Sinopsis: ¿Qué puede hacer un investigador cuando el principal sospechoso se
encuentra entre rejas? 'Sangre bajo cero' es el brillante debut de Steve
Hamilton en el género negro. Alex McKnight lleva catorce años viviendo
con el miedo en la sangre, en forma de bala a menos de un centímetro del
corazón. Maximilian Rose, el psicópata qu
e
lo hirió y que mató a su compañero cuando estaban en la policía, acabó
en prisión. McKnight, por su parte, vive tranquilo en un pequeño pueblo
llamado Paradise... Hasta que el asesinato de un corredor de apuestas
hace saltar las alarmas otra vez. Rose sigue en la cárcel, pero el
crimen lleva su sello inconfundible. Y McKnight comienza a sentir su
aliento en la nuca, en un pueblo que empieza a parecerse a cualquier
cosa excepto a un paraíso
Opinión Personal: Steve Hamilton debutó en el mundo de la novela negra con este " Sangre Bajo Cero", que nos presenta al investigador privado Alex McKnight, por cierto, que esta novela ganó premios, y su autor aprovechó el tirón para estirar el chicle, creo que las aventuras de este investigador ya van por su octava entrega.
Tengo que decir que la novela se lee fácil, pero al acabar su lectura tengo la sensación de que es cómo si no leyera nada, pero vamos a empezar por el principio. Lo malo del protagonista es que es un prototipo auténtico de investigador privado. Tio alto, guapo, ex jugador de béisbol, siempre divorciado, que tiene una historia del pasado que le atormenta. Fué tiroteado por un psicopata y alberga una bala en el corazón, eso sirve para que cause baja en la policia de Detroit, se vaya a un pueblo perdido de Norteamerica a vivir o tratar de huír de los recuerdos y se convierta en investigador privado, además de todo eso, está enamorado de la mujer de su mejor amigo... un cliché auténtico. Los personajes secundarios quizás son más interesantes, pero tampoco mucho más, personajes planos cómo lenguados.
Una vez analizados los personajes veamos el medio, un pueblo de las montañas, cercano a la frontera del Canadá, con sus grandes lagos, sus moteles a pie de carretera, sus montañas y cabañas, camisas de cuadro y leñadores, lo típico- tópico, pero quizás es lo más salvable de la novela.
Habrá que analizar la trama. arranca liosa, en realidad en las primeras ochenta páginas no sabes muy bien que quiere el autor, hasta que por fin se centra. Tenemos al mejor amigo de Alex, un forrado que tiene problemas con el juego, es ludópata. Asesinan a dos hombres que querían cobrarle la deuda al amigo de Alex McKnight... y a su vez Mcknight recibe llamadas telefónicas del psicópata que le pego un tiro en el corazón, Rose.
Rose, lleva veinte años en prisión por ese intento de asesinato, y el novelista nos quiere hacer desviar la atención. Creer que habrá un nuevo duelo entre Rose y Alex, un truco cualquiera, cuando sabemos que Rose lleva 20 años en prisión desde el minuto uno, y que alguién se está haciendo pasar por Rose, para involucrar emocionalmente a Mcknight que es un saco de nervios y cometa una imprudencia, eso está claro. Es cómo si el léctor se adelantará a las pistas que llevan a la resolución del caso, Mcknight lo resuelve en las últimas 10 páginas y por supuesto se quedará con la mujer de su amigo, pero el léctor ya adivina lo que va a pasar 80 páginas antes del final.
En cuanto al ritmo narrativo, es una novela con mucho dialogo, que se lee fácil, pero no de un tirón porque no te engancha, no tiene ritmo, no hay escenas emocionantes, tampoco personajes profundos y no es la típica novela negra con sentido del humor ácido, ni humor negro.... nada, ni una sola frase que pase a la posterioridad. Novela negra, thirller barato de gasolinera, para leer y echar cabezadas en el tren, sin más, flojísima, y cero interesante las aventuras de un detective privado aburrido, predecible cómo pocos.
Opinión Personal: Steve Hamilton debutó en el mundo de la novela negra con este " Sangre Bajo Cero", que nos presenta al investigador privado Alex McKnight, por cierto, que esta novela ganó premios, y su autor aprovechó el tirón para estirar el chicle, creo que las aventuras de este investigador ya van por su octava entrega.
Tengo que decir que la novela se lee fácil, pero al acabar su lectura tengo la sensación de que es cómo si no leyera nada, pero vamos a empezar por el principio. Lo malo del protagonista es que es un prototipo auténtico de investigador privado. Tio alto, guapo, ex jugador de béisbol, siempre divorciado, que tiene una historia del pasado que le atormenta. Fué tiroteado por un psicopata y alberga una bala en el corazón, eso sirve para que cause baja en la policia de Detroit, se vaya a un pueblo perdido de Norteamerica a vivir o tratar de huír de los recuerdos y se convierta en investigador privado, además de todo eso, está enamorado de la mujer de su mejor amigo... un cliché auténtico. Los personajes secundarios quizás son más interesantes, pero tampoco mucho más, personajes planos cómo lenguados.
Una vez analizados los personajes veamos el medio, un pueblo de las montañas, cercano a la frontera del Canadá, con sus grandes lagos, sus moteles a pie de carretera, sus montañas y cabañas, camisas de cuadro y leñadores, lo típico- tópico, pero quizás es lo más salvable de la novela.
Habrá que analizar la trama. arranca liosa, en realidad en las primeras ochenta páginas no sabes muy bien que quiere el autor, hasta que por fin se centra. Tenemos al mejor amigo de Alex, un forrado que tiene problemas con el juego, es ludópata. Asesinan a dos hombres que querían cobrarle la deuda al amigo de Alex McKnight... y a su vez Mcknight recibe llamadas telefónicas del psicópata que le pego un tiro en el corazón, Rose.
Rose, lleva veinte años en prisión por ese intento de asesinato, y el novelista nos quiere hacer desviar la atención. Creer que habrá un nuevo duelo entre Rose y Alex, un truco cualquiera, cuando sabemos que Rose lleva 20 años en prisión desde el minuto uno, y que alguién se está haciendo pasar por Rose, para involucrar emocionalmente a Mcknight que es un saco de nervios y cometa una imprudencia, eso está claro. Es cómo si el léctor se adelantará a las pistas que llevan a la resolución del caso, Mcknight lo resuelve en las últimas 10 páginas y por supuesto se quedará con la mujer de su amigo, pero el léctor ya adivina lo que va a pasar 80 páginas antes del final.
En cuanto al ritmo narrativo, es una novela con mucho dialogo, que se lee fácil, pero no de un tirón porque no te engancha, no tiene ritmo, no hay escenas emocionantes, tampoco personajes profundos y no es la típica novela negra con sentido del humor ácido, ni humor negro.... nada, ni una sola frase que pase a la posterioridad. Novela negra, thirller barato de gasolinera, para leer y echar cabezadas en el tren, sin más, flojísima, y cero interesante las aventuras de un detective privado aburrido, predecible cómo pocos.
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