sinospsis: Un individuo es tiroteado y herido en la cabeza. Como consecuencia de ello pierde la memoria, por lo que a partir de ese momento, y ayudado por un simpático bandido, intentará descubrir quién es y por qué le quisieron matar. A medida que avancen sus investigaciones irán aumentando sus sospechas de que en realidad es un temible pistolero llamado Noon.
Aunque nacido en Inglaterra, Peter Collinson fue un cineasta trotamundos que falleció de forma prematura a causa de un cáncer de pulmón cuando contaba con cuarenta y cuatro años de edad. Tras unos primeros pasos en el medio televisivo, debutaría en el cine en 1967 con el thriller The Penthouse [tv: El ático], film al que seguirían los que a día de hoy son sus dos trabajos más recordados: Todo un día para morir (The Long Day’s Dying, 1968), drama bélico que se alzaría con el máximo galardón del Festival de Cine de San Sebastián, y la devenida en cinta de culto Un trabajo en Italia (The Italian Job, 1969), objeto recientemente de un conocido remake. Tras unos pocos títulos más, alguno de los cuales como…Y después, sin parar, hasta el final (Straight on Till Morning, 1972) le permitió trabajar para la mítica Hammer, Collinson daría por finalizada su etapa británica, comenzando así un peregrinar por las principales cinematografías de medio mundo.
Richard Crenna, actor que en su tercera incursión en este subgénero da vida a Noon, muestra que era un profesional demasiado limitado para dar vida a personajes tan complejos como éste, siendo incapaz de transmitir los sentimientos de Noon a medida que va descubriendo la verdad.
En
primer lugar el guión obra de Scott Finch (un especialista en adaptar
novelas de L’Amour) es bastante retorcido y a medida que se desarrolla
la historia se embarulla cada vez más con distintos giros y sorpresas
como el de la verdadera personalidad del pistolero amnésico o el botín
de 250.000 escondido en el rancho. Además creo que cuenta con ciertas
incoherencias pero no podría afirmarlo porque en algún momento de la
película me llegué a perder. Y a todo ello hay que añadir un torpe
desarrollo de la trama con abundantes tiempos muertos o la existencia de
ciertas situaciones ridículas o tópicas como por ejemplo la forma en
que recobra el protagonista la memoria.
Curiosilla. Esta basada en una novela de Louis L'Amour, el escritor de novelas del oeste más importante después de Zane Grey. Su director, Peter Collinson, opta por encuadres rebuscados, y la historia es bastante psicológica.
además de apreciarse en el tiroteo final, rodado de forma vulgar, que este género no era lo suyo . Un spagetti western crepuscular.
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