1975 124 minutos. españa. director: Mario Camus. guión: Mario Camus,
Manel Marinero (Novela: Ignacio Aldecoa) música: Antonio Garcia Abril.
Fotografia: Hans Burmann. productora: arpa, impala. Reparto: Catherine
spaak, frederic de pasqueale, jose luis alonso, ariane, concha cuetos,
andrés mejuto, carlos larrañaga, carmen de la maza, teresa del río,
carlos otero, alejandro de enciso, andrés mejuto drama romántico.
Sinopsis: Es verano y Madrid está casi desierta. Elisa (Catherine Spaak), una
joven burguesa que está preparando la tesis doctoral, necesita los
servicios de un fotógrafo para ilustrar su trabajo. Contrata a Pablo
(Frédéric de Pasquale), un hombre algo bohemio, extraño y solitario que
vive con su hijo (José Luis Alonso). A pesar de un malentendido inicial,
ambos se sienten mutuamente atraídos; empieza así una relación que para
ella no es más que un romance de verano, mientras que para él podría
ser una historia de amor y de salvación.
Para hacer esta película, Mario Camus se apoya en la presencia
carismática de Catherine Spaak y Frederic de Pasquale. La modelo belga y
el actor francés se apoderan de tal modo de la imagen que es imposible
ver algo más.
Además, como de costumbre, la banda de sonido de Antón García Abril,
fiel compañero en todas sus obras posteriores, nos va comprometiendo los
sentidos.
Es muy importante también la actuación del chico, José Luis Alonso, que
con su rostro aporta mucha más información sobre el drama que lo que los
diálogos dejan percibir.
No voy a contar el final porque sería un traidor a la causa
cinematográfica, pero creo que sólo al final, el espectador va a
alcanzar a comprender la grandeza espiritual de "Los pájaros de
Baden-Baden".
Destaco del conjunto de la película la secuencia en la que se van a
bañar a la poza de un rio ( recuerdo a Miguel Ríos con su famosa canción
y la novela de Ferlosio "El Jarama") y el amigo dice descubrir detrás
de la belleza de Catherine Spaak el bienestar y la felicidad de los que
desde el principio de los tiempos han perseguido a los poetas perdidos,
momento en que a la solicitud de un poeta el amigo se pone a recitar: Yo
quiero ver aquí a los hombres…Lorca, Madrid es una ciudad de más de un
millón de cadáveres…Dámaso Alonso, Como el toro, he nacido para el luto y
el dolor…Hernández, Espronceda y sus cañones por barba, pero el momento
cumbre es cuando le pide que recite un poema de Claudio Rodríguez y
ambos intercalando los versos dicen: “Largo se hace el día a quien no
ama y él lo sabe, y el oye ese tañido corto y duro del cuerpo, su
cascada canción, siempre sonando en la lejanía.” Y terminan: “Día largo y
aún más larga la noche. Mentirá al sacar la llave. Entrará. Y nunca
habitará su casa”
https://www.youtube.com/watch?v=_g260BWRB9E
trailer
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