1970 Inglaterra 100 minutos. director: stuart furge. guión: robert
furnival ( obra de Shakespeare) música: Christopher Lee. fotografia:
Kenneth Higgins. productora: Commonwealth united ententerment. drama.
Reparto: charlos heston, jason robards, john gieguld, richard
chamberlain, robert vaugh, diana rigg, christopher lee, jill bennett,
norman bowler, alan browning, christopher cazenove.
Sinopsis: Faltan cuatro años para que Julio Cesar derrote a Pompeyo en la batalla
de Farsalia y sea elegido como el dueño de los destinos de la Republica.
Estamos en el año 44 antes de Cristo, en Roma. Entre los particios
romanos existe el sentimiento de que la dictadura de Cesar acabara en
tirania y por ello preparan una conjura para deshacerse de este hombre:
Un grupo de conspiradores encabezados por Casio y Casca consiguen que se
les una Bruto y deciden acabar con la vida de Cesar.
Julius Caesar (El Asesinato de Julio César, 1970), filme dirigido por
Stuart Burge, se trata de una de las múltiples versiones que se han
rodado a lo largo de la historia del cine, adaptando la célebre obra del
dramaturgo inglés, William Shakespare. Sin embargo, como tantas otras
adaptaciones, esta producción de origen británico (Patrocinada por la
Commonwealth United Entertainment) resulta anodina y pasó por las
carteleras sin pena ni gloria, a pesar de que, eso sí, contó con un
brillante reparto (que sin embargo en el filme no acaba de formar un
equipo cohesionado). Aparentemente la película tenía bastantes
papeletas para convertirse en un antes y un después de las adaptaciones
Shakesperianas, pero la recepción crítica fue igual de fría que la
propia película[1]. Curiosamente, la película contaba en el reparto con
Charlton Heston como Marco Antonio, que ya había realizado el mismo
papel en la versión realizada veinte años antes, Julius Caesar (Julio
César, 1950), dirigida por David Bradley.
Como director se contó con Stuart Burge, que seguramente fue
seleccionado por su pasado como actor teatral, así como por la
adaptación cinematográfica, también de la obra de Shakespare, de Othello
(Otelo, 1965), mucho más exitosa. La dirección en la película está al
nivel del reparto, insustancial, y no hay ninguna escena que llame la
atención desde el punto de vista de la construcción escénica. De hecho,
uno de los clímax teóricos de la película, el asesinato de Julio César,
resulta anémico y ni el carisma de John Gielgud (que interpreta a César y
que es uno de los actores que realiza una mejor interpretación el
filme) es capaz de arreglar la secuencia.
El filme se atiene a los hechos de la obra de Shakespeare prácticamente
de inicio a final. Después de la batalla de Farsalia (que la película
resume con una Voz en off) la película se inicia con los últimos
momentos del gobierno de Julio César, durante su última estancia en
Roma, cuando una gran cantidad de senadores romanos, siendo liderados
por Bruto y Casio, conspiran en su contra. Después del célebre
magnicidio, la película seguirá los pasos de Antonio y Octavio hasta su
venganza, en los campos de Filipos. Hay que decir antes de todo que la
película no sigue la historia auténtica, sino que es fiel al texto de
Shakespeare. Por tanto, la visión es presentar a Antonio y Octavio como
amigos sin conflictos (a pesar de que hay un momento en el filme en el
que pueden verse algunos roces entre ellos) y enalteciendo en parte la
labor de los asesinos Bruto y Casio, que en parte son dignificados por
el discurso de Shakespeare, al mostrarlos como unos defensores de las
libertades republicanas. Además, el tono teatral se impone totalmente
al histórico, y eso en parte estanca al filme. Sólo en algunos momentos
la película vuela más libremente, como en las secuencias de la batalla,
donde la cámara deja de auto restringirse para acercarse al lenguaje más
cinematográfico.
Uno de los problemas principales es que a pesar de contar con un reparto
excepcional, la película no consigue emocionar en casi ningún momento.
Durante el asesinato de César el espectador permanece impasible, y quizá
sólo en momentos puntuales, como los discursos delante de la plebe (a
pesar de que no se pueden comparar con la película de Mankiewicz) o el
suicidio final se consigue levantar algo de pasión, pero por lo demás
el resultado final es demasiado simple. Si alguien ya ha visto alguna
adaptación de la obra de Shakespeare se aburrirá tremendamente, porque
el filme no tiene demasiadas novedades que aportar, y en su aspecto
clave, al jugarse casi el completo en las actuaciones del reparto,
tampoco funciona, así que en general la película transcurre sin
demasiadas estridencias pero tampoco sin arriesgarse en exceso. De la
Roma antigua apenas se puede reconocer demasiado, ya que el filme no se
estira demasiado en recreaciones y prefiere optar por una vía más
intelectual, alejándose de los estruendosos Péplums Romanos de Hollywood
(que en los años setenta ya no tenían la importancia que habían tenido
en la década pasada) y más allá de cuatro decorados, la película podría
pasar por un pieza teatral filmada.
Los conspiradores Casio y Bruto, interpretados respectivamente por
Jason Robards y Derek Godfrey llevan gran parte del papel y la realidad
es que su interpretación no acaba de convencer. El Bruto de Robards
resulta demasiado tibio, a pesar de que se entiende el carácter
dubitativo que le quiere dar el actor, mientras que Godfrey no acaba de
perfilar demasiado al personaje, más allá del cliché. Por su parte,
Heston cumple aunque no sobradamente.
https://www.youtube.com/watch?v=mQQh115qAME
película completa en inglés
No hay comentarios:
Publicar un comentario