Francis Bacon realizó algunas de las pinturas más desgarradoras del arte contemporáneo (que margaret tatcher despreció como «asquerosos trozos de carne»), pero su carácter era tan atípico como poco dado a llamar la atención. Peter Lacy fue su primer gran amor, después de ocho años de relación tormentosa y violenta, se mudó a Tanger donde se suicidó con drogas y alcohol. En 1964 conoció a George Dyer, su amante por muchos años, de la manera más chocante: le sorprendió robando en su taller y (según relató el mismo artista) terminaron la noche acostándose juntos. Su relación fue más bien tormentosa, si bien inspiró múltiples obras al artista, y Dyer terminó suicidándose con barbitúricos en 1971. Tres años después Bacon inició su relación más estable, con el joven John Edwards, quien heredaría sus bienes (valorados en 11 millones de libras).
Bacon llevaba una vida más bien solitaria y poco dada a escándalos. Vivió etapas de gran actividad sexual y tenía gustos e intereses inusuales, pero vestía de forma austera y seguía una rutina diaria más propia de un trabajador. Después de pintar, acudía a pubs a beber cerveza.
Curioso y desordenado, Bacon acumulaba en su taller innumerables recortes de prensa y fotografías de obras de arte antiguas, especialmente de Velázquez. También le interesaban las viejas películas de atletas saltando y corriendo, así como de aves y demás animales, pues le fascinaba el movimiento de los seres vivos. El taller de Bacon estaba tan desordenado, que el artista pisaba sus propias obras. Solía desechar bastantes si no estaba satisfecho con ellas; en cierta ocasión entregó varias a un electricista que había acudido a reparar algo. Décadas después, estas piezas fueron subastadas y alcanzaron altas cifras.
El taller de Bacon fue donado por su heredero John Edwards al museohugh lane gallery de Dublín. Fue desmontado y trasladado como una obra de arte en sí misma a dicho museo.
Bacon visitaba el museo del prado con relativa frecuencia; a veces en privado, cuando el museo estaba cerrado. Se rumorea que sus últimos viajes a madrid se debieron a que mantenía una relación con «un banquero español» llamado José, que recibió algunas pinturas suyas, pero esta cuestión se mantiene bajo un manto de silencio. Del 3 de febrero al 19 de abril de 2009 el Prado acogió una exposición antológica de Bacon, co-organizada con los museos tate modern de Londres y metropolitan de Nueva York.
un pintor extravagante, que murió en madrid, original cómo el sólo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario