viernes, 23 de marzo de 2012

infierno en la carretera ( the hitcher)

1986. 91 minutos. acción- terror. director: robert harmon. reparto: c. thomas howell, rutger hauer, jenniffer jason leigh, jeffrey demun
reparto: El joven Jim Hasley (C. Thomas Howell) recoge con su cadillac a un autoestopista, John Ryder (Rutger Hauer), en una carretera de Texas. Cuando John le confiesa a Jim que es un asesino y que espera que le recojan y le lleven para matar, Jim lo deja en la cuneta y sigue adelante, pensando que lo ha dejado atrás. A partir de este momento, los dos empiezan a jugar al gato y al ratón. El asesino sigue matando y dejando pistas que inculpan al joven Jim de los asesinatos.

La metafísica del psychokiller tuvo uno de sus paradigmas más perdurables en este estimable thriller de carretera que nos descubrió que eso de recoger autoestopistas puede ser algo muy peligroso. Harmon y su guionista van más allá del simple divertimento terrorífico para anclar raíces en el insondable, incomprensible misterio del Mal, un Mal que necesita al Bien para subsistir... y para contaminarle con su diabólico poder de atracción. Rutger Hauer es un interrogante, un enigma que depara más enigmas para acabar hablando de todos nosotros. Pocas veces una relación de dependencia (por mucho que vaya disfrazada de juego macabro) había resultado tan extraña y desconcertante.

A The Hitcher hay que contemplarla desde este punto de vista, que es el que el propio Harmon subraya en incómodos momentos de quietud y reflexión que apelan a un nivel de profundidad similar al que experimentó el mismo Rutger Hauer en el celebrado monólogo final de Blade Runner. Si se prefiere prescindir de este discurso metafísico también se puede disfrutar mucho, porque The Hitcher es divertida, imprevisible y trepidante. Hay diálogos para el recuerdo, inesperadas y brillantes escenas de acción y quiebros de guión que dejan en muy mal lugar al cuerpo policial norteamericano. Además, Harmon se revela como algo más que un simple artesano al filmar con imaginación y maestría una de esas raras películas ochenteras que, como Near Dark de la Bigelow, supieron aunar trascendencia y entretenimiento de género sin perder los estribos. De un culto merecidísimo.

Lo mejor: Rutger Hauer.
Lo peor: la música de Isham, un tanto demodé.
 Mezcla de thriller, road movie y película de terror, nos encontramos ante una historia magníficamente contada, que te atrapa desde el primer minuto, y que a través de continuos y bien encajados giros de guion, te mantiene pegado al sofá durante todo el metraje, resultado de una magnifica puesta en escena y una atmosfera asfixiante.
Rurger Hauer esta magnifico en el papel de psicópata autostopista infernal, (en aquella época quedaban de puta madre los eslavos como malos en cualquier producción que se preciara), ganándose un lugar de honor en el ranking de todos los psicópatas que en el cine han sido, C. Thomas Howell alcanzo aquí el cenit de su carrera (después de dar cientos de tumbos por producciones de medio pelo, se ha reconvertido en director de imposibles y delirantes series Z, véase La guerra de los mundos 2) y Jennifer Jason Leigh se nos muestra como una adolescente adorable, en la que ya se intuía el poderió y oscura sensualidad con la que nos regalo en posteriores trabajos.
En resumen, estamos ante una autentica y genuina película de culto, con un argumento ya tratado antes y después (la firme y rara El Autoestopista, dirigida por Ida Lupino en 1953 y la payasada esa que han hecho hace poco con Sean Bean como psicópata), pero nunca tan brillantemente como en la que aquí nos ocupa.
Cita ineludible para los buenos aficionados a gloriosas salvajadas.
 

Durante mi infancia (década de los 80) me nutrí del videoclub, alquilando Beta y VHS por doquier, y grabando todas aquellas películas que iban echando por la televisión (primero por las televisión pública española, y luego por el resto de cadenas).

Compositores: Mark Isham
Año: 1986
Cómprala: Si eres amante de la música electrónica de los 80 y en especial de ese estilo tan característico del Isham de aquella época.
No la compres: Si lo tuyo es el sonido orquestal, aunque yo le daría una oportunidad.
NUESTRA NOTA
De cuando grababa películas en mi antiguo Beta recuerdo, especialmente, una película llamada The Hitcher (Carretera al Infierno, 1986), una road movie disfrazada de inquietante thriller con muchas dosis de terror y tensión, donde aún podíamos ver los últimos coletazos de un actor llamado Rutger Hauer como el psicótico autoestopista, antes de que su carrera comenzara a hundirse (fruto de nefastas elecciones) y comenzase a ponerse en modo rollizo (para el día de San Martín, vamos).
Recuerdo que fue una de esas películas que me impactó y me dejó noqueado con varias de sus escenas, realmente inquietantes, violentas y crudas, con un ritmo trepidante y sin apenas descanso.
Por aquella época, poca idea tenía yo de quien era Mark Isham, y tampoco es que su ajustado (pero brillante) score me quedase grabado en la memoria (quizás solo me llamase la atención la espectacular persecución policial), pero una posterior revisión del mismo (previa compra del CD hace unos años) me ha redescubierto una excelente joya de la electrónica y el sintetizador de los 80, y como no, muy del estilo de Isham.
Así que comencemos este pequeño (aunque intenso) viaje por una carretera cuyo destino es el infierno, con John Ryder como inquietante acompañante. Eso si, no te despistes ni un pelo… no vayas a ser la próxima pieza sangrienta de su sanguinario puzzle.

The Hitcher : El Juego del Gato y el Ratón (Ryder Vs. Halsey)

Jim Halsey viaja a bordo de un Cadillac que debe entregar en California, y para ello debe atravesar una árida y eterna carretera, rodeada de la mismisima nada (el polvo y la arena del desierto).
Presa del aburrimiento (y de la consiguiente y peligrosa somnolencia) decide subir a un autoestopista a bordo (craso error), un tipo raro que pronto destapará unas tendencias sicóticas y enfermizas.
Cuando la situación se pone tensa, con Halsey amenazado por el autoestopista (John Ryder), el chico consigue arrojar de su coche al psicópata y alejarse del lugar entre gritos de alegría y alivio, pero aquello solo será el comienzo de una pesadilla infernal, donde Halsey será presa de un juego del gato y el ratón, donde deberá luchar por su supervivencia además de demostrar su inocencia frente a la tela de araña que ha tejido Ryder.
La película cosechó excelentes críticas, aunque su recaudación en taquilla fue más bien modesta, convirtiéndose en objeto de culto tras su llegada al videoclub, siendo considerado un thriller bizarro y violento, realmente sorprendente e imprevisible (nunca sabes cuando, como y donde va a aparecer Ryder, algo difícil de ver hoy día en cualquier película).
Rutger Hauer está brutal como psicópata, y demostraba que se encontraba en el mejor momento de su carrera, con películas como Blade Runner, Lady Halcon o Flesh & Blood (Los Señores del Acero). Transmite inquietud y un aspecto de malevolencia realmente insano, capaz de matar en cualquier momento de forma violenta y brutal, sin ningún tipo de escrúpulo o piedad posible
 C. Thomas Howell (el mismo de E.T., Red Dawn o The Outsiders) hace la contra réplica con el papel del joven Halsey, quien sufrirá un auténtico calvario, solo ante el peligro y sin ningún apoyo (a excepción de una joven chica llamada Nash, interpretada por una joven Jennifer Jason Leigh), y cuya infernal experiencia le hará ir madurando y endureciendo su coraza y su alma,  enfrentándose a su pesadilla en un intenso duelo final. La química entre ambos actores es perfecta, estableciéndose una extraña e intensa relación difícil de explicar, donde Halsey sufrirá lo que no está escrito, y donde Ryder se dedicará a jugar todo el tiempo con el joven chico, haciéndole pasar por todo tipo de problemas.
Hay escenas realmente extraordinarias, como la vibrante persecución policial que sufren Halsey y Nash, con todos los coches patrulla pisándoles los talones (incluyendo un helicóptero), o la violenta y salvaje escena del Motel, con el triángulo Ryder-Halsey-Nash como protagonistas.
Entre el reparto encontramos al actor Jeffrey DeMunn como el capitán de policía Esteridge, un habitual del cine de Frank Darabont (The Mist, The Green Mile), al que recientemente hemos podido ver en las dos temporadas de The Walking Dead.
El director, Robert Harmon (autor de películas como Wes Craven Presents: They, Highwaymen o Nowhere to Run) hizo un trabajo espectacular, dotando de dinamismo y realismo a la historia, guiada por situaciones de tensión que son llevadas al límite, y con un magistral trabajo de dirección de actores.

Anécdotas

  • El guionista de la película, Eric Rec (autor de guiones del género de terror y del thriller como Near Dark, Bad Moon, Body Parts, Cohen & Tate o Blue Steel), afirmó que la película estaba inspirada en la canción Riders on the Storm, de los míticos The Doors.
  • Para el papel de John Ryder fueron considerados otros actores, sonando nombres como Terence Stamp o Sam Elliot, aunque finalmente (y afortunadamente) el rol recayó sobre Hauer (del que Howell afirmó sentirse asustado y aterrorizado por la intensidad de su interpretación).
  • El Motel donde transcurre una de las escenas más violentas de la película forma parte de la famosa Route 66.
  • Finalmente, citar que la película sufrió una secuela en el año 2003, llamada The Hitcher II: I’ve Been Waiting, que fue directamente al videoclub, y donde Howell repite rol de sufridor, encontrándonos a Jack Busey como el nuevo psicópata de turno, y con el guionista Eric Reed repitiendo, y cuya partitura correría cargo de Joe Kraemer.
  • Por si fuera poco, en el 2007, sumándose a esa extraña (y a veces incomprensible) moda del remake, se rodó una nueva versión del clásico del 86, de igual nombre, donde destaca la presencia de Sean Bean como John Ryder, con el mediaventurero Steve Jablonsky como compositor asignado.
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    Brillante road movie con algunos toques de humor negro en la que un adolescente comete el ERROR con mayúsculas (y más sabiendo la cantidad de locos que hay en USA) de recoger a un autoestopista que se hace llamar John Ryder, el cuál se convertirá en la peor pesadilla del muchacho.

    Un eficaz Robert Harmon sabe muy bien como manejar el suspense filmando escenas de un ritmo trepidante en lugares y carreteras solitarias, acompañadas por la peculiar y estupenda música de Mark Isham, algunas escenas de acción muy conseguidas, y un soberbio Hauer como uno de los psicóticos más memorables de la gran pantalla.

    Sublime fotografía de John Seale.

    Un final no tan espectacular como se esperaba, aunque no es para queja.

    No apta para personas con problemas cardíacos.

    Uno de los mejores thrillers de la década de los `80. Le siguió una continuación mucho peor y un lamentable remake, así como numerosas imitaciones.
     peliculón y del bueno. un thriller de acción de los de antes, de los buenos, trepidantes, sin pausa, encomiable las escenas de acción, como encomiable la locura terrorificamente maravillosa del enorme rutger hauer. detalles cómicos, como el enfoque constante de las zapatillas nike del prota. En fin, por h o por b, no tiene desperdicio.ver la original, los remakes que se hicieron no valen la pena.

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