Y qué cerca estuvo de llegar a algo pero... no.
Buenos actores, estupendos escenarios, maravillosos trajes, pero casi, casi hubiera sido más de un 7, le he dado un 6 porque no puedo darle un 5,5, si no flaqueara con tanta frecuencia el guión, y por supuesto si se hubieran dignado a quitar el adulcorante que impregna de vez en cuando el mismo.
Esperaba quizás algo más de rigor o profundidad, pero al final se queda en un pasatiempo muy digno pero pasatiempo al fin y al cabo, ni ahonda en la reivindicación, ni en el cambio médico, ni en el psiquiátrico...
Y el final, no pude menos que decir: ¡anda ya!.
Una pena, pudo haber sido y apenas llegó.
Buenos actores, estupendos escenarios, maravillosos trajes, pero casi, casi hubiera sido más de un 7, le he dado un 6 porque no puedo darle un 5,5, si no flaqueara con tanta frecuencia el guión, y por supuesto si se hubieran dignado a quitar el adulcorante que impregna de vez en cuando el mismo.
Esperaba quizás algo más de rigor o profundidad, pero al final se queda en un pasatiempo muy digno pero pasatiempo al fin y al cabo, ni ahonda en la reivindicación, ni en el cambio médico, ni en el psiquiátrico...
Y el final, no pude menos que decir: ¡anda ya!.
Una pena, pudo haber sido y apenas llegó.
Cuidada y teatral cinta de aire british y tan vacía como estos cereales
españoles víctimas de los calores. Una idea buenísima que se transforma
en un relato poco chispeante y ni siquiera cómico, si exceptuamos las
apariciones del cínico y diletante pijoprogre amigo barra socio del
protagonista. Un aire viejuno a más no poder en la dirección y como
siempre por si al personal no le gusta, pues ponemos a la Gyllenhaal que
es una actriz que ella sola puede merendarse una película y hala a
vivir. Un paseico por la Inglaterra victoriana (penoso el final
trapacero, cobarde y para contentar a modernacos icónicos con la reina
victoria y buquinjam palace. Otro por unas referencias dickeinianas y
de homenaje a las más famosas pelis británicas de la era del imperio.
Antes se llamaba engañar al espectador. Pero los intelectuales de las
productoras no son tontos. hay una gran cantidad de señoras de buen ver,
mejor pasar y aún mejor vivir que son muy partidarias de este tipo de
cine. y claro arrastran a los maridos o a los amantes, vaya usted a
saber.
Una película apenas estrenada y con poco público, eso sí dispuesto a reírse con lo que sea. Malos tiempos para la lírica. Menos mal que alguna debió encontrar el paroxismo. Por lo menos para eso puede servir una película que venía con ciertas expectativas y que se queda en algo muy superficial. Poca, poca, poca cosa y Poca Poca esperanza de que el cine mejore.
¿Nos besaran el hombro otra vez?. O quizá nos lo muerdan directamente ?.
No, no dejaremos de eso ni de lo otro. Adiós.
Una película apenas estrenada y con poco público, eso sí dispuesto a reírse con lo que sea. Malos tiempos para la lírica. Menos mal que alguna debió encontrar el paroxismo. Por lo menos para eso puede servir una película que venía con ciertas expectativas y que se queda en algo muy superficial. Poca, poca, poca cosa y Poca Poca esperanza de que el cine mejore.
¿Nos besaran el hombro otra vez?. O quizá nos lo muerdan directamente ?.
No, no dejaremos de eso ni de lo otro. Adiós.
Hay cosas ya que son rizar el rizo. Películas que abordan los primeros
análisis y estudios de la sexualidad, incluso hipotéticas visitas
freudianas a la Barcelona de la época. Pase también una historia añeja
de un balneario al que iban los pudientes para que les sometieran a
dietas blandas y enemas de tres litros... Pero bueno, montarse una peli
sobre cómo se le ocurre a alguien curar lo que se conocía como histeria
femenina reinventando algo que ya se usaba en el Egipto milenario es
cuanto menos, ridículo. La idea, abordada con un mínimo de rigor, o en
plan desfase total podía haber tenido su punto, pero navegando entre
ambas aguas, se hunde. Ya el planteamiento edulcorado frente a lo que
podría ser un porno vintage de nuestros bisabuelos, es un error. Y la
Gyllenhaal vuelve a estar regulera. Y fea.
Lo mejor: La dirección artística cumple.
Lo peor: Lo cobarde y sinvergonzona que es.
¿Para cuando la segunda parte dirigida a un público gayuno ávido por conocer el origen de nuestros adorados utensilios de látex?
Lo mejor: La dirección artística cumple.
Lo peor: Lo cobarde y sinvergonzona que es.
¿Para cuando la segunda parte dirigida a un público gayuno ávido por conocer el origen de nuestros adorados utensilios de látex?
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