domingo, 15 de noviembre de 2015

Jules Pascin

(Julius Pincas; Vidin, 1885 - París, 1930) Pintor y dibujante búlgaro. Entre 1902 y 1905 viajó a Viena, Munich y Berlín y colaboró con la revista Simplicissimus; en 1905 se instala en París y comienza a participar en los Salones de Otoño regularmente hasta 1912. En 1913 participa en el Armory Show de Nueva York y en todas las grandes exposiciones internacionales. Al año siguiente viaja a Nueva York y entre 1915 y 1920 pasa su tiempo en los estados sureños haciendo multitud de dibujos y apuntes. En 1920 obtiene la nacionalidad estadounidense y vuelve a París. Produce en estos años obras de tema bíblico y mitológico, pero sobre todo retratos femeninos de carácter erótico, como Dos muchachas durmiendo de 1929. En 1927 vuelve a los Estados Unidos e instala un estudio en Brooklyn; tres años después hizo su última exposición en la galería Knoedler de Nueva York.


En su relato París era una fiesta, hemingway  escribió un capítulo titulado Con Pascin en el Dôme, relatando una noche en 1923 cuando se había detenido en Le Dôme y encontrado a Pascin acompañado por dos modelos. La descripción de Hemingway de los acontecimientos de esa noche se consideran una de las imágenes que simbolizan en Montparnasse de la época.
Tras la brillantez de Pascin estaba escondido el terror de una mente torturada. Sufría depresión y alcoholismo. «Enloquecido por su propia leyenda», según el crítico de arte Gaston Diehl, se suicidó el 2 de Julio  de 1930 , en vísperas de una prestigiosa exposición individual cortándose las venas de las muñecas y ahorcándose en su estudio de  Montmartre . Sobre la pared dejó un mensaje escrito con su propia sangre que decía adiós a su amor perdido, Cecile (Lucy) Vidil Krohg. En su testamento Pascin dejó su patrimonio a partes iguales a su amante, Lucy Krohg, y a su esposa, Hermine David.
El día del funeral de Pascin, 7 de junio de 1930, cerraron todas las galerías de París. Miles de conocidos de la comunidad artística junto a docenas de camareros de los restaurantes y los salones que frecuentaba, todos vestidos de negro, caminaron detrás de su ataúd a lo largo de los casi cinco kilómetros desde su estudio en el bulevar de Clichy, número 36, al cementerio de sant ouen

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