sinopsis: En su, hasta la fecha, infructuosa búsqueda por encontrar
notas en las que se anuncién muertes por sobredosis, Joaquina es capaz
de leer el mismo períodico una y otra vez. La adicción de Gustavo se ha
convertido en tal obsesión que incluso, ha descuidado las preocupaciones
de Fernando, su hijo menor. La vida de Joaquina se ha convertido en un
infierno del que tan sólo podrá salir aferrándose a los proyectos de su
amiga Martha Y las pequeñas Ilusiones con los que Fernando consigue
llegar cada día a casa.
Opinión personal: Una novela muy sencillita, no llega a las doscientas
páginas, letra grande, argumento sencillisimo, sin giros bruscos que se
lee en una tarde lluviosa, típica novela a caballo entre la novela para
adultos y la novela juvenil.
De forma casi esquemática podría decir, nos presenta el drama de una
familia rota por culpa de la droga. El Hijo mayor, adicto a la heroína,
no va a clase, su padre trata de meterlo en cintura y le encuentra un
trabajo, trabajo en el que dura un día, pues mete la mano en la caja.
Se dedica a extorsionar a su hermano pequeño para que le robe cosas a su
madre, para pagarse su dósis diaria.
Típica familia de clase baja, que se rompe por la adicción de su hijo.
El marido de Joaquina un cliché auténtico. El típico arquetipo de hombre
entrado en años, del trabajo a la tasca, y de la tasca al trabajo, que
viene a casa con pestazo de vino y a pegar sus cuatro gritos. Ella
también es un personaje arquetipo. La típica sumisa y abnegada esposa,
aunque al final le acaba plantando la cara a los problemas. Entre medias
los dos hijos.
Uno, futbolista el otro Yonky, el yin y el ya. El hermano bueno, quiere
tapar al malo, porque cree que se lo debe, hasta que se da cuenta de que
así lo único que hace es perjudicarlo más, hasta que le planta cara, de
una forma muy tenué, diría.
En medio de este caos familiar, está la vecina graciosa, argentina,
parlanchina, ingeniosa, y que está en todas, el típico personaje, para
aliviar un poco la tensión, es el bastón dónde se apoya Joaquina. A su
vez su personaje sufre un giro dramático, no tiene papeles y los
consigue casándose con el carcinero, giro dramático que no dura ni un
suspiro y que acaba con final feliz, boda de conveniencia, y cómo era de
esperar, se acabarán enamorando.
Es una novela de una lectura fluída pero me faltan dos ingredientes.
Fernando es el protagonista de esta novela, pero no tiene ni voz ni
voto. El escritor tan sólo pretende ponerse en la piel de la madre, pero
no del yonky. Y dos, y lo que es peor, casi diría, no me gustan los
finales abiertos, y este lo es. Aún así, es un autor, al que si le daría
una segunda oportunidad.
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