sinopsis: Un joven combatiente de la Primera Guerra Mundial despierta totalmente confuso en un hospital, confinado de por vida, ciego, sordomudo y con las piernas y los brazos amputados a causa de una explosión sucedida durante un bombardeo. Al principio no es consciente de lo que le ha sucedido y en qué condiciones está, pero poco a poco comienza a darse cuenta...
Un cuerpo diezmado, confinado en su propia incapacidad de contactar con un mundo exterior que se le antoja lejano, confuso y extraño, teniendo como único escenario de su vida las ensoñaciones y delirios que su propia situación le delimita como válvula de escape.
Con esta premisa tan contundentemente amarga, con un incendiario lenguaje y formato cinematográficos y unos propósitos que se adaptan con creces a lo trascendente, se nos presenta "Johnny cogió su fusil"; una de las críticas antibelicistas más sombrías y demoledoras que servidor ha visto jamás.
El quid de la cuestión no es precisamente hacer partícipe al espectador de los hechos precursores a los conflictos que los descabellados sistemas políticos inician, ni tampoco sumir al vidente en la labor de los soldados una vez se encuentran inmersos en el epicentro de la contienda bélica, sino que nos sitúa a posteriori del grueso de la acción. Nos muestra las secuelas y no las precuelas. "Johnny cogió su fusil" nos muestra el final triste de la guerra. Y sólo eso basta para concienciarnos de la gravedad del asunto.
Johnny es una sombra de lo que fue, un "trozo de carne" que piensa, un reo de su propia esencia, que sigue siendo humana a pesar de todo. Es el resultado de la guerra en su más desoladora concepción. Una hastiada marioneta, sin escenario en el que moverse, que fue víctima de un tétrico y grotesco destino por azares de la vida.
"Qué afortunado son los que viven en paz, qué afortunados los que tienen dos piernas para moverse y ojos para ver". La vida puede ser un castigo, el mundo puede llegar a parecer un lugar cruel del que querer huir, la existencia puede ser el producto neto de tribulaciones, frustraciones y sinsabores, pero es lo único que tenemos y la echaríamos de menos de estar en la situación de Johnny. O eso le ocurrió a él.
No lanzaré un alegato a favor del pacifismo; es una apología que de tan obvia resulta innecesaria, pero, realmente, en cualquier intervención armada, conflicto bélico, confrontación interestatal o rifirafe político; el agresor y el agredido, el orgulloso y el vilipendiado, el vencedor y el vencido, el verdugo y la víctima, en suma, son los mismos: el género humano.
hablemos primero de sus cualidades técnicas. Combina el blanco y negro con el color, el blanco y negro con el presente y la realidad del protagonista, y el color con el mundo de los sueños del prota.... gran idea. No es la única buena idea, hay más en el film, nos sorprende una y otra vez, y más que sorprendernos nos golpea, puede para mi humilde gusto, con el hombre elefante la película más dura de todos los tiempos.
es devastadora, sabemos algo de la vida de jhonny, muy poco porque enseguida queda desfigurado por completo, sin piernas, ni brazos, y con la cara desfigurada.... aunque nunca se llega a caer esa sabana, detalle magistral, que cada espectador se imagine el aspecto de jhonny. Una voz en off que es la de jhonny, nos sirve para saber como se siente el protagonista, es descorazonador y a la vez, te llega hasta el fondo de las entrañas.
esta escena es simplemente preciosa, de las mejores escenas del cine, más amor imposible. Jhonny completamente acabado, en su cama, piensa que ojalá pudiera ver rallos de sol, y como si le leyera la mente la enfermera lo acerca a la ventana.... esa pequeña esperanza que tuvo.
tremendo el papel de la enfermera, que le da todo su cariño. En todo caso hay mucha gente que odia esta peli. Porque dicen que las escenas en blanco y negro, que es cuando está en el hospital, son muy duras, efectivamente son de una crudeza absoluta. Y también se quejan de las escenas en color, que es cuando jhonny sueña, dicen que es demasiado subrrealista, que evidentemente lo es, pero no conozco ni a una sola persona que esta peli, no le haya echo pensar.
es terrible la escena final, simplemente el final más triste de la historia del cine, con la del hombre elefante, y es que Trumbo, está en estado de gracia, no sólo consigue con esa voz en off, llegarnos incluso a apartar los ojos de la pantalla, porque sentimos el dolor del protagonista en nuestras carnes, sino que consigue que te replantes muchas cosas en las que entrare luego. Cómo lo tratan como una cobaya, es absolutamente denigrante, tan sólo la enfermera sufre... y esa enfermera es el público que está viendo esta peli en la butaca, trumbo mete el conocido efecto hitchcock, que uno de los personajes sea completamente neutro y se identifique con lo que el público haría, simplemente una idea magistral.
Al recibirla como un panfleto (en el sentido más noble posible del término) antes que como una película normal, restamos importancia a tanto acento en lo claustrofóbico y monótono, y en el patetismo, que sirven para potenciar el alarido. Esto es lo buscado frontal y auténticamente, y no el truco ni el artificio.
Un alarido contra la guerra, contra el hecho de que, quienes planifican las carnicerías desde sus despachos, envíen forzosos a aquellos que tendrán que hacer frente con sus fusiles y sus cuerpos a quienes intentarán matarlos, pobre carne de cañón, mientras el general en su gabinete estudia con monóculo las banderitas pinchadas en el mapa de operaciones y se fuma un habano, indiferente a las cifras de mortandad en la tropa; contra aquellos que hacen la guerra escondidos a distancia, sin dar la cara. En frío, lo describe “Senderos de gloria”.
es mucho más que una película, es cine en estado puro, es una película que debería ser vista para su estudio, analisis y posterior debate.
un alegato antibelicista y a favor de la eutanasia.
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