Sinopsis: Un inspector de policía, cuyo nombre no se menciona en la novela, es
trasladado a una pequeña ciudad de provincias del Sur de España, tras
haber estado destinado una buena parte de su vida profesional en la
ciudad de Bilbao , donde sufrió el acoso del mundo cercano a ETA
lo que provocó el deterioro mental y posterior ingreso en un centro
psiquiátrico de su esposa. En su nuevo destino, la población en la que
transcurrió su infancia, deberá enfrentarse a un asesino psicópata que
comete crímenes de niñas y adolescentes en las noches de luna llena. En
su investigación, interactúa con quien fuera su maestro de escuela, el
Padre Orduña, con la profesora Susana Grey, de la que se enamora, y con
el forense Ferreras.
Opinión Personal: No os acerqueis a esta novela pensando que es
un Thriller porque no lo es, es una novela de personajes. La primera
parte de la novela se centra en presentarnos al inspector. Un hombre
solitario cuya mujer esta ingresada en el psiquiátrico porque no pudo
aguantar la presión de vivir junto a un hombre amenazado de muerte.
A través del personaje del padre Orduña vamos sabiendo mas cosas sobre
el inspector. Su infancia, su horfandad y su profunda tristeza y
soledad. El padre Orduña es un personaje que tan solo nos sirve para
acercarnos al personaje del inspector, sirve de catalizador para
canalizar sus pensamientos y acercar al lector a su forma de ser.
Incomprensiblemente el padre Orduña pierde todo el protagonismo en la
segunda parte de la novela. Digamos que cumplió su misión de mostrarle
quien es realmente y que deje de contenerse para expresarse libremente y
desaparece. No me gusto que perdiera protagonismo porque era un muy
buen personaje con las reflexiones sobre la vida mas interesantes.
A su vez, nos muestran el asesinato de Fatima entre todos los ángulos
posibles. Desde el punto de vista de la niña, el punto de vista de la
familia y la obsesión del inspector por buscar al asesino. No es un
Thriller así que no se dedica a buscar pruebas y a atar cabos, sino que
trata sobre la profunda huella que deja en todos los personajes este
asesinato.
Después los personajes van teniendo sus propios capítulos. El padre
Orduña en la primera parte y sus reflexiones, el inspector, el forense
Ferreras, la maestra Susana Grey y el asesino. Esta es la parte mas
interesante de la novela.
Se intercalan los dialogos íntimos del asesino y del inspector, la
búsqueda del gato y ratón y sus pensamientos intimos, un duelo
trepidante entre ambos que no se conocen pero sueñan con el momento de
conocerse, uno para aplastarlo como una colilla y el otro para fardar de
sus " logros" la mente enferma contra la mente atormentada del que
tiene que ver actos miserables y ponerles freno, alguién que no cree en
la justicia y que sabe que el asesino saldrá libre a los 10 años y
volverá a sus malos hábitos, destrozando vidas.
De repente el asesino pierde protagonismo y lo gana el inspector y su
relación amorosa inesperada con la maestra de la niña, Susana Grey. Lo
mal que se siente el inspector en un primer momento por ser adultero, el
con otra mujer mientras la suya está ingresada en un sanatorio. Un amor
desesperado entre dos almas solitarias y que piensan que ya paso el
último tren, es una historia de amor sobria, concisa y sin florituras
con sabor amargo y con redención. Digamos que es una rendija a la
luminosidad, hacia la vida. Dentro del infierno surge ese rayo de
esperanza que es el amor. Me aburrió bastante la historia de amor, debo
confesarlo y es que el amor no es para contarlo, sino para vivirlo. Yo
si tuviera que contar la historia de amor con mi mujer, 11 años juntos,
no sabría contarla y no desearía tampoco contarla. Son imágenes que se
me vienen a la cabeza, momentos que tan solo me interesan a mi y a ella.
Pero esto es una opinión personal, el caso es que me corta el hilo de
la narración, pero entiendo que Molina quiere hacer una historia de
personajes y desarrollarlo bajo una situación límite y muy trágica. Está
bien contado y bien hilvanado así que nada que objetar.
El asesino está bien dibujado aunque la parte final cuando abraza el
cristianismo es un mero cliché para sacarselo de encima y es que esa es
la impresión que deja la novela, que el asesinato de Fátima y el asesino
no tienen importancia para centrarse tan solo en la figura del
inspector.
El asesino vuelve a actuar pero le sale el tiro por la culata y lo
acaban cojiendo, algo previsible pero muy bien contado, sin estridencias
y sin utilizar trucos del Thriller para que la tensión vaya en aumento,
contado de una forma muy natural y sin show alguno, sobrio.
Queda tan solo por desvelar el final de la historia de amor, luminoso,
esperanzador pero también amargo con un último giro en las últimas
páginas, un viejo fantasma que siempre estuvo rondando al inspector
durante toda la novela que es un testigo mudo pero que pasa a cobrar su
protagonismo a última hora. Me falta tan solo hablar del estilo
narrativo de Molina. No utiliza apenas los diálogos y tira mucho del
monólogo interior, de la descripción en tercera persona y puede parecer
engorroso pero no lo es, al menos en la primera parte de la novela donde
logra un gran ritmo narrativo. Digamos que Molina no quiere ser mero
testigo de unos hechos y narrarlos de forma fria, quiere calificarlos y
anteponer las emociones que estos causan, los destragos en la
personalidad de sus personajes aunque esto suponga un pequeño freno
hacia el avance de la novela.
Personajes muy bien elaborados y que con el paso de las páginas se van
definiendo poco a poco de forma natural, una historia que te atrapa en
la primera parte pero que va perdiendo fuelle poco a poco, de todas
formas me parece un muy buen escritor y una historia que te hará
reflexionar, recomendable.
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