sinopsis: En lo alto de la ciudad de Los Ángeles un grupo armado terrorista se ha apoderado de un edificio tomando a un grupo de personas como rehenes. Sólo un hombre, el policía John McClane (Bruce Willis), ha conseguido escapar del acoso terrorista. Está solo, pero mantendrá una lucha feroz y agotadora contra los secuestradores. Es la única esperanza para los rehenes...
Lo mejor de ella, es que en todo momento sabe mantener el equilibrio perfecto entre el espectáculo de acción, tiroteos y mamporros más funcional y esos divertidos tramos donde la vis más humorística, ya no sólo del mismísimo McClane, sino de otros personajes, se destapa.
Además, se agradece no toparnos con el arquetípico villano que siempre duda dos veces antes de hacer las cosas, y qué coño, se agradece todavía más que el grandioso Alan Rickman le de vida en uno de sus papeles más geniales y descarados, siendo acompañado también de otros fabulosos personajes como Karl (al que da vida Alexander Godunov como un tipo con poquitos escrúpulos) o Theo (el freak informático de risa floja).
Tampoco hay que olvidar al monumental Reginald Veljohnson (más conocido por su papel en la serie "Cosas de casa") y al jovencillo que hace de chofer de McClane.
Si hubiese que destacar secuencias por separado, este teclado seguramente terminaría hecho mierda de tanto describir las colosales intervenciones de McClane, así que solamente diré dos cosas: "Ahora tengo una ametralladora Ho-ho-ho" y "¡Aiba!". Me parece que más visual no puedo ser, porque esos dos diálogos se llevan la cima en dos de los momentos cumbre de este peliculón.
No me voy a olvidar, eso si que no, de como el pobre McClane las pasa putas y nos transporta a momentos de una habilidosa tensión y una agonía palpante gracias a la increible labor de McTiernan que saca petroleo de un guión de esos interesantes y lo convierte en un cúmulo de instantes trepidantes, diálogos chispeantes y personajes enormemente caracterizados.
Y, para colmo, el cabrón parió una de las mejores y mayores frases (y seguramente de las más repetidas en la década de los 90) y popularizó las camisetas de tirantes portando la suya con gran estilo. ¿Quien da más?
"Yippi Ka yey, ¡Hijo de puta!"
La jungla de cristal" es un clásico del cine de acción contemporáneo y asegura entretenimiento desde que la película empieza hasta que acaba. Se trata de una historia además hecha a la medida de Bruce Willis, pensada para su lucimiento personal.
Y sin duda el actor agradece el favor, llenando la pantalla de su irónico humor y de su facilidad para derrochar escenas llenas de acción, enfrentándose en solitario al peligro que supone una banda de terroristas sin escrúpulos.
Hay escenas geniales en "La jungla de cristal", pero por encima de todo yo me quedo con lo bien que está reflejada en esta película la soledad del héroe y esa resignación que le lleva contra toda esperanza a cumplir con su deber, por muy duro que sea éste.
A pesar de las terribles adversidades que afronta John McClane, de los pocos recursos con los que cuenta, al final la suerte le sonríe y con su peculiar sentido del humor, va ganando la partida saliendo victorioso de tan trepidante aventura.
Sin duda nos encontramos ante la cinta de acción por excelencia de los años ochenta, que fue un gran éxito desde todos los puntos de vista. Así que ayudemos a McClane en su particular lucha, para intentar que no esté tan solo, aunque seguramente él preferirá trabajar en solitario. Y es que los héroes son así.
hay que ser tolerante con este tipo de cine, no es una película que te vaya a cambiar la vida, nisiquiera una que vayas a recordar pasada una semana, pero si es entretenida, y son la clase de pelis que llenan una sala. el cine de acción está muy explotado, y hay que viajar a la decada de los ochenta, para rescatar a alguna que merezca la pena. esta es una de ellas, gran actuación de bruce willis, que es buen actor, pero que participa en demasiadas medianias, una pena. Piensa mcklein piensa!.
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