Paul Signac (detalle de un retrato de Seurat)
Procedente de una familia acomodada, Paul Signac
pudo dedicarse casi enteramente a la pintura. Se formó en la École des
Arts-Décoratifs de París (1882) y en un taller libre. En 1884 colaboró
activamente en la creación de la Société des Artistes Indépendants (de
la que en 1903 ejercería la vicepresidencia y en 1909 la presidencia) y
en la fundación del Salon des Indépendants. Dos años más tarde participó
en la IX Exposición Impresionista junto a Degas, Forain, Pissarro,
Gauguin y Seurat.
Bajo el impulso de Seurat, Signac profundizó en
la técnica puntillista, tomando como motivos las orillas del Sena y las
costas mediterráneas. Formuló sus ideas estéticas en De Eugène Delacroix al Neoimpresionismo
(1899). La obra es una defensa de los procedimientos técnicos adoptados
por los pintores neoimpresionistas, escuela nacida oficialmente en 1886
de la que formaron parte, además de Signac, Georges Seurat (el
fundador), Henry-Edmond Cross, Camille Pissarro, Maximilien Luce y Théo
van Rysselberghe, pintores animados por la común aspiración de dar a sus
telas el máximo de la luminosidad. Esta finalidad se busca por el uso
de los colores puros no mezclados en la paleta, aunque yuxtapuestos en
la tela de modo que vistos a distancia, fundiéndose en la retina
("mélange optique"), conserven el esplendor originario en el color
derivado.
El palacio de los Papas de Aviñón (1900)
y La entrada al puerto de La Rochelle (1921)
Tras la muerte de Seurat, Paul Signac se
trasladó a Saint-Tropez, donde vivió hasta el año 1911. Fue un gran
viajante y navegante a lo largo de su vida, y esta afición a viajar lo
llevó desde La Rochelle a Marsella y desde Venecia a Constantinopla,
viajes en los que pintaría principalmente temas marinos y que
explicarían la gran cantidad de acuarelas presentes en su obra, además
de su estilo tan particular, ágil y exacto. Su técnica dejó de ceñirse
tan estrictamente a las reglas puntillistas, y evolucionó hacia un
ensanchamiento de sus pinceladas.
A partir de 1913, Signac realizó largas
estancias en Antibes, aunque siguió conservando su estudio de París.
Además de paisajes y retratos, también pintó bodegones y algunas
composiciones decorativas. En sus pinturas al óleo, Signac es
voluntarioso y reflexivo; en cambio, en sus acuarelas desvela su
sensibilidad y se expresa con entera libertad. El pintor jugó un papel
muy considerable en la formación del grupo de neoimpresionistas; sirvió
además de vínculo entre Pissarro, Seurat y los escritores simbolistas, y
trabó amistad con pintores belgas que formaron un segundo grupo de
neoimpresionistas.
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