Su infancia fue un continuo ir y venir rodeado de miseria: sus padres
carecían de ingresos económicos y apenas podían mantener a Carl y a su
único hermano, Johan. De hecho, Carl tuvo que acudir a una escuela para
pobres, la posterior escuela primaria de Ladugårdsland. El cólera, la
enfermedad, la vida en los barrios bajos y la suciedad eran constantes
en el entorno del joven Larsson.
Por suerte, en 1866 tuvo la oportunidad de ir a la Academia de Arte de Estocolmo; en este
curso preparatorio obtuvo hasta 12 medallas por su calidad como
dibujante, pudiendo así optar a un curso de dibujo antiguo. En 1871,
simultaneando sus estudios en la Academia, trabaja en el estudio
fotográfico de los hermanos Roesler, y como dibujante en la revista
humorística Kasper.
Durante de la década de los setenta del siglo XIX, estuvo realizando
numerosas ilustraciones para libros; sin embargo, alrededor de 1877 ,
tras viajar a parís por primera vez, se ve sumido en la pobreza e
incluso piensa en el suicidio.
Sin embargo, dos años después cambia su suerte al conocer a la que
será su musa y gran apoyo moral para el resto de su vida, la también
artista karin bergöö
después de conocerla y casarse con ella, comienza a recibir encargos,
como el de decorar el techo y las lunetas del Palacio Bolinder, en
Blasieholmshammen; además, realiza varios viajes que ayudan a conformar
su talante artístico, visitando sucesivamente suecia, londres.
En 1888 la familia Larsson se establece en la idílica 'Lilla Hyttnäs, una villa en sudborn,
aún hoy en pie, la cual reflejó innumerables veces en sus acuarelas,
como símbolo de la felicidad familiar y de la prosperidad, premio a su
infancia y adolescencia miserable y empobrecida.
El estilo de Carl Larsson, que bebe del realismo de barbizón, de la
tarjeta postal y del modernismo
a partes iguales, cautivó a la época por la ternura que evocan sus
numerosísimas ilustraciones donde representaba a su esposa y a los siete
hijos que tuvo con ella: Suzanne, Ulf, Pontus, Lisbeth, Brita, Kersti y
Esbjörn, nacido en 1900. Estos niños llegaron a ser tan populares que
casi fueron tomados como personajes con identidad propia del arte de
entonces.
Su principal objetivo como artista era representar el "lado amable de
la vida", después de toda una época de penurias: escenas cotidianas,
cargadas de ternura y calidez, de su esposa con sus hijos, los niños
jugando, los veranos en la playa, interiores del hogar, etc. El personal
estilo de decoración de Karin y de Larsson dio como fruto una manera
completamente moderna de acondicionar y estructurar una casa, de forma
que fueron considerados verdaderos "diseñadores" de interiores,
adelantados a su tiempo: colores cálidos, interiores plenos de luz,
vajillas sencillas y demás detalles contrastaban con el estilo oscuro,
recargado y victoriano de otros hogares de la misma época.
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