Las gemas se tallan de tal forma que el máximo de la luz que entra en la piedra por la corona se refleja en el interior de la piedra y se devuelve hacia el observador. Por esta razón es difícil hacer pasar la luz a través de las gemas talladas para iluminar su interior.
Para resolver este problema, en gemología se utilizan líquidos de altos índices de refracción que permiten a los rayos de luz atravesar las gemas talladas sin apenas refractarse, haciendo posible observar y fotografiar las características internas de las gemas (inclusiones, fisuras, zonalidades de color, etc.).
Existen microscopios gemológicos horizontales diseñados especialmente para la observación de gemas en inmersión, llamados también "Inmersionoscopios". No obstante, incluso en una lupa binocular normal podemos utilizar cubetas con líquidos de inmersión para observar mejor el interior de las gemas utilizando la luz transmitida.
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