El reconocido fotógrafo y realizador de vídeos en el ártico, Scott Gilmour, nos ofrece una serie de consejos prácticos para hacer buenas fotografías en condiciones de frío extremo.
Tu equipo puede sufrir especialmente con los cambios de humedad en estos ambientes tan secos y fríos. No es igual la temperatura en el exterior, que por ejemplo dentro de la tienda de campaña. También se producen ligeros cambios cuando se atrapa el aire con la tapa del objetivo o se exhala sobre la propia cámara. Si en algún momento la cámara se ve afectada por la humedad, no dejes bajo ningún concepto que se congele, tienes que dejar que se seque.
Por todo ello cuando vayas a pasar de un ambiente frío a otro más cálido, has lo siguiente:
- Quita las baterías y la tarjeta de memoria de la cámara
- Pon la cámara dentro de un recipiente sellado y hermético, previo al cambio de temperatura
- Deja que el aire frío atrapado dentro del recipiente con la cámara se aclimate a la temperatura cálida. Esto puede durar algunas horas
El camino contrario, del ambiente cálido al frío, no presenta mayores problemas.
Si el equipo está demasiado frío, la cámara no se encenderá. Intenta mantener caliente las pilas y la propia cámara. Puedes hacerte con calentadores de mano y fundas sintéticas o de plumas de ganso, que pueden ayudarte. Con las baterías sólo será necesario meterlas en un bolsillo.
Muchos materiales con los que estamos acostumbrados a trabajar en condiciones normales, no funcionan aquí. Existen tarjetas de memoria capaces de aguantar temperaturas extremas, como la SDHC Clase 10 de PNY, que ha sido probada con éxito a -25ºC.
A estos lugares se hace necesario llevar siempre repuestos. Las baterías por ejemplo operan sólo a la mitad de su capacidad. También los cables de conexión pueden acabar congelándose.
Y por supuesto ten cuidado de ti mismo, si tienes que exponer alguna parte de tu cuerpo, hazlo lo más rápido posible, o te enfrentarás a posibles congelaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario