en taquilla fue más bien modesta, convirtiéndose en objeto de culto tras su llegada al videoclub, siendo considerado un thriller bizarro y violento, realmente sorprendente e imprevisible (nunca sabes cuando, como y donde va a aparecer Ryder, algo difícil de ver hoy día en cualquier película).
Rutger Hauer está brutal como psicópata, y demostraba que se encontraba en el mejor momento de su carrera, con películas como Blade Runner, Lady Halcon o Flesh & Blood (Los Señores del Acero). Transmite inquietud y un aspecto de malevolencia realmente insano, capaz de matar en cualquier momento de forma violenta y brutal, sin ningún tipo de escrúpulo o piedad posible
 C. Thomas Howell (el mismo de E.T., Red Dawn o The Outsiders) hace la contra réplica con el papel del joven Halsey, quien sufrirá un auténtico calvario, solo ante el peligro y sin ningún apoyo (a excepción de una joven chica llamada Nash, interpretada por una joven Jennifer Jason Leigh), y cuya infernal experiencia le hará ir madurando y endureciendo su coraza y su alma,  enfrentándose a su pesadilla en un intenso duelo final. La química entre ambos actores es perfecta, estableciéndose una extraña e intensa relación difícil de explicar, donde Halsey sufrirá lo que no está escrito, y donde Ryder se dedicará a jugar todo el tiempo con el joven chico, haciéndole pasar por todo tipo de problemas.
Hay escenas realmente extraordinarias, como la vibrante persecución policial que sufren Halsey y Nash, con todos los coches patrulla pisándoles los talones (incluyendo un helicóptero), o la violenta y salvaje escena del Motel, con el triángulo Ryder-Halsey-Nash como protagonistas.
Entre el reparto encontramos al actor Jeffrey DeMunn como el capitán de policía Esteridge, un habitual del cine de Frank Darabont (The Mist, The Green Mile), al que recientemente hemos podido ver en las dos temporadas de The Walking Dead.
El director, Robert Harmon (autor de películas como Wes Craven Presents: They, Highwaymen o Nowhere to Run) hizo un trabajo espectacular, dotando de dinamismo y realismo a la historia, guiada por situaciones de tensión que son llevadas al límite, y con un magistral trabajo de dirección de actores.

Anécdotas

  • El guionista de la película, Eric Rec (autor de guiones del género de terror y del thriller como Near Dark, Bad Moon, Body Parts, Cohen & Tate o Blue Steel), afirmó que la película estaba inspirada en la canción Riders on the Storm, de los míticos The Doors.
  • Para el papel de John Ryder fueron considerados otros actores, sonando nombres como Terence Stamp o Sam Elliot, aunque finalmente (y afortunadamente) el rol recayó sobre Hauer (del que Howell afirmó sentirse asustado y aterrorizado por la intensidad de su interpretación).
  • El Motel donde transcurre una de las escenas más violentas de la película forma parte de la famosa Route 66.
  • Finalmente, citar que la película sufrió una secuela en el año 2003, llamada The Hitcher II: I’ve Been Waiting, que fue directamente al videoclub, y donde Howell repite rol de sufridor, encontrándonos a Jack Busey como el nuevo psicópata de turno, y con el guionista Eric Reed repitiendo, y cuya partitura correría cargo de Joe Kraemer.
  • Por si fuera poco, en el 2007, sumándose a esa extraña (y a veces incomprensible) moda del remake, se rodó una nueva versión del clásico del 86, de igual nombre, donde destaca la presencia de Sean Bean como John Ryder, con el mediaventurero Steve Jablonsky como compositor asignado.
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    Brillante road movie con algunos toques de humor negro en la que un adolescente comete el ERROR con mayúsculas (y más sabiendo la cantidad de locos que hay en USA) de recoger a un autoestopista que se hace llamar John Ryder, el cuál se convertirá en la peor pesadilla del muchacho.

    Un eficaz Robert Harmon sabe muy bien como manejar el suspense filmando escenas de un ritmo trepidante en lugares y carreteras solitarias, acompañadas por la peculiar y estupenda música de Mark Isham, algunas escenas de acción muy conseguidas, y un soberbio Hauer como uno de los psicóticos más memorables de la gran pantalla.

    Sublime fotografía de John Seale.

    Un final no tan espectacular como se esperaba, aunque no es para queja.

    No apta para personas con problemas cardíacos.

    Uno de los mejores thrillers de la década de los `80. Le siguió una continuación mucho peor y un lamentable remake, así como numerosas imitaciones.
     peliculón y del bueno. un thriller de acción de los de antes, de los buenos, trepidantes, sin pausa, encomiable las escenas de acción, como encomiable la locura terrorificamente maravillosa del enorme rutger hauer. detalles cómicos, como el enfoque constante de las zapatillas nike del prota. En fin, por h o por b, no tiene desperdicio.ver la original, los remakes que se hicieron no valen la pena.