La
serie arranca en Sicilia en 1909 y concluye en los Estados Unidos
en vísperas de los años veinte, con la promulgación
de la famosa Ley Seca. Entre uno y otro momento, diez años
de crimen a base de pistola y cuchillo, donde Al Capone, Lucky
Luciano, Frank Costello, Bugsy Siegel y tantos otros gángsters
reales se entrecruzan con personajes ficticios (como ese Leonardo
'Bricks' Teresi que hace las veces de narrador) en las calles
de Nueva York. Es una época y una estética que conocemos
por películas como 'Gangs of New York' de Martin Scorsese
o 'Érase una vez en América' de Sergio Leone, de
las que este cómic es bastante deudor.
En
la mayor virtud de esta obra radica también su mayor defecto:
la obra de Chauvel y Le Saëc pretende ser, y en efecto lo
consigue, un documental en viñetas sobre el origen del
llamado 'quincuagésimo estado'. Pero precisamente su afán
por querer contarlo todo de forma documentada es el culpable de
que se incurra en la acumulación de numerosos datos y en
la ausencia de cierta inventiva. Una ausencia que se contagia
al plano formal: el trabajo de Le Saëc carece de fuerza,
de dinamismo; es demasiado 'clásico' (entiéndase
el término en su sentido más peyorativo), mera ilustración
de las palabras de Chauvel. Salvo contadas ocasiones, al lector
le parece que está leyendo un ensayo ilustrado, en lugar
de un cómic. La emoción que consigue un uso adecuado
del código secuencial se pierde en detrimento de la fidelidad
histórica de sus autores (lo cual supone, eso sí,
algunas magníficas viñetas que recrean edificios
y calles de la época).
El
volumen recoge al final un numeroso corpus de notas. Este es un
aspecto común, además de su origen histórico,
con el monumental trabajo de Alan Moore y Eddie Campbell sobre
Jack el Destripador. Pero si 'From Hell' superaba su base documental
para ofrecer una visión holística y casi sobrenatural
del asesino de Whitechappel, los autores de 'La Cosa Nostra' caen
en el defecto antes comentado. Precisamente uno de los personajes
reales que protagonizan el tomo, Meyer Lansky (conocido como "el
contable de la Mafia"), afirma ante la recomendación
de una bibliotecaria: "¿Las novelas? ¿Cosas
inventadas? No me interesan. A mí solo me interesa la realidad".
Eso parece ocurrirle a Chauvel y Le Saëc: sólo les
interesa la realidad... En beneficio de los autores de tesis sobre
el crimen organizado y en perjuicio de los amantes del noveno
arte.
gran cómic, para conocer los inicios de la mafia en usa.
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