Su título y su concepción se relacionan con un pasaje del eclesiastés «Vanitas vanitatum omnia vanitas»
(«Vanidad de vanidades, todo es vanidad»). El mensaje que pretende
transmitir es la inutilidad de los placeres mundanos frente a la certeza
de la muerte, animando a la adopción de un sombrío punto de vista sobre
el mundo. Es, al mismo tiempo, un elemento esencial en el surgimiento
del bodegón como género individual
En el siglo 18, estos bodegones moralizantes se hicieron muy frecuentes como memento mori,
complemento indispensable para la predicación y la devoción en Europa
bajo formas y con intenciones apenas diferentes al Norte y al Sur, para
el catolicismo y para el protestantismo.
esto sirva cómo introducción os iré hablando a lo largo de la semana
sobre estos pintores que cultivaron este género cómo; antonio pereda,
andres deleito o francesco solimera.
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