Es una historia triste, muy
triste, extremadamente deprimente, con un sentido del humor de sonrisa incómoda
y más de lástima que de otra cosa. Desde luego que te llega, eso Paco Roca lo
ha conseguido de sobra (y conmigo no lo consiguió con la otra obra suya que
leí, “El invierno del dibujante”), y es una obra notable, con el estilo
minimalista que ya pude apreciar en el otro cómic que he mencionado, ya que la
narración no posee una estructura in crescendo ni nada por el estilo.
Simplemente refleja un día a día, una monotonía, y una sutil caída en picado
mediante pequeñitos detalles.
El autor,premio nacional del comic en 2008 por este trabajo , no parecía muy nervioso antes de la proyección. Charlaba intrascendente con Ferreras, sentado a un lado, y con este periodista, al otro, sobre casas y lugares de trabajo. Durante la proyección, un par de preguntas del artista al director sobre algún cambio y decisión. El resto, silencio respetuoso en toda la sala, acompañado de algún murmullo de lágrimas al fondo. A los 87 minutos acaba la sesión. Aplausos. Los primeros espectadores salen corriendo y se pierden un regalo. Rosa Lema, de 101 años, demencia senil, canta una canción, un tesoro que encontró el sonidista en una de las residencias que visitó.
Al encenderse las luces, Roca respira aliviado: "Claro que cambian las cosas, incluso los personajes [hay hasta una nacionalidad diferente entre los protagonistas], pero está el espíritu. Tiene lo que yo quería contar". Cristóbal explica: "El truco de ir a blanco en las viñetas cuando el alzhéimer empieza a devorar sus neuronas no pudimos trasladarlo a la pantalla. No funcionaba". "No importa", contesta Roca, "porque sí veo mi tebeo ahí. Me preocupaba el final, cómo iban a cerrarse las tramas y si el remate aguantaba. Está claro que sí". Gira a su derecha y abraza a Ferreras, que le estaba mirando de reojo, con cierta precaución. "Felicidades".
Otra cosa es cuándo se podrá ver en los cines el filme. Estos días, con la película ya acabada, Cristóbal está cerrando la distribución comercial. "Quería hacerlo con Arrugas en la mano, que la vieran y supieran su potencial". Visto esta mañana su primer pase, lo tiene todo.
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