. Enfoca a los ojos
Esto es básico en un retrato y por mucho
que lo sepas no podemos obviarlo porque si te olvidas de este punto
casi con toda seguridad que arruinas el resultado. Salvo que lo que
desees sea otro efecto creativo, claro está (en este caso tienes
libertad total para liberar tu vena artística y creativa). Pero si estás
buscando un retrato “convencional”, ten muy presente que los ojos han
de estar muy bien enfocados. Y en el caso de usar una profundidad de campo tan pequeña en la que sólo enfoques un ojo, recuerda enfocar el más cercano a ti.
2. Aplica la ley de la mirada
Por supuesto que no es obligatoria y que
no vas a ir a la cárcel por no cumplirla ;p Sin embargo, si no la
conoces y no la aplicas por desconocimiento, lo más probable es que el
retrato no quede tan natural como tú esperas. Puedes jugar con el
espacio delante de la mirada tanto como desees, pero siempre con un fin.
Lo normal es que dejes más espacio en la zona hacia la que se dirige la
mirada de tu modelo.
3. Cuenta algo
Como último consejo básico y general que
puedes aplicar a cualquier tipo de retrato, sea de día o de noche, en
interiores o exteriores, te diré que cuentes algo de la personalidad de
tu modelo. No te limites a fotografiar a un maniquí, tienes delante a
una persona que tiene sentimientos, miedos, expectativas, experiencias
pasadas… Su mente y su corazón están a rebosar de ellas y su cuerpo y su
rostro son los medios a través de los que se expresan. No olvides nunca
esto y procura contar aunque sea un poquito de esa persona con tu
cámara
4. Modo manual
Utiliza el modo manual de tu cámara, si
usas el automático, por mucho que utilices el modo retrato o retrato
nocturno (si tu cámara dispone de él), el resultado nunca será mejor que
el que puedes lograr tú en manual, configurando todos los ajustes a tu
gusto. El modo automático puedes usarlo cuando no tengas más remedio,
pero no por norma general.
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