Los
atajos hacia el crimen, el pecado y la pasión esconden giros que pueden
abocarnos a los callejones sin salida de la ley, la obsesión y la
paranoia.
Observador detenido de la conducta humana en sus aspectos más escabrosos, Martí ha retratado las tinieblas contemporáneas con una claridad hipnótica y escalofriante de la que es buena prueba esta antología de relatos breves donde se alternan la sospecha de la fe y la realidad de lacarne, la sordidez de la urbe y los misterios del extrarradio.
Los personajes que habitan estas atmosféricas páginas sufren y desean con una intensidad cegadora, definitiva, que va mucho más allá del realismo sucio.
Una lectura certifica que las historietas de Martí, gran príncipe negro del cómic subterráneo, sona la crónica negra lo que la poesía decadente es a la literatura universal.
Observador detenido de la conducta humana en sus aspectos más escabrosos, Martí ha retratado las tinieblas contemporáneas con una claridad hipnótica y escalofriante de la que es buena prueba esta antología de relatos breves donde se alternan la sospecha de la fe y la realidad de lacarne, la sordidez de la urbe y los misterios del extrarradio.
Los personajes que habitan estas atmosféricas páginas sufren y desean con una intensidad cegadora, definitiva, que va mucho más allá del realismo sucio.
Una lectura certifica que las historietas de Martí, gran príncipe negro del cómic subterráneo, sona la crónica negra lo que la poesía decadente es a la literatura universal.
Martí Riera (Barcelona, 1955) es uno de
los primeros espadas del cómix para supervivientes que a finales de los
70 nutrió las páginas de El Víbora, donde desarrolló la mayor parte de
su obra.
Su vocación de arquitecto y una
formación en diseño —que se acredita en su excelencia como grafista—
cristalizarían en una breve bibliografía de la que hoy se recuerdan
cimas como Taxista o Dr. Vértigo, siempre ancladas en las espirales de
la mente y los vericuetos de la realidad.
Muy apreciado al otro lado del Atlántico
(donde se dio a conocer en las páginas de la mítica revista Raw) y
fuertemente influenciado por autores clásicos como Chester Gould o Will
Eisner, Martí dibuja desde una costa mental muy lejana en la que también
recalaron un día maestros de la pesadilla como David Lynch o Charles
Burns, generando una voz poderosa y particular que hace de él, todavía
hoy, uno de nuestros autores más puramente modernos.
una buena manera de pasar la semana santa, los atajos de martí.
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