Su estilo y aproximación a la fotografía es simple, atrevido, clásico, verdadero y directo.
Es
un campeón de la técnica que, lentamente, se alejó de la fotografía, un
padre, un esposo, un amante de la música y de la buena cerveza. Sabe lo
que es la película y cómo disparar, recibió un entrenamiento clásico de
fotografía pero se ha adaptado a lo digital. Tiene una barba de gurú
(más bien de chivo), y parece que tiene algo que contar.
Tras
arruinarse con la fotografía consiguió un trabajo aburrido fuera de
ella y decidió renunciar a sus sueños. Más tarde, por casualidad, un
amigo le volvió a traer al mundo de la fotografía, y con una cámara
prestada y un camión cargado de determinación, se construyó un negocio
poco a poco hasta que llegó al punto donde la gente comenzó a viajar con
él a lugares como Dubai y pagarle un buen fajo de dinero por hacer
talleres de tres días.
Sus originales talleres
de iluminación en los que prima el concepto de la frugalidad intentando
conseguir los mejores resultados con el mínimo equipo, son denominados
como One Light Workshop (Taller de una sola luz).
Su
mayor talento es la capacidad de mezclarse con cualquier tipo de
personas y conseguir que gente nerviosa se relaje delante de su cámara.
Puede manejar cualquier dificultad técnica que se le presente. Una vez
oyó decir a un fotógrafo que su trabajo era de "solucionador de
problemas" y está completamente de acuerdo con ello.
este es zack arias
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