lunes, 1 de abril de 2013

las cuevas de altamira

Fue en 1868 y 1879 cuando se encontraron grabados del Homo Sapiens, correspondientes al Paleolítico Superior Magdaleniense y un número más reducido del Solutrense, en la conocida Cueva de Altamira, pero debido al deterioro de las mismas, se restringió el acceso, y se construyó, junto a la cueva original, las nuevas instalaciones del Museo de Altamira y la Neocueva, réplica fidedigna y minuciosa de la original.


Pertenecen al solutrense, pinturas en rojo monocromas que representan caballos, una cabra, manos en negativo, y otras sin identificar. Se atribuye al magdaleniense, hace 14500 años aproximadamente, el resto de pinturas del Techo de los Polícromos: una manada de bisontes, una cierva, caballos, un posible jabalí y otros signos sin clara identificación por el momento. En la galería más alejada y estrecha, se encuentran los caballos, ciervos, bisontes y figuras abstractas “tectiformes” de la Cola de Caballo.
La creación de una escena integrando varias figuras, el uso de  relieves propios de la cueva para generar volúmenes y la perfección en la técnica del grabado, que consigue claroscuros con sólo dos pigmentos, el negro del carbón vegetal y el rojo de óxidos, hacen única esta cueva.
Las pinturas y grabados  de la cueva pertenecen a los períodos solutrense  principalmente y, algunos otros, al gravetiense  y al comienzo del auriñaciense , esto último según pruebas utilizando series de uranio. De esta forma se puede asegurar que la cueva fue utilizada durante varios periodos, al menos, unos 22 000 años, desde hace unos 35 600 hasta hace 13 000 años cuando la entrada principal de la cueva quedó sellada por un derrumbe, todos dentro del paleolico inferior


El estilo de gran parte de sus obras se enmarca en la denominada «escuela franco cantabra », caracterizada por el realismo de las figuras representadas. Contiene pinturas polícromas, grabados, pinturas negras, rojas y ocres que representan animales, figuras antropomorfas, dibujos abstractos y no figurativos.7
Calificativos como: la capilla sixtina del arte ruprestre «...la manifestación más extraordinaria de este arte paleolítico...», «... la primera cueva decorada que se descubrió y que continua siendo la más espléndida»;11 y «...si la pintura rupestre [paleolítica] es el ejemplo de una gran capacidad artística, la cueva de Altamira representa su obra más sobresaliente»nos indican la gran calidad y belleza del trabajo del hombre magdaleniense en este recinto.

Fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1985 En el año 2008 se hizo una extensión de la nominación a otras 17 cuevas del  país vasco y asturias y la propia Cantabria, pasándose a llamar el conjuntodel arte rupestre del norte de 

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