jueves, 10 de mayo de 2012

intocable

año 2011. francia. 109 minutos. directo: oliver nakache. actores: amar sy, francois cluzet, anne ly ne, clotilde mollet.
argumento:
Philippe, un aristócrata que se ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente, contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. Aunque, a primera vista, no parece la persona más indicada, los dos acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y el chándal. Dos mundos enfrentados que, poco a poco, congenian hasta forjar una amistad tan disparatada, divertida y sólida como inesperada, una relación única en su especie de la que saltan chispas.

 Creo no errar cuando digo que "Untouchable" es la película que ha conseguido que desde el primer minuto hasta el último no me pare de reír. Sin exagerar.
El ritmo de gracias o chistes no decae en casi ningún momento de la película, ni en cantidad, ni, por supuesto, en calidad. Aunque no hay que olvidar el lado más dramático de la película, también muy bien conseguido, que acompaña al lado humorístico complementándose en todo momento.
Es decir, las dos vertientes van siempre de la mano y en cada momento humorístico palpamos el dramatismo, y viceversa.

Es de elogiar tanto el gran trabajo de Omar Sy como el de François Cluzet, que interpretando a personajes con tanta personalidad, es fácil caer en las individualidades y que cada uno actúe centrado en sí mismo. Pero en cambio, lo que vemos es a dos actores que, genuinamente, congenian a la perfección creando un realismo que se hace agradecer.
En particular, Omar Sy clava cada expresión facial (que no se si seré yo, pero encuentro que la gran mayoría de los actores negros son muy expresivos facialmente).
Y François Cluzet más que interpretar las escenas, las vive y experimenta.

Hablamos de una película con escenas de gran calibre; algunas de ellas sutiles, como las imágenes del extrarradio de donde procede Driss, donde un simple plano es suficiente para reflejar el contraste entre el lujo y los suburbios; y otras (como la escena del baile de Eart,Wind&Fire, no voy a desvelar nada más) donde la dicción de la elegancia con la jerga callejera queda muy bien implícita dentro de la escena.

En resolución, una gran película que nos habla de la amistad. Pero de una amistad demencial de dos polos opuestos que gracias a su energía, comicidad y complicidad los hace intocables.
 Intouchables" ha sido la película elegida para clausurar la sección oficial de la edición 2011 del Festival de Cine de San Sebastián y los seleccionadores han hecho pleno: ha sido junto a la fantástica "The Artist" la película más aplaudida por la prensa en su primer pase y es que tiene un algo que se hace irresistible. Aún entendiéndose como una obra sencilla, modesta, que no busca nada más que hacer pasar el rato, el film desprende cierta magia y energía a la hora de retratar a sus personajes principales y realmente existe una gran química entre François Cluzet y Omar Sy, que interpretan a un hombre tetrapléjico de vida acomodada y un inmigrante recién salido de la carcel, respectivamente. La escena inicial es una persecución a toda velocidad en la que se nos presenta perfectamente la actitud de cada uno y pasados unos minutos viajamos al pasado: descubrimos cómo se conocieron y cómo se fue forjando esa amistad a pesar de que provengan de mundos muy diferentes.

El tono, como comentaba, es amable. No hay ápice de manipulación emocional y ese es uno de sus mayores méritos, y tampoco trata el tema de la discapacidad desde un punto de vista dramático sino siempre cómico, con ironía, lucidez y chispa. Sy crea un gran personaje y Cluzet suaviza el tono con su serenidad. El resultado es una película que tiene instantes aislados de gran comedia y que evita caer en lo fácil en casi todo momento, funcionando lo suficiente como para no resultar tediosa durante sus casi dos horas de duración. Poco puede decirse a favor o en contra de algo tan sencillo más allá de que el retrato de la amistad es creíble, así que si queréis una cinta amable con la que pasar el rato y que no os trate como estúpidos, es una buena opción. ¿Una escena? La parte de la ópe
 ¿Su éxito? Es una película que ha llegado al público y el misterio es que no hay receta para ello. Simplemente ha conjugado una historia real con los correctos toques artificiales. Que vendan “Intocable” de los inseparables Olivier Nakache y Eric Toledano como el cruce de “Paseando a Miss Daisy” y “El discurso del rey” es precisamente su carta de presentación. Desde que los directores vieron “A la vie, a la mort” quedaron fascinados. Era un documental sobre la historia de Philippe Pozzo di Borgo, un tetrapléjico, y Abdel, un joven salido de las viviendas sociales y que había pasado tiempo en la cárcel, y que se encargó de cuidarlo. Ambos se salvaron mutuamente. Con ese germen enseguida llegó el maquillaje al convertir a Abel en Driss y pasar de ser un árabe a un subsahariano, que podría ser modelo en cualquier pasarela parisina. Una imagen vale más que mil palabras (y realidades). A Omar Sy le ha valido este personaje pulido en el guión a su medida para conseguir un César por su actuación, desbancando a Jean Dujardin por su multi-premiada interpretación (incluso con un Oscar) en “The Artist”.

Lo meritorio es que es una película compuesta y apartada de cualquier cliché descriptivo previo del espectador. El hip hop de los barrios marginales de viviendas sociales pasa al funk de Earth, Wind & Fire y ‘September’ cobra protagonismo, junto a Vivaldi y la ópera como contraste entre el ‘pobre’ y el ‘rico’. Las películas de personajes antagónicos y polos opuestos siempre basan sus recursos en los contrastes pero el mayor hándicap de “Intocable” es que ha construido una comedia de una circunstancia dramática y terminal. Tal vez sea su efecto demoledor para que la audiencia francesa cayese a sus pies, que sea una película capaz de hacer reír y emocionar con sus ramalazos cercanos a un gran anuncio.

Olivier Nakache comentaba que su filme trata sobre un minusválido físico y un minusválido social. Ambos son esos extremos que juntos forman un equipo repleto de cerebro y corazón para que juntos puedan sobrevivir. Sin ese encuentro fortuito que los unió y finalmente los salvó ambos ahora estarían perdidos. “Intocable” es un viaje a los rincones de supervivencia del alma humana con dos personas que por su condición han sido discriminadas por la sociedad. Este es su viaje… el viaje que han vivido ya millones y millones de espectadores. ¿Van a ser ustedes menos o se van a quedar anclados en perpetuas sillas de ruedas?
 La verdad, nunca he hecho ninguna crítica sobre cine, y tampoco haré muchas en mi vida, pero sinceramente, esta película se la merece. Intentaré hacerlo lo mejor posible.
Encontramos a un François Cluzet y un Omar Sy increíbles. Resulta fascinante la compenetración que existe entre ambos actores a lo largo de la película. Sinceramente, opino que tener la capacidad suficiente para poder interpretar dos situaciones completamente distintas, en un intervalo de tiempo relativamente pequeño, merece todo tipo de reconocimientos. Está claro, que todo lo que he comentado, lo podemos apreciar en múltiples largometrajes, pero, en este caso, la interpretación es tan sumamente natural que al intentar meterte en la piel de los personajes, te das cuenta de que es tremendamente fácil tratar de imaginar la situación real.
Por otra parte, no quisiera olvidar al resto del reparto. Opino que no son nada del otro mundo, es decir, no digo que sus interpretaciones sean malas, ni mucho menos, pero sí es cierto, que quedan eclipsados por las sublimes representaciones de los protagonistas.
Sólo encuentro una forma de acabar y es que "Intocable", está hecha para disfrutar, para hacerte creer que la vida real, puede llegar a ser una gran película.
Vamos directamente a por sus personajes. Son el claro ejemplo de que los polos opuestos se atraen, de que es más lo que nos une que lo que nos separa, pues siendo ambos completamente distintos activan por obra y gracia del siempre imprevisible juego del destino una extraordinaria, entrañable y divertida relación. Phillippe (François Cluzet) es blanco, tetraplégico, millonario, bien posicionado y de buena familia, amante del arte en general y de la música clásica y la poesía en particular. Driss (Omar Sy) -su cuidador- es negro, goza de una salud plena, se encuentra (o encontraba) en paro, pertenece a una familia deshecha que vive en un barrio marginal, y le encanta escuchar y bailar funky. Ambos coinciden en lo principal: son unas bellísimas personas, alegres y especiales, cuya máxima es la de poder disfrutar de la vida.

Driss irrumpe en la soporífera monotonía de Phillippe para tirar a la basura la bandera de la hipocresía o ignorancia que enarbolan muchos de los llamados tolerantes y/o conocedores del drama que suscita cualquier tipo de discapacidad. Lo verdaderamente doloroso de cualquier afectado por un problema de estas características no es sólo la desgracia que le ha sido impuesta sino la errónea percepción de la gente que les rodea, empeñada en hacer ver a esa persona como alguien distinto y dispensándole por ello un trato diferente y excesivamente protector. “Intocable” rompe esas barreras y nos saca de nuestro letargo para que nos atrevamos a descubrir por nosotros mismos la realidad de las cosas desde una óptica alejada de los tópicos, en esta historia inspirada en hechos reales que se digiere con entusiasmo, entre sonrisas y carcajadas, con el corazón en un puño y la alegría haciéndolo latir con emoción. El buen rollo se apodera de la cinta y uno se siente profundamente ligado a sus personajes, interpretados con absoluta brillantez por dos inmensos François Cluzet (“Pequeñas mentiras sin importancia“, 2010) y Omar Sy (“Corresponsales especiales“, 2009).

Ellos son los pilares de una película que Olivier Nakache y Eric Toledano (“Aquellos días felices“, 2006) han manejado con pulso firme, manteniendo el metraje libre de lagunas y contundente en el recorrido directo hacia nuestras emociones. La película se disfruta muchísimo y su espíritu nos invita a afrontar la vida tumbando los muros del prejuicio racial, social o de cualquier otra condición para mostrar cómo ni siquiera aquello que consideramos como el problema más grande puede ser capaz de derrumbarnos si somos capaces de mantener lo que más transmite esta película: optimismo y alegría.
 La película Intocable parte de dos trampas: la primera es el cartel "basado en hechos reales". La segunda es que esto no es cierto, ya que en el "hecho real" el protagonista es argelino, no senegalés, con lo cual el mensaje de tolerancia y fraternidad que nos pretenden entregar empaquetado con lacito rosa los directores y guionistas queda seriamente tocado.
El empacho de facilonas, melosas y planas lecciones de tolerancia en forma de película que nos vienen del país vecino es, últimamente, un poco cansino: Pequeñas Mentiras sin Importancia, Bienvenidos al Norte...guiones que parecen hechos para una clase de ÉTICA de 1º de la ESO más que para un público adulto.
Recurrente y también demasiado vista la figura del BUEN SALVAJE como contrapunto al mundo políticamente correcto, con gracietas que valen para unos segundos pero que no sostienen una película.
El enfoque me parece, además de blanducho como el COULANT, un pelín racista, tengo que dar la razón a la Vanity Fair, y eso sin entrar a comentar detalles como el ya mencionado de la renuncia a la REALIDAD del origen del personaje: magrebí y no negro. Seguramente, esta última tipología queda más graciosa y levanta menos ampollas en esa Francia que se empeña en venderse a sí misma como un ejemplo de fraternité que no es en absoluto.
Dejando a un lado los kilos de almíbar que hacen la película poco real (a pesar de apelar a la realidad como punto de partida -y de llegada, con ese final aún más ñoño-) también los personajes nadan en la planitud, la indefinición y la falta de fuerza: todos se definen muy superficialmente, y hay relaciones entre ellos que podrían haber dado muchísimo más de sí (Driss y su madre, por ejemplo).

quedaros con dos cosas, lejos de los cliches, y los chistes tipicos que se cuentan, amen de que la peli es irreal, nadie o casi nadie en esa situación podría ser tan happy. Pero es una película alegre, que intenta revertir una situación trágica, además tal y como esta el mundo este tipo de películas se agradece. Otra cosa que queda niquelada, es la amistad entre los dos que es lo que les convierte en intocables. Que si, que es la típica comedia azucarada e irreal, pero solo por la amistad y la alegria y el papelon que hace sy, merece muchisimo ir al cine a verla.

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