Al inicio de la Guerra Civil encontramos a Boix en los ambientes de la Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña siempre con su Leica en la mano. En aquellos años empieza a trabajar como fotógrafo de prensa y todos lo recuerdan como un fotógrafo apasionado, pendiente las veinticuatro horas del día de hacer fotografías. No sabemos si llegó a participar en alguna acción armada como combatiente, pero sí estuvo en diversos frentes como fotógrafo.
fue uno de tantos republicanos que, tras la derrota en la Guerra Civil española, cruzaron la frontera con Francia y se alistaron en el ejército francés para continuar su lucha contra el fascismo. Con la ocupación alemana de Francia, Boix fue capturado y trasladado al campo de concentración de Mauthausen en 1941, lugar en el que conseguiría sobrevivir durante cuatro años. Fue destinado al laboratorio fotográfico (un destino mucho menos duro que trabajar en la cantera del campo con sus famosos 189 escalones en los que miles de presos perdieron la vida). Este servicio era el encargado tanto de retratar y fichar a todos los internos que llegaban al campo como de fotografiar la vida diaria del mismo. Boix fue capaz de guardar miles de fotografías que llegaron a ser utilizadas como prueba en el Juicio de Nuremberg. Según declaró el propio Boix en dicho juicio, los SS hicieron más de 60.000 fotografías y él consiguió rescatar 20.000.
La
importancia de estas fotografías radica en que fueron realizadas desde
dentro del campo por los propios nazis. Existen infinidad de imágenes
tomadas por los fotógrafos que acompañaban a las tropas aliadas cuando
liberaban los campos nazis, como las realizadas por la prestigiosa
fotógrafa norteamericana Lee Miller, pero las que Boix consiguió sacar
del propio laboratorio del campo son de las pocas que se conservan
anteriores a 1945.
En mayo de 1940 , como muchos españoles, cayó prisionero de las fuerzas alemanas que invadían francia Tras pasar por el campo de prisioneros de guerra (stalag XI-B, en fallingbostel ), a principios de 1941 fue enviado al campo de concetranción de Mauthasen (en austria , entonces integrada en el 3 reich ), donde murieron dos tercios de los más de 7.000 españoles allí internados. En Mauthausen, Boix trabajó la mayor parte de su periodo de internamiento en el laboratorio fotográfico que la Administración del campo (Erkennungsdienst) destinaba principalmente a usos policiales. Hasta 1945 consiguió ocultar un importante número de fotografías que mostraban aspectos de la cruda realidad del campo y de las prácticas de exterminio de los presos. En muchas de ellas aparecían también los rostros de los SS responsables del campo y de altos jerarcas del nazismo que lo visitaron.
En 1946 Boix fue testigo en dos procesos contra criminales de guerra nazi ante el Tribunal Internacional de Nuremberg testificó (llamado por la acusación francesa) contra altos jerarcas nazis, como erns kalterbruner y akbert speer En su declaración fueron proyectadas algunas de las fotografías que habían sido preservadas de la destrucción en Mauthausen. Boix también declaró en el proceso de dachau contra 61 acusados de crímenes en mauthassen y también allí fueron mostradas fotografías.
Tras su liberación en Mauthausen, Boix trabajó en Francia como reportero gráfico para la prensa cercana al partido comunista francés (l, humanité , Ce Soir, Regards). Falleció en París a la edad de 30 años, probablemente debido a una enfermedad renal relacionada con su periodo en Mauthausen
En
estas imágenes podemos ver las obras de construcción del campo o a
oficiales de las SS en sus momentos de asueto. Una de las cosas más
inquientantes de estas fotografías es que, tal y como dijo una víctima,
lo peor de mirar a la cara a los oficiales de las SS es que tenían cara
de gente normal. Pero esa gente normal era la que ejecutaba a los
prisioneros de forma caprichosa, tal y como se puede comprobar en otra
serie de fotografías presentes en esta muestra. Y es que el campo de
Mauthausen fue uno de los primeros en construirse fuera de Alemania. Las
obras comenzaron en julio de 1938, tras la anexión de Austria por parte
de Alemania, y en diciembre de 1939 el número de prisioneros ya
alcanzaba los 2.772. Las autoridades nazis calificaron a principios de
1941 el campo de Mauthausen como el único en ese momento de categoría
III. Esta clasificación estaba reservada para los campos con el régimen
más duro y a estos campos debían ir los prisioneros «culpables de
acusaciones realmente graves, incorregibles, asociales y convictos por
causas criminales, es decir, gente en custodia preventiva, con pocas
probabilidades de poder ser reeducada». El Holocaust Memorial Museum de
Estados Unidos calcula que por este campo pasaron cerca de 199.400
prisioneros entre 1938 y mayo de 1945, de los que 119.000 murieron en el
campo.
Por
su parte, el propio Boix agarró una de las cámaras el mismo día de la
liberación y comenzó a realizar un reportaje fotográfico de los primeros
días del campo tras la marcha de los nazis. A esta serie pertenecen
esas imágenes del campo con el cartel en español dando al bienvenida a
los aliados, de los presos recobrándose del infierno vivido o incluso
del apresamiento y ajusticiamiento del comandante del campo, Franz
Zieries.
Francisco boix, es la voz de los desheredados, sufrió en sus propias carnes el infierno de la guerra civil española, republicano vivió el amargo sabor de la derrota y de la marginación que el yugo opresor ejerce siempre sobre los vencidos y sus hijos de sus hijos, el hombre marcado por el signo de la derrota de por vida. Por si fuera poco, vivió el infierno doble en Mathaussen, allí estuvo encerrado y allí su cámara captó la mayor verguenza de la historia de la humanidad documentada hasta la fecha, el holocausto nazi, su testimonio y su cámara, son un testigo de auténtico privilegio, para captar el horror, por lo tanto yo afirmaría que es el documento fotográfico más importante de todos los tiempos. Aparte de ser la fotografía más sincera de todos los tiempos también. Esta vez, no es un fotografo de national geographic, que busca una foto impactante, y para ello se aroja en el lodazal de la violencia, pero a la noche durmirá en un hotel cinco estrellas y se tomará unas merecidas vacaciones en el caribe. Boix, vivió en sus propias carnes Mauthassen uno de los peores campos de concetranción, y su cámara al sufrir el lo mismo que lo fotografía, nos deja completamente impactados. Por desgracia, Boix heredó una enfermedad en Mathaussen y murió a los 30 años, pero aún le dió tiempo de ver a sus verdugos en los juicios de Nuremberg, que presenció. La historia de Boix intentó ser tapada por el franquismo, pero la verdad de este hombre, sale a la luz, y le da voz a los oprimidos, a continuación os dejo un reportaje sobre su vida, que no tiene desperdicio:http://www.youtube.com/watch?v=-04d60l0-EU
Boix, el fotografo de mauthassen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario