España 2012 119 minutos. drama. Director: jose luis cuerda. guión:
manuel rivas. música: sergio moure. fotografía: hans burman. productora:
milou films. Reparto: quim guitiérrez, miguel ángel silvestre, celia
freijeiro, xoque carvajal, axel fernández, carolina cao, sergio
gonzález, chete lera.
Sinopsis: Años 70. En Noitía, un pueblo de la costa atlántica gallega, viven Fins y
Brinco, dos adolescentes que mantienen una relación de amistosa
rivalidad en medio de la cual se encuentra Leda, una chica algo mayor
que ellos. La joven elige a Fins y lo arrastra en la búsqueda de los
tesoros que los naufragios arrojan a las playas. Su relación se
interrumpe bruscamente cuando Fins se va del pueblo, tras la muerte de
su padre mientras pescaba con dinamita. Cuando veinte años después,
Fins vuelve convertido en policía, comprueba que todo ha cambiado en
Noitía: el tradicional contrabando de tabaco ha sido sustituido por el
narcotráfico, que está bajo el control del cacique local, cuyo
lugarteniente es Brinco, que, además, ha tenido un hijo con Leda. Fins
someterá a la pareja a una vigilancia, en la que se entremezclan el
cumplimiento del deber con viejos sentimientos.
Esperaba bastante más de esta película y no sólo porque sea una obra del
mismo hombre que firmó: Amanece que no es poco, El bosque animado, La
lengua de las mariposas e incluso Los girasoles ciegos; también porque
había sido elegida para inaugurar (fuera de concurso) la 57 edición de
la Seminci. Me ha decepcionado y me ha resultado imprecisa y
deslavazada; y bien que lo siento porque me caen bien José Luis Cuerda y
Juan Diego (la única interpretación creíble).
"Todo es silencio" se queda en el intento de trasladarnos una historia
con muchas posibilidades: la infancia de tres amigos gallegos que
evolucionarán de distinta manera en función de la proximidad o
alejamiento de Noitía, el pueblecito costero que ha reconvertido con el
paso de los años su delictiva actividad de contrabando de tabaco para
entrar en el magro negocio del narcotráfico.
Los mejores momentos, para mi gusto, tienen lugar en la primera parte,
cuando la cámara del director se sitúa en los ojos de los niños. El
salto de veinte años desequilibra el film, que se convierte en un
batiburrillo en el que, por momentos, chapotean los actores,
consiguiendo que los espectadores se alejen de una realidad digerible.
El guión del buen escritor Manuel Rivas, basado en su propia novela, no
ayuda a desfacer ningún entuerto, más bien todo lo contrario. Incluso me
atrevería, irresponsablemente, desde mi lógico desconocimiento de
aficionado, a añadir que tal vez sea el desencadenante de un proyecto
fallido.
https://www.youtube.com/watch?v=3HM-vzq7usw
trailer
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