martes, 10 de julio de 2012

la cosa nostra

El primer volumen de esta monumental obra recoge la historia de los primeros años de la Mafia; esto es, el origen 'secreto' de la Cosa Nostra. La década que va de 1909 a 1919 es un tiempo en el que los nombres señeros del crimen organizado no eran más que niños que aspiraban a una vida mejor que la de sus progenitores, y que tenían claro que no iban a conseguirlo yendo a la escuela o trabajando desde el amanecer. El camino de las apuestas, el chantaje y el robo era mucho más rápido y por ello más atractivo.


La serie arranca en Sicilia en 1909 y concluye en los Estados Unidos en vísperas de los años veinte, con la promulgación de la famosa Ley Seca. Entre uno y otro momento, diez años de crimen a base de pistola y cuchillo, donde Al Capone, Lucky Luciano, Frank Costello, Bugsy Siegel y tantos otros gángsters reales se entrecruzan con personajes ficticios (como ese Leonardo 'Bricks' Teresi que hace las veces de narrador) en las calles de Nueva York. Es una época y una estética que conocemos por películas como 'Gangs of New York' de Martin Scorsese o 'Érase una vez en América' de Sergio Leone, de las que este cómic es bastante deudor.

En la mayor virtud de esta obra radica también su mayor defecto: la obra de Chauvel y Le Saëc pretende ser, y en efecto lo consigue, un documental en viñetas sobre el origen del llamado 'quincuagésimo estado'. Pero precisamente su afán por querer contarlo todo de forma documentada es el culpable de que se incurra en la acumulación de numerosos datos y en la ausencia de cierta inventiva. Una ausencia que se contagia al plano formal: el trabajo de Le Saëc carece de fuerza, de dinamismo; es demasiado 'clásico' (entiéndase el término en su sentido más peyorativo), mera ilustración de las palabras de Chauvel. Salvo contadas ocasiones, al lector le parece que está leyendo un ensayo ilustrado, en lugar de un cómic. La emoción que consigue un uso adecuado del código secuencial se pierde en detrimento de la fidelidad histórica de sus autores (lo cual supone, eso sí, algunas magníficas viñetas que recrean edificios y calles de la época).

El volumen recoge al final un numeroso corpus de notas. Este es un aspecto común, además de su origen histórico, con el monumental trabajo de Alan Moore y Eddie Campbell sobre Jack el Destripador. Pero si 'From Hell' superaba su base documental para ofrecer una visión holística y casi sobrenatural del asesino de Whitechappel, los autores de 'La Cosa Nostra' caen en el defecto antes comentado. Precisamente uno de los personajes reales que protagonizan el tomo, Meyer Lansky (conocido como "el contable de la Mafia"), afirma ante la recomendación de una bibliotecaria: "¿Las novelas? ¿Cosas inventadas? No me interesan. A mí solo me interesa la realidad". Eso parece ocurrirle a Chauvel y Le Saëc: sólo les interesa la realidad... En beneficio de los autores de tesis sobre el crimen organizado y en perjuicio de los amantes del noveno arte.
gran cómic, para conocer los inicios de la mafia en usa.

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