jueves, 28 de abril de 2011

El retrato

El retrato es el espejo espectador , el modelo está ahí, se abre el obturador y las sombras y luces del sujeto se proyectan con cruda objetividad sobre la placa sensible, caja oscura, lentes de cristal, intensidades luminosas variables, productos químicos...pero cada uno mira lo que quiere ver, o cada uno se ve a sí mismo en los demás, o ve lo que le falta lo que le sobra lo que admira lo que odia, un retrato sólo es una ventena, hay dos opciones asomarse o esconderse.
Los fotógrafos antiguos no omitían los signos que delataban la profesión, el estatus y el tipo de autoestima que se le suponía al cliente. Casi todos tendían a parecer más ricos y distinguidos de lo que eran en realidad. Con el tiempo vino la búsqueda de una mayor naturalidad,  hubo fotografos que no aspiraron a a ofrecer una imagen verdadera de una persona, sino la congelación de la apariencia fugaz. De todas formas todos los retratados están congelados y atrapados e alguna manera. El retrato antiguo era un monopolio de quienes detentaban el poder. Los museos de arte están plagados de faraones, caudillos, sumo sacerdotes, reyes, magnates de las finanzas, políticos, literatos... individuos que han ejercido su derecho a nuestra mirada póstuma mediante unas poses poco convencionales adecuadas para la inmortalidad, código limitado de actitudes, gestos corporales y puntos de vista. ¿Qué ocurre pues con los mendigos, seres marginales que Andrés Serrano ha fotagrafiado colocándolos en las mismas poses ennoblecedoras de la retratística tradicional? Esos seres aparecen ante nosotros como personajes épicos, cargados de una fuerte intensidad física y moral. Se diría que encarnan todas las virtudes que conducían en otra época a merecer el alto honor del retrato para la posteridad. Y, sin embargo sabemos que son vagabundos, drogadictos, delincuentes tal vez, la escoria del sistema social. La cámara no miente. Tales modelos, vistos de este modo, no son seres despreciables sinos santos, víctimas heróicas de nuestro tiempo. Una farsa sincera, un picor sin rascar, un dolor de huevos.
¿Puede un retrato mostrar las cualidades morales de alguien? ¿Pueden otros ojos confluir en la misma percepción? Retratos psicológicos, retratos de una época, retratos de familia, retratos robados, al fin y al cabo personas, o animales, u obejetos personalizados, o paisajes con rastro humano, dentro de un retrato cabe todo y nada, pero con una intención, la que pone el fotógrafo y con una lectura, la que ponen tus ojos, con una impresión, la impronta, o con el olvido, lo común

lunes, 25 de abril de 2011

Iain Macmillan-Abbey Road


 La mañana del 8 de agosto de 1969 el cuarteto de Liverpool que se encontraba en los estudios Abbey Road salió a la esquina de Grove End Road con Abbey Road y a partir de las 10 de la mañana comenzaron a caminar por el paso de la cebra mientras el fotógrafo Iain Macmillan registraba el momento.
Se tomaron sólo seis fotos cruzando la pista. Macmillan usó una cámara Hasselblad, con 50 mm de ancho angular en las lentes, apertura f22, en 1 / 500 seg. El álbum en un principio iba a llamarse Everest, haciendo referencia a los cigarrillos que consumía Geoff Emerick (ingeniero de grabación del Abbey Road que también estuvo en el Sgt. Pepper) e incluso estaban pensando en viajar al Himalaya y tomarse una fotografía al pie del monte Everest para la portada. Pero uno de ellos dijo “Por qué ir tan lejos?, por qué simplemente no salimos y nos tomamos una foto afuera y le ponemos de nombre Abbey Road”.
Asi de espontáneo, salieron con la ropa que traian puesto, y Mccartney, quien vivia a unas calles del estudio de grabación habia ido en sandalias y simplemente se tomaron la foto. Es por eso que McCartney prefirió salir descalso, en otras fotos se le puede apreciar con las sandalias puestas. Después que Macmillan consiguiera las fotos (aprovechando que el policia cumplia con su labor de detener el tráfico) decidió buscar la foto para la contraportada del disco, el cual debia ser uno de los letreros del estudio. Decidió tomarle fotos a unos que estaban incrustados al final del Abbey Road, en eso, en una de las fotos una chica con vestido azul pasó accidentalmente por el lugar y salió fotografiada, molestando a Macmillan por la intromisión, la foto fue la que más gustó a la banda y la escogieron como contraportada. 




Muchos seguidores le dieron otra interpretación a la foto de la portada, la cual decian era un mensaje oculto sobre la “muerte” de Paul McCartney (rumor que se inició en 1966 cuando dijeron que habia muerto en un accidente automovilístico y encontraron a William Campbell, un reemplazo idéntico al que hicieron pasar como el MacCartney). Se dice que para comenzar la portada representa un cortejo fúnebre, donde John Lennon representa a un clérigo por estar de blanco, Ringo Starr al vestir de negro sería el de la agencia funeraria, Paul McCartney el muerto por ir descalzo y estar con una ropa algo vieja y George Harrison sería el enterrador.
Pero no es la única teoria, también toman como pista el hecho que Paul no lleve el mismo paso que los otros Beatles y que él, siendo zurdo, lleve un cigarrillo en la mano derecha. Además de la placa del Volkswagen que aparece en la foto, la cual es “28IF”, que muchos interpretaron como “28 Si”, “28 años si estuviera vivo”, aunque a la fecha en la que editaron el álbum el MacCartney tenia 27 años. Dicho sea de paso, el Volkswagen era de un vecino de la zona y siempre estaba estacionado ahi, asi que no fue puesto por ninguna razón en especial. Portada parodiada e imitada por muchos, el mismo Paul McCartney para su álbum “Paul Is Live” se tomó una foto en el mismo cruce del Abbey Road, pero esta vez el solo con su perro y con zapatos, y la placa del Volkswagen que aparece en esa foto es “51IS”, como queriendo decir que cumplió 51 años al editar ese disco.

Henri Cartier Bresson

Atrapando el instante

sábado, 23 de abril de 2011

Alberto García-Alix

Exhibicionista del cuerpo y de las emociones , la imagen de dentro, la alegoría del sueño del blanco y negro

La música del video es de Derribos Arias, un grupo post punk de la movida madriñela liderado por Ignacio Gasca, alias Poch, todo un personaje Las extravagancias y ocurrencias surrealistas de Poch eran ya de sobra conocidas (se pueden encontrar un sinfín de anécdotas en las crónicas dejadas por allegados y conocidos: el jamón que consiguió introducir en Rock-Ola y que comió junto los allí presentes a mordiscos, su pasión por las latas de calamares, la forma rupestre de arreglar sus gafas a base de esparadrapo, la estética a base de perchas y pinzas de tender la ropa…), pero a medida que la enfermedad de Huntington que sufría progresaba implacablemente, problemas más serios comenzaron a incapacitarle. Irónicamente, para aquellos que no le conocían, los espasmos y descoordinación de movimientos resultaban meras manifestaciones de presuntos problemas con sustancias duras, murió en 1998. 

De la cámara clara a la cámara oscura

Kepler había sido el primero en explicar el uso de ambos ojos en la percepción de la profundidad, en 1611 publica "Dióptrice", donde hace una descripción exacta de la cámara lúcida, Sin embargo, su invención permaneció en el olvido hasta que un buen día, casi doscientos años después, William Hyde Wollaston  la patenta como invención propia, ya se sabe, la ocasión hace al ladrón.  La cámara lúcida  consiste en la utilización de un prisma de vidrio con reflexión total, de forma que la imagen aparece reflejada sobre un papel en donde el dibujante puede recorrer con un lápiz los contornos y las líneas de las figuras. La cámara clara o lúcida se convirtió en un instrumento muy útil para los botánicos. Hoy en día está disponible todavía a través de proveedores de material artístico por 187 €, pero no es muy conocida, ni tampoco muy usada, ni fácil.



Posiblemente nunca se sabrá con precisión quién y cuándo descubrió la cámara oscura pero ya era conocida por Aristóteles éste sostenía que los elementos que constituían la luz se trasladaban de los objetos al ojo del observador con un movimiento ondulatorio. Para comprobar su teoría, construyó la primera cámara oscura. Así la describía : "Se hace pasar la luz a través de un pequeño agujero hecho en un cuarto cerrado por todos sus lados. En la pared opuesta al agujero, se formará la imagen de lo que se encuentre enfrente".Por su parte, el mago Merlín (539 d.C.) justamente en la misma época utilizaba la cámara oscura con fines estratégicos y de observación en la guerra que sostuvo el rey Arturo contra los sajones. En sus escritos se habla de la necesidad de utilizar el "cuerno de unicornio" para hacer el orificio de entrada de luz en ella. En el tiempo en que se difundió el uso de este aparato, la magia era una práctica que se mezclaba con el estudio de los fenómenos naturales, por lo que al relacionar al unicornio con la cámara oscura ocasionó que durante siglos ésta recibiera el nombre de "caja mágica".



Fue Leonardo da Vinci quien redescubrió su funcionamiento a partir de ese momento se utilizó como herramienta auxiliar del dibujo y la pintura, extendiéndose rápidamente en Europa.
En el siglo XVI  Giovanni Battista Della Porta, antepuso al orificio una lupa y con ella obtuvo mayor nitidez y luminosidad en la imagen, el principio de lo que conocemos hoy como el objetivo de la cámara. A partir de este avance varios científicos se dedicaron a perfeccionarla.




C o n s t r u c c i ó n
cámara oscura casera



fotografía tomada por cámara oscura casera, no está nada mal

viernes, 22 de abril de 2011

Máquinas de dibujar

Durante los siglos XV y XVI las máquinas creadas para el trazado de prespectivas, retratos y dibujo en general se multiplican, es la conquista de la tercera dimensión.
El ojo humano humano capta la realidad en perspectiva cónica, semejante a como lo hace una cámara fotográfica, dos rectas paralelas deberían de cumplir siempre la condición de no encontrarse, la realidad perceptiva es que dos rectas paralelas se juntan en un punto de la linea del horizonte que se situa a la altura del ojo humano. Quien si no Leonardo da Vinci, da el paso para comprender esta antítesis construyendo su ventana.


Es un aparato que permite dibujar situándolo entre el artista y el modelo, se colocaba una tela transparente estirada en un bastidor y se dividía con varios hilos formando cuadrados iguales. Esta cuadrícula permitía
situar todos los contornos con exactitud y con toda facilidad trasladarlos al soporte (papel, madera...), poniendo igual división de cuadros en dicho soporte.
Coetáneo de Leonardo, fue Leon Battista Alberti. Conocido por la utilización del velo, una ventana con una cuadricula de hilos gruesos en un tejido de gasa,  le servía para buscar puntos de referencia espacial y llevarlos al papel mediante un cuadrícula a escala que se correspondía con la rejilla, el velo reducía la escala del natural al dibujo.


El porticón de Durero consiste en un cordel que se mantiene en tensión gracias a una plomada colocada en uno de sus extremos, mientras que en el otro extremo se sujeta por una aguja, a modo de índice, para irse situando sucesivamente en una serie de puntos del objeto. El lugar por donde el cordel atraviesa el marco, determina la posición de cada punto en el futuro cuadro. Esta posición se fija ajustando dos hilos móviles. A continuación, la posición de cada punto se pasa a un papel sujeto en un “porticón” abatible alrededor de unas bisagras ancladas en uno de los lados del marco.


Ninguno de estos artilugios menoscaba la habilidad de estos artistas, todo lo contrario, no sólo se preocupaban de la técnica buscaban el máximo acercamiento a la realidad, y es sorprendente como se rompían la cabeza para conseguirlo, es lo que tiene el Renacimiento.

Teatro de sombras

 El teatro de sombras  antecedente del cine, de la plasmación de imágenes en un plano, es otro arte que conecta con el concepto de fotografía. Los más remotos antecesores del teatro de sombras, están en las cavernas, cuando el hombre primitivo, proyectaba su sombra frente al fuego. En el siglo IV aC, encontramos a las sombras adoptando un carácter metafórico en el Mito de la Caverna de Platón. Los antecedentes del teatro de sombras datan de la prehistoria, cuando el hombre primitivo, hacía sombras con su cuerpo y manos, frente a las fogatas.
Ya en el siglo IVaC, en el Mito de la Caverna, de Platón, las sombras adoptan un carácter de referencia de la realidad del ser. Suponen la imagen del mundo de las ideas, trascendiendo lo que podemos percibir con los sentidos. 

Las primeras manifestaciones de esta modalidad de artes escénicas  provienen de India y China. Las sombras poseen connotaciones mágicas en casi todas las culturas, despertando los sueños, el subconsciente, el espíritu. Estas formas inestables invitan al la imaginación y creación, estimulando la fantasía. Por ello, las sombras representan historias de fuerte contenido fantástico, por la capacidad de mutar, de insinuar sin dejar ver, deformar la realidad. La sombra es intocable, permanece en un plano ajeno. 
El Dalang, o titiritero, era un personaje importante en Indonesia e India, pues representaba epopeyas por medio de las sombras, entrando en contacto con el mundo superior y restableciendo el equilibrio entre las fuerzas de la comunidad, por lo que tenía el carácter de sacerdote. Tenía como misión, educar y transmitir valores morales al pueblo, empleando los mitos para ello. Esta tradición se mantiene todavía en Indonesia.
Las marionetas para el teatro de sombras, se fabrican con piel de búfalo. Son figuras muy estilizadas, caladas en distintos tamaños y pintadas con vivos colores. Los personajes son héroes, dioses, princesas, animales, gigantes, etc. 

La pantalla que se emplea para la proyección de las sombras, es de lino, y se ilumina con una lámpara de aceite o eléctrica.
En China, una leyenda cuenta el origen de esta modalidad. Según la misma, el emperador Wu-Ti, ante la pérdida de su amada esposa, pierde el gusto por la vida, por lo que todos en la corte, intentan reanimarle sin éxito.
Hasta que llega Sha-Wong, quien afirma que puede revivir a la emperatriz. Para lograrlo, coloca al emperador frente a una tela tendida entre dos postes y sobre ella, hace aparecer la sombra de la amada, la que conversa con el emperador de recuerdos comunes. Un día, el emperador olvida su promesa de no tocar la tela, y al hacerlo, descubre a Sha-Wong, agitando una figura de mujer delante de una lámpara. Una de las versiones del final de esta historia, dice que en homenaje al montador de sombras, le permite que siga practicando su arte.
El teatro de sombras  chino, es el único que incorpora decorados, muebles, plantas, palacios y animales. Las obras poseen un carácter sagrado y los personajes representan a entidades del más allá. Las figuras están hechas con pie de camello o buey.
Los jesuitas introdujeron el teatro de sombras en Europa, a través de sus rutas de evangelización.
En 1772, Dominique Séraphin, instaló su teatro en Versalles con gran suceso. Las compañías itinerantes italianas contribuyeron a su difusión por toda Europa. 
En España, el teatro de sombras no llegó hasta bien entrado el siglo XIX, cuando adquirió cierta popularidad entre la burguesía y la intelectualidad española. Dos de sus grandes impulsores fueron Pere Romeu y Miguel Utrillo, quienes entre 1897 y 1898 realizaron varias representaciones en la cervecería modernista “Els Quatre Gats” de Barcelona.
Otra cocepto de teatro de las sombras actual, es el llevado a cabo por la compañía de danza Pilobolus, donde el material se concreta en el propio cuerpo.  

Giphantie

...Usted sabe que los rayos de luz reflejados por diferentes objetos forman imágenes, pintan la imagen reflejada en todas las superficies pulidas, como por ejemplo, en la retina del ojo, sobre el agua y sobre el cristal. Los espíritus en su intento de fijar estas imágenes fugaces, han creado una sustancia sutil por medio de la cual se puede formar una imagen en un abrir y cerrar de ojos. Cubren un lienzo con esta sustancia y lo ubican frente al objeto que desean capturar. El primer efecto es similar al de un espejo, pero debido a su naturaleza viscosa el lienzo logra conservar un facsímil de la imagen, lo cual no ocurre en un espejo. El espejo representa fielmente las imágenes, pero no las conservas; nuestro soporte las representa con igual fidelidad, pero además las conserva. Esta impresión de la imagen es instantánea. El lienzo se retira y se ubica en un lugar oscuro. Una hora más tarde la impresión se ha secado, y usted tiene una representación, valiosa por el hecho de que ningún arte puede imitar su veracidad...
Charles-François Tiphaigne de la Roche 1760

Éste es un libro de viajes imaginarios por los desiertos que limitan le norte de Guinea. En un subterráneo, el viajero encuetra un lugar maravilloso de paisajes fantásticos, allí una raza de seres superiores tiene entre una de sus habilidades la de fijar las imágenes. Ciencia Ficción del siglo XVIII, un visionario al estilo Julio Verne sin tanta relevancia, curioso. 

El espejo de Matsuyama

En Matsuyama, lugar remoto de la provincia japonesa de Echigo, vivía un matrimonio de jóvenes campesinos que tenían como centro y alegría de sus vidas a su pequeña hija. Un día, el marido tuvo que viajar a la capital para resolver unos asuntos y, ante el temor de su mujer por viaje tan largo y a un mundo tan desconocido, la consoló con la promesa de regresar lo antes posible y de traerle, a ella y a su hijita, hermosos regalos.
Después de una larga temporada, que a la esposa se le hizo eterna, vio por fin a su esposo de vuelta a casa y pudo oír de sus labios lo que le había sucedido y las cosas extraordinarias que había visto, mientras que la niña jugaba feliz con los juguetes que su padre le había comprado.
-Para ti -le dijo el marido a su mujer- te he traído un regalo muy extraño que sé que te va a sorprender. Míralo y dime qué ves dentro.
Era un objeto redondo, blanco por un lado, con adornos de pájaros y flores, y, por el otro, muy brillante y terso. Al mirarlo, la mujer, que nunca había visto un espejo, quedó fascinada y sorprendida al contemplar a una joven y alegre muchacha a la que no conocía. El marido se echó a reír al ver la cara de sorpresa de su esposa.
-¿Qué ves? -le preguntó con guasa.
-Veo a una hermosa joven que me mira y mueve los labios como si quisiera hablarme.
-Querida -le dijo el marido-, lo que ves es tu propia cara reflejada en esa lámina de cristal. Se llama espejo y en la ciudad es un objeto muy corriente.
La mujer quedó encantada con aquel maravilloso regalo; lo guardó con sumo cuidado en una cajita y sólo, de vez en cuando, lo sacaba para contemplarse.
Pasaba el tiempo y aquella familia vivía cada día más feliz. La niña se había convertido en una linda muchacha, buena y cariñosa, que cada vez se parecía más a su madre; pero ella nunca le enseñó ni le habló del espejo para que no se vanagloriase de su propia hermosura. De esta manera, hasta el padre se olvidó de aquel espejo tan bien guardado y escondido.
Un día, la madre enfermó y, a pesar de los cuidados de padre e hija, fue empeorando, de manera que ella misma comprendió que la muerte se le acercaba. Entonces, llamó a su hija, le pidió que le trajera la caja en donde guardaba el espejo, y le dijo:
-Hija mía, sé que pronto voy a morir, pero no te entristezcas. Cuando ya no esté con vosotros, prométeme que mirarás en este espejo todos los días. Me verás en él y te darás cuenta de que, aunque desde muy lejos, siempre estaré velando por ti.
Al morir la madre, la muchacha abrió la caja del espejo y cada día, como se lo había prometido, lo miraba y en él veía la cara de su madre, tan hermosa y sonriente como antes de la enfermedad. Con ella hablaba y a ella le confiaba sus penas y sus alegrías; y, aunque su madre no le decía ni una palabra, siempre le parecía que estaba cercana, atenta y comprensiva.
Un día el padre la vio delante del espejo, como si conversara con él. Y, ante su sorpresa, la muchacha contestó:
-Padre, todos los días miro en este espejo y veo a mi querida madre y hablo con ella.
Y le contó el regalo y el ruego que su madre la había hecho antes de morir, lo que ella no había dejado de cumplir ni un solo día.
El padre quedó tan impresionado y emocionado que nunca se atrevió a decirle que lo que contemplaba todos los días en el espejo era ella misma y que, tal vez por la fuerza del amor, se había convertido en la fiel imagen del hermoso rostro de su madre.

 Ánonimo japonés.

¿Por qué fotografiar?

Porque la vida son dos días, si puedes guardar un instante de la felicidad, esa cosa tan preciada y tan etérea y tan escasa, si puedes revivir un momento, auxiliar a tu memoria, es posible que también puedas ir más allá y volver a percibir el olor, el sabor, el color, el ambiente de ese instante, y nunca está de más recordar los recuerdos, sobre todo si son recuerdos perdurables, éste es el principal motivo para fotografiar, subjetivamente,  la fotografía se convierte en un documento de la vida, o de la tuya. Afortunadamente la fotografía es un mundo tan amplio que permite además de reflejar la realidad, plasmar otro tipo de estados como la imaginación, la creatividad, la personalidad, la fugacidad, lo indescifrable, los fantasmas; todo lo que uno quiera sospechar, porque cada ojo tiene su óptica, fotografiar es dibujar, escribir, probar, arrancar, adueñarse de algo, de alguien, de nada, apretando un botón, tan elemental y tan trascendental que casi se convierte en absurdo hablar de porqués.