El premio nadal de novela Juan Ramón Zaragoza, alto cargo de la
Delegación de Sanidad en Sevilla, de 42 años, radiólogo del Hospital
Universitario hispalense, fue sorprendido ayer leyendo una novela de
Graham Greene, uno de sus ídolos, cuando le fue anunciada desde
Barcelona la adjudicación de aquel trofeo, uno de los más importantes y
tradicionales de la literatura en castellano de nuestro país. Zaragoza
obtuvo este premio por la obra Concerto grosso.
El ganador del Nadal, Juan Ramón Zaragoza, es también catedrático de
Radiología de la Universidad de Sevilla, ciudad donde reside desde hace
diez años. Concerto grosso, la obra premiada, es la primera que
Juan Ramón Zaragoza presenta a un premio literario, aunque no la única
que ha escrito, puesto que desde hace muchos años se dedica a la pasión
de la literatura. Según dijo él mismo ayer a EL PAIS, tiene pendientes
«dos novelas y media».
Concerto grosso tiene una primera parte que se basa en la
historia de la época de Vespasiano; su segunda parte es un análisis del
siglo que viene tal como él considera que se produciría en Estados
Unidos, y en tercer lugar Zaragoza hace un análisis de la Ilustración en
tiempos del siglo XVIII.
Tal conglomerado de tiempos y actitudes no ha sido conseguido por
Zaragoza con facilidad, según declaró. Afirmaba el novelista -nacido en
Valencia, pero identificado hasta el máximo) con la zona de España en la
que v¡ve-, que el logro de un tema común como reflejo de estas tres
actitudes de la civilización. le había sido impuesto por una idea: la
posibilidad de la emergencia de una sitaación en la que la Humanidad ro
sepa qué hacer ante la presencia de un hecho sobre el que no ha
investigado.
El descubrimiento de la máquina de vapor, que desconocían los omanos,
pero que él atribuye a estos, es fundamento principal de la ficción
trabada por el escritor valenciano, que ha ganado uno de los premios que
más raigambre tienen en la literatura de lengua castellana.
Sobre la tarea del novelista, el autor de Concerto grosso
decía anoche: «Es una tarea que no puede disociarse del entretenimiento,
la distracción y la eficacia». Según él, «los rollos» son los elementos
novelescos que de mejor manera alejan al lector de la narrativa que se
hace hoy en España.
Mi opinión personal sobre el libro es que es muy infantil, me explico:
es una novela de historia-ficción, tenemos a un hombre, marcos que va
viajando por todas las épocas, el es un técnico. Lo tenemos viajando en
la época de los romanos, dónde ayuda a vespasiano a construir una
máquina de vapor, con lo cual en teoría quieren ayudar en las cosechas,
pero en seguida le darán un uso bélico. su segundo viaje astral, es a
los estados unidos del futuro. Dónde un político ayudado de un
cientifico loco, quiere controlar la mente para conseguir votos y
perpretar un régimen ultraderechista. Aquí tenemos un absoluto guiño a
Hitler y su nazismo y los experimentos que llevaron a cabo. En el tercer
viaje, Marcos viaja a la francia de Marat, dónde se empieza a
investigar la electricidad, y cómo algunos la quieren utilizar como
maquina de guerra.
El libro se convierte en repetitivo, y muy pesado, y sinceramente con un
viaje ya te llegaba, porque los otros dos se repiten y ya sabes como
van a acabar.
Lo que pretende decirnos el escritor son dos cosas: si los antiguos
hubieran conocido los adelantos de nuestro tiempo, los hubieran
utilizado para hacer la guerra. Y otra cosa que nos quiere decir, es que
el mundo está dividido entre hombres buenos y malos, y los adelantos de
la técnica, siempre habrá alguién que los quiera utilizar para imponer
su voluntad a los demás. En definitiva demasiado moralista, aunque bien
es cierto que el argumento se sale de lo típical spanish, de ahí que le
dieran el prestigioso eugenio nadal.
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