lunes, 12 de agosto de 2013

elisabetta sirani

Sirani se inició en la pintura hacia 1650, con el apoyo de su futuro biógrafo, el conde malvasia , influyente crítico. Una de sus primeras obras fue el San Jerónimo en el desierto de la pinacoteca de bolonia Ya en 1657, con 19 años, se hizo pintora profesional, y más adelante llegó a gestionar el taller familiar. Cuando su padre quedó inválido por la  gota  ella tuvo que mantener a su familia con su arte, y se cree que la necesidad económica le forzó a trabajar con singular rapidez.


Prolífica, modesta en el trato y de reconocida belleza, Sirani alcanzó un temprano renombre en europa . Su especialidad fueron las pinturas religiosas, de la virgen con el niño  y la sagrada familia , que producía velozmente pero con un buen acabado. Su taller fue visitado por coleccionistas y curiosos llegados desde lejos, y entre sus clientes se cuenta al Gran Duque cosme 3 de medici

La muerte de Elisabetta Sirani estuvo envuelta en la controversia, ante las sospechas de que fue envenenada por una criada, aunque ésta fue absuelta de las acusaciones y una autopsia  reveló que la pintora había sufrido varias úlceras  estómago. Su funeral, que incluyó música e intervenciones poéticas, lo presidió su efigie esculpida a tamaño natural, dispuesta sobre un gran catafalco.

Actualmente, los restos de Elisabetta y su maestro   guido reni reposan juntos, en la Basílica de Santo Domenico de bolonia.

Aunque su prematura muerte, en agosto de 1665, limitó su carrera a apenas una década, Sirani dejó una producción sorprendentemente amplia: 200 pinturas, así como dibujos y diversos grabados.

La amplitud de la producción pictórica de Sirani ha hecho pensar en una participación masiva de ayudantes, ya que sus hermanas Barbara y Anna Maria eran también pintoras y tuvo por discípulas a más de doce mujeres, que llegaron a ejercer profesionalmente. La artista hizo demostraciones públicas en respuesta a quienes cuestionaban la autoría de sus cuadros.

En sus dibujos a lápiz y tinta, Sirani introducía fuertes contrastes de luces. Ejemplo de ello es su caín matando a abel  del castillo de windsor. En sus pinturas, sin embargo, Sirani fue menos personal y suavizó el claroscuro con sombras tostadas, más en consonancia con la escuela boloñesa. Por lo general, sus composiciones son de formato medio y simples en cuanto a diseño, y mantienen un tono agradable y decorativo de indudable atractivo comercial.

La presencia de Sirani en colecciones españolas parece reducirse a una pintura en el palacio de liria  de madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario