viernes, 28 de septiembre de 2012

rocky 4

1985. usa. boxeo. director: sylvester stallone. 90 minutos. reparto: sylvester stallone, talia shire, burt young, carl weathers, brigitte nielsen, tony burton, michael pataki, ralph lundgren.
sinopsis: Stallone, intentando "actualizar" la serie, decide buscar el contrincante de Balboa en tierras comunistas para enfrentarle con un luchador ruso entrenado para ser implacable, insensible e indoloro. Más de lo mismo con un toque patriótico.
Stallone brinda otro gran entretenimiento pero se complica la vida en exceso con esta cuarta parte. La visión que hace de la URSS y de su relación con los Estados Unidos es penosa. Y cuando digo que el tufillo de patriota barato no es lo peor es porque lo otro es muy malo. El discurso final es de lo más vomitivo y estúpido de toda la saga, y eso que en la quinta hay cosas que vaya tela, pero verle decir a Rocky en plan Miss España que los rusos son muy buenos y que es mejor que nos peleemos 2 en el ring que 20 millones fuera y ver la posterior reacción del público y de los supuestos mandatarios soviéticos es dantesca. Que ni Leonardo Dantes lo hace peor vaya.

Tratando de olvidar esto, aunque ya se que es difícil, la película es puro espectáculo. Ese Apollo Creed apareciendo en el ring a ritmo de Living in América de James Brown (descanse en paz) da ganas hasta de bailar, pena que el joputa de Drago hiciera lo que hace. Aunque cuando abre la boca el ruso las risas son impagables, habla poco, pero merece la pena oirle. Total, que Rocky se quiere vengar y se marcha a Rusia a pelear contra Gurpegui. Allí entrena duramente en la nieve, probablemente el mejor entrenamiento de la saga, para poder superar a la bestia parda rusa. Todos sabeis lo que pasará al final, pero la cera que se reparten en el ring es bestial, aunque sea falso duele sólo verlo.

El robot-novia que le regalan a Paulie tambien es otro cachondeo. Es curioso y entrañable este Paulie que poco a poco ha ido evolucionando, al principio cae bastante mal porque se comporta casi sin quererlo y completamente frustrado como un verdadero imbécil, pero se va transformando en ese simpático tio cascarrabias que tiene mucho corazón pero al que no le salen las cosas del todo bien y que siempre sin mala intención la acaba liando. Además tiene salidas bastante buenas. Su aportación es muy importante.

Otro de los puntos fuertes es la música, una muy acertada selección musical que ameniza bastante el entrenamiento y que provoca momentos videocliperos bastante decentes y medianamente emotivos. Cuando suenan "War", "Burning Heart" y "No Easy Way out" simplemente subo el volumen de la tele al máximo y a disfrutar.

Rocky IV entretiene mucho, Stallone aún está en forma y la acción es cojonuda, hay espectáculo, buena música y aunque haya tambien varias gilipolleces es mejor olvidarlas cuanto antes y no darle demasiada importancia, porque serían hasta denunciables y todo.

 El catecismo del americano profundo y descerebrado se unifica en este intento impagable de catequizar al mundo y de guiarle por la senda buena, la senda de ese gran hombre llamado Rocky, y su lucha justa por eliminar al ruso ese tan malo y tan despiadado.
América es la caña y Rusia es un sitio muy malo con mucho frío y gente robótica y sin sentido del humor. En cambio en USA se tiene a ese gran James Brown, chicas en tanga, humoristas de calidad y mucho sentido del humor y de la responsabilidad. De hecho Rocky no quería luchar, le obligó el ruso al matar a Apollo, él era ya el mejor de los maridos y de los padres, pero mal le pese, el ser tan gran persona le obligó a volver a enfundarse los guantes...y así empieza una de las grandes epopeyas del cine de todos los tiempos.
Primero, empieza con los mejores entrenamientos del mundo con mucho frío para aclimatarse, como iban a luchar en plena calle y no en un pabellón...luego las impresentables provocaciones de ese ruso malo y lo peor de lo peor : ¡¡¡El público en contra!!!!.
En fin, como se decía por ahí, la mejor comedia involuntaria de los ochenta, el cúlmen de Stallone, una película muy digna de verse.
 Rocky es más que un reflejo de nuestra fuerza de voluntad; mucho más que el vivo retrato de un viejo boxeador, Rocky Marciano, y su resistencia sobrehumana: Rocky es uno de los productos más legítimos, espectaculares y hasta delirantes de esta factoría norteamericana que parece no tener fin.

Si Ivan Drago representa la frialdad comunista, entonces Balboa decide entrenar no con las nuevas tecnologías sino utilizando a su favor la nieve, la montaña, lo que natura nos da. Si Ivan Drago se revela contra el politicucho de turno, y Rocky produce aplausos repentinos en medio de un ambiente tan "hostil" como el de la Unión Soviética, entonces el mensaje resulta claro: el futuro recae sobre el capitalismo. 1981, año en el que Hollywood da batalla contra el germen comunista, ¿Qué mejor forma de hacerlo que utilizando a la leyenda con guantes, nacida en y por Norteamérica?
Yendo a la película en sí, alejada de cualquier bajada de linea política, Rocky IV es la fruta del postre tremebundo y superinflado que ya se nos avecinaba en la tercera y segunda parte. El código de la peli es notorio: se exacerban las imágenes, existen sobredimensiones remarcables tanto en la música como en las escenas de acción, impecablemente rodadas. Nada puede evitar, ni siquiera la presencia imponente del ruso, esa proyección triunfalista que lo acapara todo. Parece una crítica negativa: y es que Rocky IV resulta tan transparente en sus intenciones como demoledora desde su eficacia. Es una peli tan degenerada como estupenda desde su concepción.
Este capítulo ha tenido la desgraciada fortuna de realizarse en el peor de los momentos, en los cuales Stallone se ha dejado llevar por las tendencias políticas del momento. Así podemos resumir que “Rocky IV” es un artificioso video clip propagandístico de las mentiras políticas que intentaban vender los norteamericanos en la decadente y penosa guerra fría contra los rusos. Es por ello que el atropellado montaje de esta “falsa” historia sobre Rocky concluya con un ridículo y vergonzante discurso moral que abre los ojos a unos despistados rusos trazados de la manera más torpe y fugaz como unos fríos y sumisos individuos de su cruel régimen, en contraposición del glorificado y cálido hogar norteamericano. La lucha del coraje natural contra el hombre tecnológico centran un relato superficial en el que sólo importa como Rocky le zurra al Ruso entre júbilo de los propios ciudadanos de este. Aún así y suspicacias a parte, si uno quiere disfrutar de esta película debe abstraerse de su insípido y quimérico mensaje lejos del cual se puede encontrar un entretenido producto de consumo de apenas 80 minutos en el un incondicional de Stallone puede encontrar un divertido rato de recreo.
 No sé si seré yo que a lo mejor soy un tipo patriota (que raro, para alguien nacido en Cataluña eh), pero a mí esta cuarta entrega de "Rocky" (1976) no me ha parecido para nada peor que la anterior. Una película realizada en el periodo de la Guerra Fría con un alto contenido propagandístico en el que, como no, Estados Unidos y la URSS son las principales protagonistas.

Y para dejar claro que los soviéticos son los que siempre tocan las narices, serán los primeros en llamar a la puerta de Rocky (Sylvester Stallone) para ofrecerle un combate. Para ello, una compañía rusa la propondrá una pelea con Ivan Dragó (Dolph Lundgren), un joven boxeador que posé el record invicto de 100 victorias amateurs y que tratará de disputarle el título al Potro Italiano. Sin embargo, es Apollo Creed quien muestra interés en combatir con el púgil soviético, ya que acabará retándolo en un combate para así poder recuperar la imagen de campeón que antaño perdió.

Sylvester Stallone se mete en el papel de Rocky Balboa de nuevo, con una mentalidad más vengativa, agresiva y luchadora. Demostrando, que es el mejor boxeador de todos los tiempos. A pesar de que se echa en falta la humildad que caracterizaba Rocky, que lo convertía en un hombre cercano y con el que podías sentir cierta identificación, en esta nueva entrega y mejor que en ninguna de las anteriores, pose esa “mirada del tigre” en su estado puro cuando lucha con el púgil soviético. La otra cara de la moneda será Dolph Lundgren, quien da vida al soviético Ivan Dragó, un hombre de pocas palabras y de sangre fría. Es el prototipo de atleta perfecto creado por la URSS. Para conseguirlo, monitorean su rendimiento constante y le inyectan asteroides para potenciar aún más su fuerza, lo que da a entender de forma indirecta que la URSS para demostrar que eran los mejores, tenían que jugar sucio.
 ¿Por donde empezar?. La película no es buena, es más, puede herir la sensibilidad de muchos, pero tiene algo y es que es especialmente entretenida. Los mensajes políticos son hirientes a mi capacidad de razón ya que el mensaje del film se podría dejar en un simple: ¡VIVA LOS AMERICANOS!.

Pero si pasamos por alto el patriotismo desmesurado de Stallone y tenemos en cuenta que es una película ochentera que cae irremediablemente en todos los clichés de la época, podemos pasar un buen rato viendo como se dan mamporros uno detrás de otro (increible como el enanito de Stallone le atiza a Dolph Lundgren).
Lundgren es un comunista que viene a pelear a Usa. A Apolo creek, que lleva 5 años retirado, le parece el colmo de los colmos. Cómo un jodido comunista llega a Usa a pelear, y le propone una pelea. Cómo apolo le dice a rocky, no es nada personal, es un " nosotros contra ellos". Lundgren mata en el ring a Apolo, y rocky que está ya pensando más en la retirada y la buena vida que otra cosa, pues quiere venganza, y para ello viajará hasta la unión soviética para pelear contra Lundgren. Lo mejor del film pues el entreno, aunque es lo de siempre, en vez de subir escaleras, o entrenarse con apolo, lo vemos en siberia, gritando no existe el dolor. Eso sí el combate mola un huevo, Lundgren, no era un cualquiera, fué boxeador aunque no profesional, y practica una modalidad de karate. Total que al final le gana, discurso patriotico vergonzante de stallone que se dejó llevar por la tensión del momento y queda definitivamente sonado para la quinta parte. Lo peor de todo es el discursito, hollywood se encargaba de bombardear con la imagen de unos rusos demonizados en la guerra fría.

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