viernes, 17 de agosto de 2012

psicosis

año 1960. 109 minutos. director: alfred hitchcock. basado en la novela de robert bloch. terror. reparto: anthony perkins, vera miles, janeth leigh, jhon gavin, martim balsam. 4 nominaciones al oscar. música: bernard hermann.
sinopsis: Una joven secretaria, tras cometer un robo en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño motel de carretera regentado por un tímido joven llamado Norman. Todo parece normal y tranquilo tanto en el apartado motel como en la casa de al lado en la que viven Norman y su madre, pero las cosas no son lo que parecen

Es uno de los films más emblemáticos de Hitchcock. Escrito por Joseph Stefano, se basa en la novela "Psycho" (1959), de Robert Bloch, que se inspira en los crímeres de un asesino en serie de Wisconsin. Se rueda en exteriores de LA y de Arizona y en los Universal Studios, con un ajustado presupuesto de 800 mil dólares. El rodaje comienza el 11-XI-1959 y concluye el 1-II-1960. Nominado a 4 Oscar (dirección, fotografía, dirección artística y actriz de reparto), gana un Globo de oro (actriz de reparto, Janet Leigh). Producido por Hitchcock pra la Paramount, se estrena el 16-VI-1960 (EEUU).

La acción principal tiene lugar, en 1959/60, en un apartado motel de carretera situado a 15 millas al Este de Fairville, entre Phoenix (Arizona) y LA (California). El realizador sustituye su equipo de rodaje habitual de cine por el de sus filmaciones para la televisión. Quería que la película tuviera la apariencia de una producción barata. El terminar el rodaje pensó en hacer un motaje de 60 minutos para la TV. Con esta obra Hitchcock pasa del suspense al terror, que concibe de una manera innovadora. Hasta entonces las películas de terror se habían basado en personajes sobrenaturales (vampiros, brujas, monstruos, insectos malignos).

El film sustituye los recursos tradicionales del terror por un personaje humano, Norman Bates (Anthony Perkins), que regenta un motel de 12 habitaciones, aislado a causa del desvío de la vía principal construido 10 años antes. El film implanta el subgénero del thriller psicológico. La atmósfera es densa, opresiva, agobiante y, sobre todo, terrorífica, gracias al despliege de la extraordinaria imaginación de Hitchcock. Construye con habilidad el perfil psicológico de los personajes, en especial de Norman Bates y Marion Crane (Janet Leigh). Bates es de carácter débil, tiene problemas psicológicos, vive dominado por la madre y hace trabajos de taxidermista. Son escenas memorables la de la ducha, la huida de Marion de Phenix, la conversación de Marion y Norman sobre taxidermia y ornitología, la de amor en la cama. Da paso a numerosas imitaciones y "remakes", como "Psycho III" (1986), que dirige Perkins, y "Psycho" (1998), de Gust Van Sant

La música, de Bernard Herrmann ("Vértigo", 1958), consta de 40 cortes, de los que destacan "Preludio", "Tormenta", "Asesinato" y "Final". Se usan sólo instrumentos de cuerda y los contrastes se obtienen por combinación de graves profundos y agudos muy altos. La fotografía, de John L. Russell ("Macbeth", Welles, 1948), en B/N, ofrece numerosos primeros planos, en ocasiones extremos (ojo, desagüe, manos sobre toalla), luces contrastadas, notables movimientos de aproximación de cámara y composiciones de excelente dibujo. Es sobresalinte la interpretación de Janet Leigh y acertada la de Anthony Perkins. Ambas se dan bien acompañadas de las de Vera Miles (Lila Crane), John Gavin (Sam Loomis), John McIntire (sheriff Al Chambers) y Martin Balsan (detective Milton Arbogast).
 Comienza la película, se escucha una de las bandas sonoras fundamentales de la historia del cine, un prodigio modélico de como la música ha de ayudar a la película. Se observan los magistrales títulos de crédito de Saul Bass otro prodigio vertiginoso acorde con la partitura de Hermann. El resto ya ha pasado a la inmortalidad.

Hitchcock filma un ejercicio de estilo simple y llanamente perfecto. Todo es preciso, milimétricamente pensado. Primero nos guía una excelente Janet Leigh, mera introducción de media hora que ya nos va causando molestia sin saber por qué. Llegamos a una ducha mítica en la que planos y planos revolotean en la retina del espectador como cuchilladas que insólitamente jamás llegan a clavarse. El film toma un giro de 180 grados. El protagonista pasa a ser un Antonhy Perkins que utilizó inmejorablemente el magistral y complejísimo papel que Hitchcock le ofreció para dar vida a una de las creaciones más sobrecogedoras que recuerdo haber visto en pantalla alguna.

Todo está construido a base de pequeños detalles tanto en la historia: el fajo de billetes, la sombra de la madre en la ventana, la taxidermia que practica Bates, el agujero en la pared, el halo de acojone que envuelve a la casa, pequeñas pistas que se nos van dando para adentrarnos en la desquiciante personalidad de Bates, etc; como en el apartado técnico: una fotografía en blanco y negro que juega con las luces y las sombras contribuyendo a la irrepetible atmósfera del film, la planificación de unos planos tan precisos como las piezas de un rompecabezas, el espléndido montaje que los encadena, la creación de una estructura narrativamente perfecta de ritmo desafiantemente pausado y por supuesto, la dirección del Sr. Hitchcock que echa todos los elementos a volar y le sale una de las películas fundamentales de la historia del cine.

Una obra maestra total y absoluta que marcó un punto de no retorno en uno de los géneros que más difícil lo tiene para alcanzar su objetivo: dar miedo. La que nos ocupa es mi película favorita de terror de la historia del cine (y cuidado que no he dicho que sea la mejor).
 
¿La mejor? ¿La más popular? ¿La más aterradora?. Rios de tinta se han vertido acerca de esta irrefutable obra maestra. Personalmente alcanza, junto a “Vertigo”, la cúspide del ideario cinematográfico del viejo Hitch. Un auténtico alud de propuestas, recursos y resoluciones perversas con las que cualquier aspirante a cinéfilo como un servidor retozará inevitablemente como un lechón en el barro durante todo su metraje sin dejar de jadear ni un solo instante. De angustia, por supuesto.

Me gustan todas, absolutamente todas las pelis de Hitchcock, pero “Psycho” posee además ese plus que la hace merecedora de mis 10 estrellas y que la convierte en uno de los mejores films de la historia del cine. Absolutamente incapaz de vislumbrar sus carencias o puntos débiles, y antes de cantar superficialmente las virtudes esenciales de la peli en cuestión, me gustaría puntualizar que “Psycho” es, a mi entender, una peli integral, global, redonda. Es más, me atrevería a afirmar incluso que la obra de Hitchcock no es tan sólo una película. Es cine. Suena a perogrullada, lo sé, pero con ello quiero subrayar que cuando una película trasciende su propia historia y pasa a formar parte de la imagineria colectiva de aquello que denominamos cine ya no hablamos de un trabajo bien hecho. Hablamos de arte.

No sé si me explico. La música de Bernard Herrmann, la fotografía de John L. Russell, las interpretaciones de Anthony Perkins y Janeth Leigh potencian con extraordinario vigor el conjunto, pero lo que verdaderamente consigue imbuir ese halo siniestro y mítico a la vez es la perversa y envenenada mente del viejo maestro. Nadie como él para mortificarnos y acongojarnos con puro y simple celuloide.
 Quién se había planteado antes en la historia del cine que la media hora de película fuesen a cargarse a la protagonista? (non-spoiler! es la escena más famosa de todos
los tiempos!).

Sólo Hitchcock porque está por encima del bien y del mal.
No quiero debatir sobre si es o no la mejor película del director inglés, pero desde luego, sí es la mejor Perkins, de Janet Leigh, compañía y, sobre todo la mejor película del año 60: particularmente para mí supera del mismo año a, (aunque comparar géneros sea como mezclar tocino y velocidad, "El Apartamento" de Wilder, nada más y nada menos o a "Los Robinsones de los Mares del Sur", la peli de aventuras por excelencia, al menos la que más recuerdo de mi infancia (en realidad de la tierna infancia de mi padre), muy generoso cuando decidió sentarme a ver Psicosis con unos 10 años, como regalo de fin de curso, por haber aprobado todo en el colegio... La disfruté. Desde aquel día, cada vez que veo "El Exorcista", me parto de risa.

Hay cosas antes no vistas en el cine; explícitas. Las escenas de Janet Leigh y su amante son para la época bastante subidas de tono (me refiero a la época de Doris Day y Rock Hudson compartiendo "Pijama para dos" y durmiendo en camas separadas). Sí es cierto que Hitchcock siempre "coló" contenidos sexuales de manera más o menos subliminal; pero en Psicosis, no se corta y lo hace ya sin censurar lo que el guión exija. Aquí recomiendo escuchar (sin mirar hacia la pantalla) los cinco primeros minutos de "La Soga".

De los intérpretes, siempre he pensado que Janet Leight se había hecho con la escena más célebre del cine (al menos la que llevamos en la retina millones de espectadores) pero su carrera se murió. Jamás volvió a vérsele por el celuloide en algún producto decente. Es como si Hitchcock la hubiese enviado al fondo del pantano para siempre, después de intervenir en Psicosis. Con sus anteriores películas de aventuras junto a Tony Curtis poco puedo decir en su favor (es una chica muy guapa que cumple con su cometido: estar guapa). Aunque en Sed de Mal, vuelve a estar estupenda.

Sin embargo Anthony Perkins, y aquí no estoy de acuerdo con lo que comentais algunos en vuestras críticas, sí quedó tocado por el papel de Norman Bates, tanto que no hay reemplazo posible, pero, oh sorpresa! sí hubo luz para él al final del túnel. A Psicosis le siguieron otras grandes películas (Arde París, La década prodigiosa, El proceso o incluso Asesinato en el Orient Express).

Creo que es una de las crueldades de Hitchcock como director, me atrevería a decir que lo busca expresamente incluso: conseguir de sus actores el papel de sus vidas y luego... búscate la vida. 

osiblemente si a alguien inexperto en cine le dijeran: dime una escena del cine; lo más seguro es que respondiera: la escena de la ducha de... y a lo mejor no saben ni de qué película es, pero de algo no hay duda, y es que esta película es una de las más míticas de la historia del cine. ¿ O acaso alguna vez duchándonos no hemos mirado fuera a ver si alguien venia ?

Posiblemente, todo aquel que haya visto algo de television, y se dispongaa ver Psicosis, ya sabe lo que va a pasar, como fue mi caso. A pesar de ello, desde que vemos los hipnóticos créditos de Saul Bass, y Hitch nos convierte en voyeurs de una casa cualquiera, para hacernos partícipes de una relación prohibida. Pero en cuanto Marion roba ese maletín, dejamos de ser meros voyeurs y nos convertimos en sus acompañantes. Vamos con ella en el coche y nos sentimos descubiertos por su jefe en el paso de cebra, vamos por la carretera sentados en el asiento del copiloto y sentimos miedo al ver el coche de policia persiguiendonos mientras suena la terrible banda sonora de Herrmann, únicamente de cuerda... y nos regocijamos mientras vemos a Marion imaginándose la conversación de su jefe con el rico comprador.

Es al llegar al motel Bates cuando se desarrolla la verdadera historia. El lánguido y algo andrógino Norman es un chaval torturado, y está magníficamente interpretado por el grandísimo Tony Perkins. Un personaje del que nunca pudo huir, y que le tuvo encasillado hasta el dia de su muerte, a pesar de que posteriormente trabajo en otras obras maestras, como El proceso, de Welles.

Hitchcock creó una de las cumbres del cine matando a su protagonista a mitad de la película, y dejando que el espectador supiera lo que pasaba, pero dejando a los protagonistas con la intriga. Mantener la tensión constante durante toda la película es algo que únicamente Don Alfredo sabía hacer con tantísima maestría, y va desgranando poco a poco una trama que al final parece rocambolesca e inexplicable, pero que haya su raciocinio en la explicación que da el doctor al final de la película. Una película que creó el tan de moda géneto de los " psycho-killers", y todas estas peliculas tienen una común influencia: Psicosis, Norman Bates...

Esta obra de Alfred Hitchcock, no es únicamente una de sus mejores obras, sino que es una de las obras más importantes y pieza clave del puzle que representa el séptimo arte. E seguramente donde el realizador nos da la clase más magistral de cómo se debe llevar a cabo un thriller, mostrando en qué momentos debe mostrarse intenso, tranquilo o intrigante. Hitchcock coge sus ingredientes y los mete en su punto. Todos están sabiamente escogidos y seleccionados e incorporados de forma exacta e irremplazable en “Psicosis” demostrando porque estamos ante una de las obras cumbre del género del suspense.

El cineasta nos pone en el papel de una mujer que huye de su ciudad durante un fin de semana tras realizar un robo. La joven se refugia en un motel aislado y perdido en la carretera, cuyo acceso no es ni visible ni fácil. Ahí conoce a su excéntrico propietario Norman Bates, cuya presencia es enigmática e inquietante, debido a su imprevisible comportamiento y partículas personalidad. Cuando la mujer se instala, mientras se toma una ducha, es asesinada por una figura desconocida. La hermana de ésta, junto a un detective, volverá al hotel para desentrañar los misterios del inquietante lugar y desenmascarar la identidad del asesino.

La magia de “Psicosis” reside en su desarrollo. Su inicio es tranquilo y pausado, y a medida que su historia transcurre va ganado interés hasta llegar al motel, donde se muestra un lado perturbador e inquietante debido al personaje de Norman Bates, interpretado por Anthony Perkins en un papel inolvidable, mastodóntico. Pocas veces se ha visto en pantalla una labor tan compleja, tortuosa e inquietante en un actor. Su personaje ha pasado por los anales de la historia. Cuando muere la joven en la ducha, la trama va ganando una intensidad inaudita, que se va desarrollando con un ritmo increíble. Hitchcock desarrolla como nadie una intrigante historia que a medida que se van desentrañando todas las dudas, se vuelve cada vez más intenso, intrigante e imprevisible. Y es que es fácil que a uno le suba la tensión ante tanta fuerza, magnetismo e intensidad que desprende su obra. Nos brinda momentos y unas experiencias irrepetibles, con un final no menos antológico gracias a la figura tan penetrante de Perkins, sin él, el film no sería el mismo. Tras ver “Psicosis”, es fácil estar eufórico, no deja indiferente, se vive en ella unas experiencias puras y realistas que van in crescendo con su desarrollo, sin prisa pero sin pausa. Con un nivel de intensidad y de suspense inimaginables. Imposibles de describir, sólo pueden ser vividos, y eso sólo es posible visionando la obra. Deja una marca imborrable, des de su banda sonora, ambientación e interpretación. Si que es cierto que sus cortas escenas de acción han envejecido mal, y no resultan espectaculares, sino poco creíbles y algo tontorronas, pero es un detalle menor que no empañan el producto por su realista experiencia.
 Hay un gran logro en esta película: Hitchcock consigue crear una atmósfera malsana de terror y desasosiego sin tener que recurrir a ningún tipo de escena sangrienta explícita, y eso sólo lo consigue alguien con una visión acertada y concisa del suspense.

Alfred impregna cada escena del film con profundos matices de intriga, y juega con la desconfianza respecto a los escenarios por los que merodean los personajes. El blanco y negro contribuye claramente a la sensación de hostilidad y desamparo.

Considero que dos elementos argumentales clave que contribuyen a la sensación de terror son, por un lado, la situación del motel: alejado de la mano de Dios, desangelado, sin apenas actividad... Por otro lado, la presencia de la vasta colina, con esa impontente mansión que se alza en su cumbre; poniendo el broche con factores inquietantes como la mirada de Perkins desde la ventana y el juego de luces y sombras durante todo el transcurso del film.

Creo que el mérito real de la película no es contar con una gran historia, ni estar respaldada por interpretaciones impecables (aunque la de Perkins es muy buena), la película es de alabar sobre todo por la manera de dirigir de Hitchcock.

Siempre consigue dar con el plano adecuado, sabe donde colocar la cámara en cada momento y sabe como darle a los escenarios ese halo de misterio que tanto necesita una película como ésta. (comento alguna escena en el spoiler). Y por supuesto, esa banda sonora, escalofriante y muy fría, que ambienta perfectamente la película.

En definitiva, una historia interesante y rodada con gran maestría, da lugar a una película muy recomendable, que, aunque supongo que impactaría más de verla en su estreno, a día de hoy sigue funcionando francamente bien.
patricia hitchcock!!!!! la unica hija del director, que sale en solo dos películas, en psicosis haciendo de secretaria compañera de marion crane, y en la sombra de una duda.
Para algunos “Psicosis” es la invención del género conocido como slasher, es de suponer que la archifamosa escena de la ducha tenga mucha culpa de ello, pues es la única prácticamente que la relaciona con el género. Sea como fuere puede que fuese una fuente de inspiración para películas como “Viernes 13” o el mismo “Halloween” de Carpenter que sí están dentro de ese contexto por derecho propio. Desde luego para mí el film de Hitchcock contiene elementos narrativos que van más allá del impacto que causó la ducha de Janet Leight. Hitchcock cambió acertadamente el personaje de Norman Bates, mucho más desagradable en el libro original por el finalmente interpretado por Anthony Perkins, más pudoroso y solitario, por el que el público sentiría empatía en lugar de contrariedad. “Psicosis” describe un compendio de situaciones en áreas diferentes que terminan convergiendo en un mismo lugar, por motivos variados. Vista hoy, el film incluso ha ganado, sigue siendo perturbador, puede que el sentimiento de terror no sea tanto, aunque tampoco se trata de una película de terror y los tiempos han cambiado. Una de las películas más famosas del maestro, significativa por el impacto que causó y por el misterio promocional que el propio director le dio, “no permitía el acceso a las Salas una vez comenzada la proyección”, incluso realizó su particular cameo al inicio de la película para que el espectador no se distrajese por encontrar su presencia, consciente de que comenzada la película era necesario implicarse con los protagonistas y dejarse llevar sin más. Una obra maestra.

“Psicosis” es la única película que no se ve. Me explico: A todas las películas asistimos más o menos pasivos a nuestro papel de voyeur; aquí no. Desde que los fabulosos títulos de crédito de S. Bass abren este prodigio hasta su irónico final, A. Hitchcock nos dirige. Ya desde la primera secuencia, en esa intromisión impúdica con la pareja de amantes clandestinos que dejan de comer para follar, el maestro nos llevapor una serie de estados, totalmente contradictorios algunos de ellos; eso sí, sin soltarnos. Es quizá, la película que tiene más presente al público (y eso que para él la formulación de un film era un triángulo entre el autor, la película y el público); y quizá por eso, su mayor éxito.
La película está llena de momento imborrables. Desde esa huida de Marion en la noche lluviosa que nos deja con el corazón en un puño (maravillosa la tensión del policía), creyendo nosotros encontrar la serenidad en el motel; hasta las conversaciones que sostiene sobre la taxidermia, o como no: la famosa bomba de relojería que es la escena de la ducha. De todo este conjunto, yo me quedo con tres secuencias: la primera el cierre de la escena de la ducha con la llegada de Norman limpiando, como buen hijo, todas las pruebas del crimen y que da un giro en nuestra visión de la película; la segunda, una secuencia inteligentísima que es la primera vez que nos presenta a la madre, tras saber en la secuencia anterior que está muerta, el genio de esta secuencia es jugar con nosotros al despiste mediante una conversación del todo insustancial pero a la que no podemos dejar de prestar atención mientras la cámara, sirviéndose de ese disfraz sonoro, realiza un movimiento de grúa que nos permitirá “ver” a la madre; la última: el hundimiento del coche de Marion, cuando con todas tus fuerzas deseas que se hunda pese a que se ha cometido un asesinato. Muestras todas ellas de ese “dirigir” al público que está presente en toda la película (cuenta la leyenda que hicieron una prueba a Hitchcock, y este sabía en qué momento se encontraba la película escuchando los gritos de los espectadores de diversas partes del mundo).
El reparto es espectacular, sobresaliendo sin lugar a dudas A. Perkins, cuya carrera quedará marcada por este personaje, con esa mezcla de inocencia y timidez que lo hace libre de toda sospecha (magnífico, irónico y terrorífico su monólogo final). Otro tanto para J. Leigh (que a partir de esa película nunca más se pudo duchar sin temores), en un papel sorprendente, pues con esta película el maestro rompía el tabú de que la estrella, se quedara o no con el chico, estuviera hasta el último rollo. Pero, aparte del reparto, todos los elementos presentes en una película alcanzan aquí la perfección. ¿Qué podemos decir de la magnífica banda sonora de B. Herrmann? ¿Quién la escucha y puede permanecer tranquilo? O su soberbia fotografía en b/n (es cierto: el color le sienta mal a esta película).
“Psicosis” es la obra maestra del cine del s. XX.
 
que voy a decir de psicosis??? pues para mí, es la mejor película de todos los tiempos. olvidaos de casablanca, de ciudadano kane... todas esas pelis que los gafapastas consideran la mejor película de todos los tiempos. Esta es la mejor jodida película de todos los tiempos, porque transciende con todos los generos, no es cine es arte. año 1960 caballeros, esta peli transgredió y rompió todas las reglas del cine, hay un ante y un después, es pionera absoluta en el terror. Envidio a los que la podais ver por primera vez, yo ya la ví 6 veces.... pero esa primera, el asesinato no sólo de la ducha, los otros dos, casí me sale el corazón de la boca. Y eso es porque unos planos maravillosos, unos actores metidos en el papel, rescato aparte de janet leigh, la buena interpretación de perkins, quizás la mejor de su carrera, a martin balsam, personalmente uno de mis actores favoritos, haciendo del pobre arbogast.
Pues eso, la banda sonora magistral, planos impresionantes, la ducha, esos 3 minutos el ojo de marion crane.... una lección de cine sublime, es envolvente, el final es magistral... a que cojones esperas a verla, tan sólo cabe decir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario