sinopsis: Octave Parango, creativo publicitario, es un joven triunfador, forma
parte de quienes deciden lo que el público deseará mañana: «un escritor
publicitario es el autor de aforismos que venden». Pero, asqueado de esa
industria y sus manipulaciones, decide escribir un libro en el que
denunciará los entresijos de la publicidad, para así conseguir que le
despidan de la poderosa agencia en la que trabaja. Éste es el punto de
partida de 13,99 euros
opinión personal: el libro comienza dándole un puñetazo al lector, le
dice en la cara que se está riendo abiertamente de el. No cabe duda de
que es una novela muy provocadora, entramos en los entresijos del mundo
de la publecidad. Con un lema " no tomes a la gente por tonta, pero no
te olvides que son tontos!, nuestro autor comparará el mundo de la
publicidad con un futurible cuarto reich, no dejará títere con cabeza, y
criticara y nos alumbrara con datos, reflexiones, que desconocemos, que
nos harán reflexionar. Hasta aquí todo bien. Pero también es un relato
sobre un hundimiento personal el de octave parango, su protagonista,
primero adicto a la cocaína, y después adicto al fracaso sentimental,
viajamos a tiempos modernos, con una felicidad artificial, los tiempos
del consumismo salvaje, la globalización, la mediocridad cultural
teledirigida..... un estilo ágil, provocador, comparado con haullebeq,
bukowski, kerouack.
Pero para mi gusto, la novela decae mucho en su segunda parte, deja de
escandalizarnos con las actividades de las grandes marcas, para hacer un
giro introespectivo, en el que el personaje central se irá hundiendo en
su propio cinismo, en una lenta agonía, y se llevará a todos los que
pueda por delante, así nos deja un reguero de situaciones inverosimiles,
creo que al final, nuestro narrador Octave, pierde un poco del respeto
del público, pasa de contarnos cosas muy interesantes, que desconocemos o
fingimos desconocer, para contarnos sus locas hazañas, con una
violencia inusual, a los easton ellis, aunque para mí, mejor enfocada
que este autor americano que citó.
Aún así, la novela tiene partes en las que brillan pepitas de oro, y es
un escritor provocador, ácido, pero sobre todo es ameno, es reflexivo, y
un gran narrador de lo que se cuece en nuestros tiempos, a tener muy en
cuenta.
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