Fotografiar a bailarines en sus mundos, sorprenderlos en ensayos y funciones
es seguirlos, bailando con la cámara.
Fotografiar sus cuerpos desnudos es poder llegar a lo más profundo de los mismos
robándoles nervio, fuerza, energía, magia.
Ellos nos transmiten siempre su elegancia que trasciende las imágenes fijas
y nos remonta al movimiento impregnado en su piel. exposición sobre el mundo de la danza, de alicia sanguinetti en nicaragua a principios del 2014.
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