En España, aunque los talleres tardaran un tanto en implantar los nuevos procedimientos, no dejaron de despertar vivo interés los resultados obtenidos en el extranjero.
Una serie de reproducciones de testos antiguos en fac simil marcaron las primeras producciones zincográficas. Antonio Selfa montó un taller en Madrid en 1863 y, dos años después, se fundó la Sociedad fotozincográfica por iniciativa del coronel Francisco López Fabra.
En 1871 éste emprendió la publicación fac simil de la edición príncipe del Quijote, mediante el apoyo de una asociación presidida por Eugenio Hartzenbush.
En 1873 los esfuerzos reunidos del fotógrafo Heribert Mairezcurrena junto con Josep Thomas, Joan Serra y Miguel Joarizti implantaron en Barcelona la Sociedad Heliográfica Española.
En la misma ciudad se multiplicaron los talleres y hasta bien entrado nuestro siglo, en las principales empresas figuraron los nombres de Labielle, Thomas, Joarizti, Mariezcurrena, Rivas, Montaner y Simon que jalonan una producción cada vez más intensa.
A partir de 1881, empiezan a salir reproducciones fotomecánicas directas en la prensa ilustrada.
La ilustración dirigida por Luis Tasso y la ilustración ibérica son publicaciones punteras. En 1882 aparece en la ilustración una vista reproducida mediante un procedimiento original de Joarizti y Mariezcurrena. En Madrid la ilustración española y americana publica su primer grabado Meiensebach en 1883 pero tardará en adoptar los nuevos procedimientos.
Blanco y Negro publicó en 1912 su primera reporducción fotografica en color. En 1889 J. Laurent abre un taller de fototipia que divulgará profusamente el contenido de un archivo fotográfico con la mención " fotografía inalterable". Hauser y Menet, junto con Laurent destaca entre las empresas madrileñas. La fotomecánica se apoderó paulatinamente de todas las empresas nacionales.
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