viernes, 27 de julio de 2012

el diputado

EL DIPUTADO. Dirigido por Eloy de la Iglesia, 1978. Nacionalidad: Española. Intérpretes: José Sacristán, María Luisa San José, José Luis Alonso, Enrique Vivó, Agustín González, Queta Claver, Ángel Pardo, Juan Antonio Bardem. Guión: Eloy de la Iglesia & Gonzalo Goicoechea. Argumento: Eloy de la Iglesia & Gonzalo Goicoechea. Director de fotografía: Antonio Cuevas. 35 milímetros. Color: Eastmancolor. Panorámico. Duración: 116 minutos. Productora: Figaro Films / Producciones Cinematográficas UFESA. Música: Gerena, Victor Manuel. Estreno: 20-10-1978 Empresa distribuidora: Universal films Española S.A. Mayores de 18 años con anagrama "S" Productoras. Espectadores: 841.599. Recaudación: 631.076,20 €

Eloy de la Iglesia se hundió por culpa de las drogas. Durante mucho tiempo vivió en la indigencia un auténtico infierno del que por fin salió y se recuperó aunque tardíamente. En El diputado hay aspectos que me gustan y otros no. Aparece una reflejada una izquierda que se ha dejado llevar por el folclorismo. La que se pasaba todo el día repitiendo parrafadas de materialismo dialéctico, tópicos, verborrea inútil. Esa izquierda que nos vendió a las multinacionales, al Pentágono y a Bruselas.
Por otra parte se confunde homosexualidad con bisexualidad y triolismo, opciones sexuales distintas y respetables que nada tienen que ver con los chaperos ni con la pedofilia. Ese diputado va en busca de sexo mercenario con menores y no busca amor en otro hombre adulto. Es el detalle que no me ha gustado de este filme, así que los protagonistas se pasan el día con discursitos. Por otra parte da la impresión de que para ser progresista hay que fumar porros y colocarse. Muchas personas revolucionarias jamás prueban las drogas, el tabaco y el alcohol dañinos para nuestra salud y nuestra mente. La condición de bisexual u homosexual (el diputado por lo que se describe es más lo primero que lo segundo pero ya se sabe que en aquella época el bisexual no existía y el homosexual estaba proscrito).
Por otra parte, El diputado es una crónica de una época muy difícil, la Transición política con gran peligro de involución. Con una ultraderecha violenta y esquizofrénica capaz de todo para regresar al poder.
Ideológicamente la película demuestra padecer de cierta confusión, pese a que como obra fílmica tenga nuestras simpatías.
Destaca el trabajo actoral de María Luisa San José, Agustín González y José Sacristán. Si Eloy de la Iglesia hubiera sido un cineasta más riguroso y lúcido habría llegado más lejos. Queda en la parte positiva la descripción de ambientes lumpen a los que es muy aficionado. La fotografía es demasiada plana para mi gusto, tiene pocas matices y el guión padece de maniqueísmos ingenuos.
No es una gran película pero si un documento histórico de un valor incalculable que refleja una época de nuestra historia que podría haber sido mucho mejor de lo que fue, una época difícil y excesivamente complicada en la que la nueva democracia padeció una crisis económica muy dura que estuvo a punto de hundirse al igual que las dos repúblicas españolas y la famosa Constitución de la PEPA.
 eloy de la iglesia (1944-2006) pasa por ser el cineasta de la marginalidad por excelencia. Su serie de películas sobre el lumpen hispano (El pico, El Pico II, Colegas, Navajeros &c) durante la transición y los primeros años de la democracia figuran hoy entre los filmes socio-políticos de culto, sobre todo tras recibir el homenaje del festival de San Sebastián -que logró recuperar al guipuzcoano para la prostera Los novios búlgaros (2003).

En el diputado de la Iglesia logró compendiar las consignas ("Socialismo es libertad. Libertad es socialismo", "No hay democracia sin socialismo, ni socialismo sin democracia") y gadgets típicos del izquierdismo español posfranquista, en un momento en que el exilio político regresaba para culminar la "transición" a la democracia (coronada). En esta mezcla de ideología, sordidez y fiesta no faltan el piso clandestino decorado con carteles de Marx, música de los cantautores, banderas rojas, grupos de "fachas" incontrolados, marihuana e incluso un extravagante y poco creíble ménage à troix.

Además, la película es una buena oportunidad para observar las contradicciones entre el espíritu libertario del propio cineasta y el "dogmatismo" con un toque de hipocresía del partido comunista, a cuya causa colaboraba por entonces el de Zarauz. Un diputado recientemente elegido es objeto de un complot tramado por grupos de la ultraderecha, que intentan utilizar la homosexualidad de Roberto Orbea (José Sacristán) para precipitar su hundimiento político. Esta delicada síntesis entre homosexualidad , marginalidad y socialismo encarnada por la relación entre Roberto y Juanito (José Luis Alonso - una especie de reverso "macarra" de tadzio) iba a terminar deshaciéndose años después, cuando el propio de la Iglesia se confesaba decepcionado con el comunismo "dogmático". Al fin y al cabo, orgía y comunismo no siempre han sido conceptos conjugados. Hace pocos años respondía esto en una entrevista concedida a el mundo
-Volviendo a lo de su homosexualidad y su presencia en el PCE...

-Mira, en realidad había un juego no del todo sincero. En aquella época el Partido quería ser tolerante, emerger como un grupo abierto donde no existían dogmatismos. Quería ser moderno, en el peor sentido de la palabra. Y yo lo que trataba era..., bueno, pues de llevarles contra las tablas de eso. De hecho, logré que Santiago Carrillo y todo el Comité Ejecutivo, ya muerto Franco, claro, fueran al estreno de una de mis películas más polémicas, El diputado, donde la política y la homosexualidad jugaban a partes iguales. Ya te digo, lo de ellos era un juego para buscar votos. Luego el Partido se dio cuenta de que los votos estaban realmente en las masas conservadoras, es decir, no yendo a ver El diputado, sino asistiendo a misa o a alguna procesión. Mirando atrás te das cuenta de que fueron muy crueles. No hay que olvidar que durante muchos años llevaron una política de represión y tiro en la nuca. La dialéctica se redujo enseguida.
El diputado también destaca por presentar las nuevas tesis sostenidas por los socialistas sobre el papel del terrorismo en el nuevo contexto europeo. No en vano se presenta a Orbea como un abogado laboralista que defendió a los etarras durante el proceso de Burgos, cuando aún se disculpaba a los independentistas por sus "motivaciones morales". Sin embargo, a partir del armisticio y la llegada de la democracia, las motivaciones de ETA se descalifican como "presuntamente izquierdistas" y su actividad violenta se caracteriza escuetamente como "crímenes contra la convivencia" -en línea con el rechazo "eurocomunista" al asesinato de Aldo Moro en Italia.

 Hay que reconocer que Eloy de la Iglesia los tenía muy, pero que muy bien puestos. Seguramente sus anteriores escarceos con la censura franquista hizo que sintiera un extraño y mórbido placer a la hora de desafiarles con la mayor virulencia posible. Sin duda con "El diputado" a mas de un censor debió de darle un pasmo. No es para menos si nos situamos en la época y si vemos la película intentando dejar los prejuicios a un lado.
No es que esta sea una buena peli. en realidad es bastante mala (en comparción su siguiente obra Los placeres ocultos es una obra maestra) pero la necesidad de expresarse en libertad y de denunciar (o al menos exponer) ciertos aspectos de la realidad española de su momento hacen de este un título imprescindible para ver la evolución ideológica y social de nuestro convulso país.
Sorprende, y mucho, la libertad a la hora de tratar el tema de la homosexualidad, la intolerancia fascista y las repercusiones morales. Solo por eso "El diputado", mal interpretada, con un guión tópico hasta la nausea, mal dirigida y demagógica hasta el empacho, acaba superando todas estas faltas y se convierte en un exponente sociológico que merece respeto, consideración y elogios . Una pena que De la Iglesa no se pareciera (como director) un poquito más a Fassbinder (incluso a Derek Jarman) pero no se puede tener todo y pese a su manifiesta mediocridad y estética feista, esta película es importante, valiente e incluso vista sin acritud ni ideas preconcebidas puede resultar muy muy entretenida. Y además Mª Luisa San José esta estupenda.
 El período histórico comprendido entre 1975 y 1980 fue fecundo en películas marcadamente ideológicas que, si bien no superan un análisis cinematográfico, suponen una excelente visión de los cambios vividos en España durante aquella época. Mucho se ha hablado tiempo después de la legalización del PCE, de las bandas de extrema derecha, de la "traición" de la izquierda a la República... Todo esto se recoge en películas como El Diputado (de izquierdas) o Hijos de Papá (de derechas) En ambas, por cierto, se habla del tema de la homosexualidad, dando base a la posterior aceptación social de tal condición sexual.

Resulta impresionante, si no vista como película, sí como documento un relato en el que se habla de la legalización del comunismo poco después de producirse este hecho, o del debate constitucional mientras éste se daba en el Congreso. La inocencia de una izquieda recién resurgida tras cuarenta años de dictadura es por otro lado aspecto a tener en cuenta: hoy resultaría ridículo ver un partido clamando por la justicia social, después de 35 años de régimen constitucional y la inocencia de aquella época perdida... Pero aun así es significativo de lo que somos, de lo que pudimos ser como país y de lo que aún podemos llegar a ser, si superamos problemas como los que encaró aquella generación.

La homosexualidad, tema principal del filme, es otro aspecto documental a tener en cuenta. Llama la atención que esta condición de Roberto Orbea, protagonista, pudiera ser causa de descrédito y aun de dimisión para un político. Pero así era, y está bien que se muestre como tal en la película, de tal manera que sepamos lo difícil que resultaba para los homosexuales simplemente vivir, condenados a la sordidez de los urinarios públicos, a la soledad o, peor aún, a convivir con una persona del sexo contrario.

Por mostrar todo esto y suponer un reflejo de esta época pasada, tanto El Diputado como las demás películas, de derechas e izquierdas, son importantes para nuestro país, por cuanto documento relatado suponen. Gracias a gente como Eloy de la Iglesia y Pepe Sacristán por haber sido tan valientes.

A destacar las intervenciones de Juan Antonio Bardem y de Ángel Pardo, en su primer trabajo como actor.
hay que reconocer que eloy de la iglesia los tiene muy bien puestos, criticado y admirado por partes iguales, hay que reconocerle que fué el director más valiente de la transcisión, ya no digo el mejor, ese mérito le corresponde a berlanga.
Aquí trata dos temas que a el le marcaron mucho, su pertenencia al pce, y su homosexualidad, de aquella disimulada y que le atormentaba. A su vez, mezcla estos dos rasgos autobiograficos, con su tema favorito, los quinquis, esos chavales que eloy lanzó al estrellato lanzandoles a la fama.
El diputado, un buen sacristan, a sabiendas que va a salir diputado en las primeras sesiones del parlamento, en una democracia aún en pañales, que tenía poco de democracia. Esto también lo pinta muy bien la película, como los ex ministros franquistas, ahora se hacían pasar por democratas, como los rojos que estuvieron 40 años en el ostracismo luchaban por salir a flote, como a la juventud, se la traia floja tanto unos como otros. Y cómo el país vivia en un constante estado de apariencias, como si aún estuvieramos en dictadura. Rescatar también, los conflictos internos de sacristan, su lucha para intentar sacar de su cabeza que es homosexual, hasta que por fin se acaba aceptando, que son las dudas que tuvo de la iglesia.
Por último, el complot en contra del diputado, dirigido por los fascistas que leen el alcazar, y soñaban ya con un golpe de estado.
En esto sobresale la mágica actuación, de uno de mis actores favoritos de todos los tiempos, agustín gonzalez. Sin duda una película muy interesante para conocer la transcisión pero vista con la mirada de eloy de la iglesia, un director muy valiente. que ya va siendo hora que se reconozcan sus méritos.

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