Más que de un relevo de la A100 se trata de una SLR totalmente nueva que poco tiene que ver con aquella primera y modesta -aunque completa- tentativa réflex de Sony. Más resolución, un cuerpo mejorado, más velocidad de enfoque y disparo, estabilización también perfeccionada... A priori, la A700 tiene todas las papeletas para convertirse en una candidata más al disputado segmento medio de cámaras.
La pantalla trasera ostenta 3 pulgadas de diagonal y la escalofriante cifra de 920.000 puntos de resolución. Unos datos que coinciden con los de la D300 y que hacen pensar que la comunicación entre ambas compañías no se ha limitado al sensor CMOS que emplean sus respectivas réflex.
Semejanzas aparte, la calidad de la pantalla es excepcional, con colores reales y una nitidez excelente. Atributos que se mantienen incluso al ampliar una zona determinada o contemplar una serie de miniaturas. ¿Apreciamos esta resolución triplicada? Posiblemente, no... hasta que colocamos al lado una pantalla de poco más de 200.000 puntos y comprobamos la diferencia.
Es una pena que estas cifras tan espectaculares no hayan sido aprovechadas por Sony para subirse al tren del Live View con esta A700, como Nikon y Canon ya han hecho siguiendo la iniciativa de Olympus y Panasonic.
Tras una convivencia breve pero intensa con la Sony A700, la verdad es que pocas réflex han dejado un regusto tan agradable como el suyo en QUESABESDE.COM. Tal vez no sólo por los resultados obtenidos, sino también porque esperábamos algo menos de una marca que hasta ahora se limitaba a tontear con la gama media profesional sin apostar directamente por ella.
El salto respecto a la A100 -y posiblemente respecto a la casi idéntica A200- es tan abismal que Sony ha conseguido alzarse en este segmento intermedio con un cuerpo que planta cara a modelos más establecidos.
¿Es comparable a la Nikon D300? A tenor de los resultados -y del CMOS tan semejante que ambas llevan incorporado-, parece claro que sí. El rendimiento al trabajar con sensibilidades altas -incluso con 1600 y 3200 ISO- es excepcional, y además la A700 tiene a su favor la estabilización integrada en el cuerpo y un precio más asequible.
Por el contrario, la ausencia de la función de previsualización en pantalla, la menos consistente construcción del cuerpo y -sobre todo- su deficiente sistema de enfoque la colocan un paso por debajo del modelo nikonista.
Con la llegada del prometido modelo de gama profesional de Sony en el horizonte -dotado de un CMOS de formato completo y 24 megapíxeles-, tras el despliegue de novedades de principios de año y en vista del rendimiento de la A700, pocas dudas cabe tener de que Sony se ha tomado en serio esto de la fotografía réflex.
De ser cierto que la competencia acaba beneficiando a los usuarios, no cabe sino congratularse.
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