Londres, 1720. Harto de la notoriedad que le persigue por un crimen que
no había cometido, Benjamin Weaver, judío, ex boxeador, de extracción
humilde y cazarrecompensas, decide contar su historia, exponer en un
libro qué hechos lo llevaron a ser condenado a muerte y cómo consiguió
huir de la prisión y convertirse en investigador privado de su propio
caso.
Weaver, que había sido injustamente condenado por la muerte de un
estibador del puerto de Londres, huye antes de ser ejecutado y decide
adoptar la personalidad de un rico negociante para poder investigar el
misterio que se esconde tras su condena. Sus pesquisas y las singulares
situaciones que provocan le llevan a pensar que tal vez lo que le ha
pasado no sea más que un insignificante eslabón de una conspiración de
altos vuelos.
Una vez más, el aclamado autor David Liss combina su conocimiento
de la historia con la intriga, atractivas caracterizaciones y un
cautivador sentido de la ironía, que le permite sumergir al lector en
una vívida recreación del Londres de la época y componer un colorido
tapiz de las intrigas políticas, los contrastes sociales y la picaresca
reinante.
No leí esta novela, la devoré que es bien distinto. Tiene todo los
ingredientes para atraparte de principio a fin: una trama inquietante
que no se resolverá hasta el último segundo, unos personajes muy
interesantes, como su protagonista weaver, el brutal dogmill, la
señorita dogmill, todos pasan por estas páginas, desde los políticos más
cínicos, a los estibadores, pobres, ex carcelarios, toda la flora y
fauna imaginable. Un argumento que te atrapa y a la vez, es contando con
un estilo agil, ameno, con ciertas pinceladas de humor, y con buen
gusto combinando las palabras.
En definitiva david liss, mezcla novela histórica, con aventuras e
intrigas, y a fe que lo hace muy bien, un escritor a tener muy en
cuenta, y que no puedo menos, que recomendar encarecidamente su lectura.
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