Me encanta alberto vazquez figueroa, no obstante tengo el 90% de su
producción, pero sin fanatismos, y dejando de lado mi pasión por su
escritura, debo ser honesto, y decir que este es el peor o de los peores
libros que escribió en su vida, pero vayamos por partes.
La historia ya de por sí, no tiene atractivo, una mezcla de tramas
bastante rara. Tenemos dos historias: un panameño jovén marino, y un
asturiano cuyo padre muere y hereda sus minas, pero antes de hacerse con
el negocio familiar se da el gusto de viajar en barco por el mundo.
Entonces ambos navegando están en tahíti, dónde se prendan de una
nativa, que los toma por amantes, ella está embarazada, y los manda a
los dos a la mierda. Y el español, deja sus celas atrás y lleva en su
barco al panameño, hacíendose amigos..... tela.
Después cada uno en su país, nos cuentan sus batallitas. El panameño se
enbarca en el crucero de lujo bímini, y el español está con la mina.
es una trama que no se sostiene ni con alfileres, simplemente utiliza
estos dos mundos figueroa, para hablarnos de sus inventos. En el mundo
del barco propone trasantlanticos de forma piramidal, y en la mina de
carbón otra forma de extraer el carbón.
Su fuerte siempre fueron las tramas, más que la construcción de
personajes, pero es que esta trama es primero soporifera, y segundo no
pega ni con cola.
Hasta en la página 200, no pasa absolutamente nada, tenemos al panameño
contandonos cosas del barco, que si corre peligro de hundirse por su
mala construcción, que si cree que hay un alijo de droga dentro, y por
el otro al español con su mina. No pega.
Lo de la mina, es un punto a favor de Figueroa, que siempre consigue
tocar temas de actualidad. Pero utiliza el tema de la mina, para darle
cera a los políticos, y es que esta novela, es muy reinvindicativa,
quiero decir que figueroa cómo tantos españoles está hasta los cojones
de estos chorizos.
La trama es birriosa, sólo en las últimas 20 páginas se pone minimamente
intersante, cuando nos enteramos que esconde las tripas del bimini.....
y nos preguntamos si la acción estaba en el bimini, para que nos suelta
ese rollazo de la mina? aún así la resolución y el final del libro es
cutrisimo.
La construcción de personajes nunca fué su fuerte, de personajes
inolvidables, para mí en su carrarera: tuareg, sicario, manaos, el
perro.... son sus grandes obras, porque tienen personajes que con su
personalidad se apoderan del escritor y le llevan la trama en volandas.
En cambio los personajes de esta novela son ridiculos y blancos cómo un
papel. El autor en realidad, sólo los utiliza para decir lo que piensa:
de política, de sus inventos.... personajes masturbatorios, que no te
llevan a ningún lado.
Te das cuenta de que un capitán de barco de 60 años, tiene la misma
personalidad que una chica de 20....¿ porque? porque el autor no les da
profundidad, sólo los utiliza para decir sus opiniones, que por cierto
se hacen repetitivas, porque las repite hasta la saciedad.
Muy mala trama, aburrida, malos dialogos, construcción de personajes
flojísima, un libro pésimo, y me duele porque soy adoro su obra, pero
este último libro, si sómos justos debemos decirle que es malo con
ganas, pero hay que ser agradecido. Y por uno malo que escribe, no pasa
nada, los momentos tan divertidos que pasamos con tuareg, manaos,
kalashnikov, coltan, vivos o muertos, el perro, sicario, africa llora,
ashanti.... merece la pena seguir confiando en él, que supera la mala
racha de esta última novela, y que vuelva el vazquez figueroa de
siempre, porque puede sacar libros mil veces mejores que bímini.
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