otra aplicación, de tipo comercial, del procedimiento al colodión fue la moda de los esmaltes, lanzaada en 1854 por Lafon de Camarsac. Se trata de un procedimiento no fotográfico el del esmalte, que se aplica a la imagen fotográfica trasladada sobre la chapa esmaltada en blanco y luego coloreada con pigmentos y cocida. El carácter inalterable de esas imagenes valieron larga vida a esa modalidad y los medaollones esmaltados florecieron en los cementerios para inmortalizar el retrato del difunto colocado sobre la tumba.
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